Una merecida Efes (72-74)

El Unicaja se cruzó Europa para encontrar la solidez, la continuidad y una victoria que vale un quintal (72-74). Buen sitio Estambul para inspirarse, sin duda. Entre el loquinario consumista del Gran Bazar y la relajación de un baño turco existe un deslumbrante crisol, un incesante olor a especias y se esparcen oraciones. El habitual bullicio estambulí no es tal en el Abdi Ipekci cuando juega el Anadolu Efes, equipo bonito en la foto y en el roster, plantillón sin cuajar en equipo. Lo que sí fue ayer el Unicaja, con apenas una fisura al inicio del tercer cuarto, lo que resucitó viejos fantasmas. Plaza paró pronto el cortocircuito y el equipo malagueño arrancó una victoria de tronío y prestigio (tercera seguida en la pista del Efes) que equilibra su balance y rectifica el resbalón ante el Laboral Kutxa antes de un mes diabólico de Top 16, con visitas a El Pireo y Palau y recepción al Fenerbahce y Panathinaikos. Todo abierto, no hay miedo. El Unicaja se bebió una merecida Efes Pilsen, la cerveza más popular del país, la que patrocina desde hace varios lustros este equipo, para brindar por una victoria de las de verdad.

El Unicaja fue tremendamente sólido en un partido que exigió equilibrio, con más de un veintena de alternacias en el liderato del partido y una máxima renta ajena de seis puntos y propia de cinco. En ese equilibrio máximo es complicado jugar y no desconectarse. Hubo momentos cercanos al colapso, pero se supo manejar el Unicaja. Unas veces el incansable Dragic (17 puntos), otra un Toolson en su mejor versión, al fin, en un partido de Euroliga (16), siempre los atributos de un Stimac que se gana los minutos con el sudor de su frente. Tan coral fue el equipo de Plaza que no se echó en falta la cordura de Urtasun porque Vidal realizó un partido inteligentísimo en defensa ni se lamentó el mediocre partido de Caner-Medley, lastrado con dos faltas tempranas que ya le sacarían para el resto del partido de sus prestaciones habituales. A veces fue pernicioso para el equipo.

Plaza varió el libreto, le dio una vuelta al guión del partido. Limitó bastante esos 2x1 en ocasiones suicidas tan lejos del aro. Salió sin un tres (Suárez o Kuzminskas) en el quinteto inicial por primera vez en la temporada, quizá con la pretensión de que Dragic parara a Hopson, máximo anotador del equipo turco. El esloveno, incluso, defendía puntualmente a Planicic, irreconocible respecto al dominante base de las últimas temporadas en el Khimki. Salvo en un primer compás en el que Toolson parecía amagar con algo parecido a lo de Manresa (2-7), el partido se movía en unas coordenadas de igualdad extrema. El Efes parece esa colección de buenos o grandes jugadores a la que le falta alma, algo quizá reflejado en los poco más de 3.000 espectadores asistentes. El juego no hace honor el potencial, sin dejar de ser un gran equipo y sin restar méritos al triunfo del Unicaja. Pero la distancia entre la teoría y la práctica es amplia. Dos faltas rápidas de Caner-Medley hicieron que Plaza le empleara con cuentagotas en el primer tiempo. Ya no se vería a un buen ala-pívot en el resto del partido. Lo que aumenta el valor del triunfo. Vasileiadis lucía muñeca con cuatro puntos, después desaparecería de manera sorpresiva, pero el Unicaja desplegaba una imagen de solidez y continuidad muy apreciable que le hacía mandar durante más minutos. Tras un segundo cuarto en el columpio, con nada menos que 12 cambios en el liderazgo, una canasta de Fran Vázquez tras una larga circulación de balón permitió irse con ventaja (36-37), con Toolson y Caner-Medley descargados de minutos. Stimac había suplido bien la anotación interior, percutiendo cerca del aro. El serbio es un jugador que no sobra en ningún equipo. Nada se puede montar alrededor de él, pero da la sensación de que siempre estará.

Salió gripado el Unicaja tras el descanso (7-0 adverso de parcial), pero hubo torniquete rápido y un dos más uno de Toolson en un costa a costa devolvía el mando al Unicaja (47-48). Ciertamente, una versión notable del de Arizona cambia diametralmente la percepción del equipo. Justo cuando más cuestionado estaba ha dado un paso adelante con convincentes actuaciones en Manresa y Estambul. Si las prolonga hablamos de otra cosa. Emergió el máximo anotador rival, Hopson, con dos canastones, y el único destello de la infinita clase de Planinic para teñir de oscuro el partido antes del cuarto final (59-54).

Los puntos se comprimieron, las defensas mandaban. Pero el Unicaja podía correr para anotar. Buena penetración de Suárez, buen tiro abierto de Toolson y gran triple de Calloway desde esa diagonal que le gusta para revertir (61-63). Enfrente, Batuk, un joven exterior que ayer metió tantos puntos como en toda la Euroliga. Pero en el juego ahí fuera mandaba Dragic.

Igualdad máxima (68-68) en los dos minutos finales, con nervios e imprecisiones. Plaza bajó el quinteto para tapar a Savanovic quizá, también por el mal día de Caner-Medley. Anotó dos tiros libres Toolson, metió uno Erden y a 9 segundos Fran, muy frío, caló otros dos, como Hopson y Toolson. Gordon metió el primero y erró a propósito el segundo, palmeó Gonlum, pero Fran cogió el rebote. Y el triunfo.

Ficha técnica:

72 - Anadolu Efes (17+19+23+13): Balbay (-), Gordon (8), Hopson (15), Savanovic (11), Erden (7) -cinco inicial- Osman (-), Vasileiadis (4), Batuk (12), Gonlum (4), Planicic (2) y Bjelica (9).

74 - Unicaja (20+17+17+20): Calloway (5), Dragic (17), Toolson (16), Caner-Medley (6), Hettsheimeir (-) -cinco inicial- Sabonis (-), Vidal (-), Suárez (2), Granger (2), Vázquez (10), Kuzminskas (5) y Stimac (11).

Árbitros: Cerebuch (ITA), Dozai (CRO) y Taurino (ITA). Señalaron técnica al técnico del Unicaja, Joan Plaza, por protestar, minuto 22.

Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada del Grupo E del Top 16 de la Euroliga. Disputado en el Abdi Ipekçi Sports Hall de Estambul (Turquía) ante cerca de cuatro mil espectadores.