Karim Benzema se regala un Picasso
El delantero francés luce con el cuadro 'Portrait d'Homme Barbu', lienzo de 1964
La mirada balompédica de Picasso
Karim Benzema se ha regalado algo original para la Navidad, vinculado al malagueño más universal de la historia, Pablo Ruiz Picasso. El delantero ahora del Al Ittihad, leyenda del Real Madrid y antiguo Balón de Oro, se ha hecho con un Picasso, concretamente 'Portrait d'Homme Barbu', lienzo de 1964. Benzema ha anunciado su adquisición en Instagram, posando con la obra y con un "Welcome home" que invita a pensar que lo compró para disfrutar de él en su casa.
"Es un retrato audaz y expresivo, realizado con pinceladas amplias y expresivas. Esta obra da testimonio de la vitalidad y el afán creativo de Picasso en su última etapa. Las figuras masculinas en las últimas obras de Picasso son difíciles de identificar y a menudo representan al propio artista. En esta obra, el hombre viste una camisa de marinero a rayas, muy similar a la que solía usar Picasso. Este retrato puede asociarse con los que hacen referencia al propio artista, como el motivo del mosquetero", decía la Helly Nahmad Gallery en 2022 sobre el cuadro.
No se sabe el precio que ha tenido que desembolsar el delantero francés para llevarse a casa este cuadro del artista malagueño, que estaba expuesto en la citada Helly Nahmad Gallery. 'Tête d'homme barbu à la cigarette', también de 1964, se vendió por un millón de euros en 2021. En la misma casa, otra obra similar 'Tête d'homme barbu', fue adquirido por algo más de medio millón. Aunque cada obra tiene un precio y unas características diferentes, permite hacerse una idea de lo que le ha podido costar el capricho a Karim.
Picasso tuvo conexión en su obra con el fútbol. En la primera planta del National Football Museum de Manchester, dedicado por entero al balompié, reposa en una iluminada vitrina con una base verde césped una cerámica blanca que simula el movimiento de un futbolista al golpear el balón. Se llama Footballeur (Futbolista), está fechada en 1965 y rubricada por el malagueño. La cerámica que pone sobre la pista en Manchester está hecha en arcilla, mide 30 centímetros de altura por 24 de anchura y forma parte de una edición limitada y numerada de 50 ejemplares. Estas ediciones las producía el taller Madoura, con permiso y supervisión de Picasso. Madoura estaba en Vallauris, pueblecito del sur de Francia cercano a Cannes donde Picasso trabajó intensamente la cerámica. La que está en Manchester fue comprada en una subasta en Christie's por 40.000 libras (casi 50.000 euros) por Mark Briere-Edney, un inglés empedernido coleccionista de todo lo relacionado con el fútbol radicado en Francia, que cedió la escultura al museo radicado en la ciudad que divide sus pasiones entre el City y el United.
No se queda en la escultura la vinculación probada del fútbol con el malagueño más universal, pero sí se concentra en esa misma época. De 1961 son también cuatro litografías. Una de ellas es un croquis de lo que después se transformaría en escultura. Otras tres, hechas con lápiz a plomo y tizas de color (tamaño de 50x66 centímetros), sugieren con formas similares a la tratada anteriormente la disputa de varios futbolistas por un balón. Una recoge a tres, otra a seis y una más a siete. Esta última tiene fecha del 3 de junio de 1961 y es la más completa. Un balón de color amarillo, trazos verdes que simulan el césped y tres jugadores caracterizados de rojo y cuatro de azul. Fue publicada en el diario Le Patriote de Niza, según la documentación que facilita la Fundación Picasso.
Sólo tres días antes, el 31 de mayo, se disputó en Berna (Suiza) una final de la Copa de Europa entre el Barcelona y el Benfica, ganada por el equipo portugués (3-2). Fue un evento sonado. El equipo catalán golpeó el balón cuatro veces en los postes, entonces cuadrados. Desde ahí se abrió el debate hasta que se hicieron redondos. "No tengo ninguna duda de que Picasso vio ese partido en directo o por las noticias. Creo que sus trabajos son una reacción a ese momento e indica una simpatía por el Barcelona", recalca O'Mahony. Ramón Balius sugiere otra teoría. En 1961 el Mónaco ganó por primera vez el título de Liga y la agitación en la Riviera francesa por ese éxito del equipo del Principado pudo propiciar esa conexión concreta con el fútbol. Ahora, un Balón de Oro se hace con una obra suya.
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