Economía

Fainé: "Es el inicio de la recuperación y un buen momento para tonificar el músculo inversor"

  • El presidente de CEDE y Caixabank señala que "hay modelos de negocio que han desaparecido para siempre".

El presidente de CEDE y Caixabank, Isidro Fainé, fue ayer una de las personas más optimistas de la jornada de directivos. Tanto en la inauguración como en la clausura del acto remarcó que "la economía española comienza a dar señales claras de estabilidad y recuperación incipiente" y, teniendo en cuenta este panorama, consideró que "es un buen momento para tonificar de nuevo el músculo inversor". "El apetito inversor está aumentando. Sólo así se explica la importante reducción de la prima de riesgo y el mayor acceso a los mercados para colocar deuda tanto del Tesoro Público como de las empresas privadas", añadió.

El máximo responsable de una de las grandes entidades financieras del país aseguró que "estamos en el camino correcto y la dirección adecuada", gracias especialmente a la exportación y a la mejora de la competitividad de las empresas españolas, si bien hizo hincapié en que no todo está resuelto, básicamente al ver la alta tasa de paro que hay en España. "Aún quedan retos pendientes y el más importante es que España debe volver a crear empleo. La dinámica del mercado laboral parece encontrarse en un cambio de tendencia esperanzador. No obstante, para conseguir una solución viable y duradera es preciso que todas las fuerzas sociales vayamos en la misma dirección. No debemos olvidar que nuestro crecimiento futuro dependerá, en gran medida, de la capacidad de la economía de generar ocupación", explicó.

El mundo ha cambiado y los directivos también deben hacerlo. Fainé apuntó que "no vamos a tener un entorno similar al de antes de la crisis" y advirtió que "hay modelos de negocio que han desaparecido para siempre". En su opinión, los directivos se van a tener que preparar "para situaciones que ni siquiera se pueden imaginar" y les aconsejó que encuentren nuevas vías de ingreso, nuevos mercados, que tengan capacidad para innovar o para gestionar mejor sus costes.

Crece la confianza, la economía española empieza a tomar oxígeno y las expectativas son mejores, pero nadie se puede dormir en los laureles. Renovarse o morir es clave y hay que saber verlo para no ser atropellado por el resto del mercado.

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