Los malagueños esperaban impacientes al encendido de las luces que daría el inicio definitivo a la Feria. Este año, el evento tiene un protagonismo especial, ya que se está acompañado del pregón. El Cortijo de Torres esperaba paciente a que dieran las 22:00 horas para volver a iluminar Málaga como siempre lo había hecho. Media hora antes, la pregonera, María Peláe, iniciaba la ilusión de volver a tener Feria en la capital. La portada principal será la réplica del Palacio de la Aduana y tendrá 24.000 puntos de luz.

La gente miraba involuntariamente hacia arriba esperando que llegase el gran momento. Las ganas de Feria y la ilusión de los malagueños por volver a disfrutar de sus fiestas podían verse en sus caras. 

De repente y al grito de "Amonos", la pregonera de estas fiestas, María Peláe ha sido la encargada de encender el alumbrado. Acto seguido, todos los móviles se iluminaron, ya que nadie quería perderse ese momento. Un mar de pequeñas pantallas encendidas acompañó el gran momento. Por fin se iniciaba la Feria.

El Palacio de la Aduana se convirtió en el gran punto de luz de lo que ahora se ha convertido en una pequeña y engalanada ciudad, donde la iluminación también corre a cargo de los farolillos, arcos y farolas, en su mayoría de bajo consumo y con energía de origen renovable.

El alumbrado este año está repartido en las siete calles que conforman el Real de la Feria. Como desde hace años, y teniendo en cuenta la situación energética por la que está pasando el país, las luces están formadas por bombillas led. Forman siluetas y dibujos típicos de estas fiestas como flamencas y castañuelas, entre otros.

Después de disfrutar del encendido entre aplausos, el himno de Andalucía resonaba con la orquesta que había estado amenizando la tarde desde minutos antes del pregón. Los malagueños cantaban encima de la música la letra del mismo, creando un ambiente aún más mágico.

Tras dos jornadas en las que los fuegos y el espectáculo de drones, así como el pregón, han dado ese inicio tradicional de las fiestas, los malagueños después de dos años pueden gritar a los cuatro vientos que ya están de Feria.