Qué pena de Unicaja (90-68)
Liga endesa
El Caja Laboral desnuda otra vez las vergüenzas de un equipo roto que bajó los brazos desde el comienzo. El equipo malagueño sale por primera vez en toda la temporada de zona 'play off'.
Donde el Unicaja causaba respeto e infundía temor ahora propicia risa y pena. En Vitoria, por ejemplo. Allí hoyó la cumbre más alta de su historia, el 21 de junio de 2006. Allí se arrastró ayer de manera miserable (90-68). Sin excusas, sin alma, el Unicaja está clínicamente muerto. Hace dos semanas le sostenía la clasificación, era cuarto. Ahora nada le aguanta, marcha décimo, fuera del play off, virtualmente sin licencia Euroliga, apilando derrotas y palizas. Lo que era evidente se negaba con ese clavo ardiendo del cuarto lugar. Pero la mano se achicharró. Y el Unicaja está a un metro de darse un batacazo de dimensiones insondables, imprevisibles.
Ciertamente, escribir sobre los partidos del equipo de Chus Mateo se ha convertido en una reiteración desagradable. No se atisban señales nuevas, la actitud no mejora, los brazos siguen abajo, el acierto hace tiempo que desapareció. Ayer no hubo que esperar siquiera a la primera dificultad. En el primer cuarto ya se perdía por 20-6. Dos minutos después, 26-8. En fin, una masacre con Prigioni de ideólogo, demostrando qué es un base. Rowland y Valters no fueron capaces de hacerle siquiera cosquillas. Camino de los 35 años Prigioni contempla cómo se apaga su físico, pero su cabeza sigue maquinando. Y ahí está el Caja Laboral, que conoció tiempos mejores pero que permanece digno. Supo digerir el palo de no estar en el Top 16 de la Euroliga en un grupo asequible. Con una plantilla corta a la que no llega un remiendo en forma de tirador exterior que Ivanovic ha pedido, pero ahí está, cómodamente tercero.
En Vitoria no habían visto rival tan sencillo en tiempos. No hace mucho, el colista Blancos de Rueda le dio un susto al equipo baskonista. Fue plácido el duelo en el Buesa Arena, porque el Unicaja dimitió desde el Hotel Lakua, en el que hace cinco años y medio corría el champán por un título ganado y ayer se intuía un funeral, hasta su presencia en el flamante Buesa Arena.
Para el que no pudiera ver el partido, básicamente fue lo mismo que en los últimos duelos, pero azuzado por un rival con ganas y con un Abrines humanizado, con las virtudes y carencias lógicas de un talentoso joven de 18 años. Apareció Troy DeVries, que fue el hombre más empleado por Chus Mateo en el encuentro. Seguramente para acelerar su integración visto que estaba ya perdido el encuentro, pero resulta sintomático de la deriva cajista. Estuvo activo, no rehuyó a la labor para la que se le ha traído, para tirar sin miedo a fallar. El problema es que falló bastante (2/13 en tiros de campo). En algún momento se le vio superado físicamente a la hora de los pick and rolls.
El Caja Laboral colocó tierra de por medio rápidamente y sólo un chispazo de Berni Rodríguez en el segundo cuarto, con 10 puntos en este periodo, permitió atisbar una lejanísima posibilidad. Fueron los últimos latidos del Unicaja, al que le quedan nueve jornada para enderezar un titanic. Ya se hundía hace unas semanas, pero los violinistas seguían tocando. Ahora no suena la música. Y sí, sí pasaban cosas. 15 derrotas en 16 partidos no es algo repentino ni súbito, es una tendencia, una agonía a la que no se le ve fin. Aun hoy existe alguna opción de salvar la temporada, de acceder al play off. Seguramente, un altísimo porcentaje de los miembros del club vendería su alma al diablo por la novena plaza a final de temporada a día de hoy.
En este punto cercano a la destrucción camina al Unicaja. Consus pivots superados por Lampe y Teletovic, con sus bases incapaces ante Prigioni. Sin que ninguna de las soluciones desde el banquillo se cumplan. Si el partido de ayer servía para medir el grado de compromiso de la plantilla o el respaldo al entrenador, el test quedó a nivel bajísimos. Esto es lo que hay. Ni rastro del equipo ilusionante del primer tercio. Nada que rescatar. Qué pena de Unicaja. Qué pena.
Ficha Técnica
90 Caja Laboral (20+24+23+23): Prigioni (7), Ribas (6), San Emeterio (5), M. Bjelica (2), Lampe (15)-cinco inicial-, Heurtel (2), N. Bjelica (9), Oleson (20), Teletovic (24), Calbarro.
68 Unicaja (6+26+15+21): Rowland, Abrines (6), Lima (2), Peric (9), Freeland (6)-cinco inicial-, Zoric (10), Devries (7), Payne (5), Rodríguez (10), Valters (13), Sinanovic.
Arbitros: Arteaga, Perea, Sánchez Mohedas. Eliminado Lima (m. 39).
Incidencias: Vigésimo quinta jornada de Liga Endesa disputada, según datos del club, ante 9.380 espectadores en el Buesa Arena de Vitoria.
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