El futuro empieza hoy

Deportivo | Málaga cf · la previa

Tirón Con el rebufo de sus dos primeros triunfos, Pellegrini quiere un tercero que eleve al equipo a la zona cálida de la tabla Meigas El histórico gafe del Málaga en Riazor ante el que rompió allí el chileno

Los jugadores del Málaga celebran el tanto de Sebas Fernández que permitió seguir adelante en la Copa.
José L. Malo / La Coruña / Enviado Especial

21 de noviembre 2010 - 05:02

En Riazor el estadio desafía a la playa. Su ubicación refresca los ahora ya no tan atractivos Teresa Herrera y pone a prueba al público en los húmedos inviernos de tormentas salinas. Riazor se asoma el mar, pero más aún en el precioso proyecto de reconstrucción que convertía el camino de la orilla al campo en una alfombra de arena. Cayó en el olvido. Eran tiempos en los que se podía soñar por La Coruña. El Súper Dépor asía cotas inimaginables para los padres de los niños que acudían al campo. Era un reino de buenos goles, partidos europeos, futbolistas apoteósicos. Hace varias temporadas que el deportivista traga saliva en la grada. Cada plantilla es un encaje de bolillos numérico, cada jornada una opción para aferrarse a la élite. Y comparece el Málaga con Pellegrini, también con mucha gloria a su espalda, pero convencido de canjear los sufrimientos actuales en un futuro de ilusión.

Bebeto, Mauro Silva, Makaay, Diego Tristán, Djalminha, Víctor... No son los únicos vestigios en suelo gallego. El Paseo Marítimo está hecho añicos. Hace diez días embates de olas de hasta 12 metros arrasaron balaustradas, farolas, bancos. Coruña recibe de nuevo con lluvia plomiza al Málaga, lo habitual. Entre la bienvenida y la historia de desencuentros en los partidos de Riazor, no extraña ver cómo a expedicionarios ilustres, los utilleros, los consejeros o alguno del cuerpo médico, se les tuerce la boca al pisar el antiguo Aeropuerto de Alvedro.

Pero algo cambia en este viaje. De luchar en inferioridad ante un equipo mágico se pasó a vivir en Coruña duelos agónicos por la permanencia. Hoy se enfoca desde un prisma de reconquista. En un solo día Pellegrini sacó al equipo del descenso, así que al segundo lo que se pretende es otro bocado para aparecer por la primera mitad de la tabla. Así lo marca el guión de la terapia establecida por el chileno, que no abandonará su primer estadio hasta que Europa se vea más cerca que el descenso. Y el buen rebufo de las dos victorias ante Hércules y Levante señalan un camino de optimismo. Lo es, optimista, el chileno. Por convicción y por obligación. Su calmo proceder le llevó a romper 19 años de sequía histórica del Real Madrid en Riazor. Las meigas no sólo confabulaban los resultados, también habían dejado a Cristiano Ronaldo en casa convaleciente. Su equipo, con varios remiendos, se paseó (1-3).

No está viciado su aire, sí el de su equipo, que nunca firmó una victoria de élite allí, tan sólo rascó un triunfo de plata en la 81/82. Siempre que llega el choque el entorno lo recuerda, así que Pellegrini ha contraprogramado estos días con la fábula de cómo saqueó aquel reino, con Guti reduciendo dragones a base taconazos y Benzema plantando la bandera del gol. Para subir otro peldaño más en la particular reconquista blanquiazul.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último