Feria de Málaga

Luz que acabó en apagón

  • Sebastián Castella y Miguel Ángel Perera se fueron de vació ante un mal encierro de El Capea · El diestro francés no puso tanta voluntad conmo el extremeño · Rui Fernandes, de puntillas por la plaza.

8º festejo del abono del ciclo ferial malagueño

GANADERÍA: Se lidiaron seis toros de El capea y uno de Flores Tassara. Los de Carmen Lorenzo fue un encierro bien presentado. Los seis animales fueron estuvieron muy faltos de casta y de clase, agudizando a carencia de acometividad. El de Flores Tassara, que se lidió el rejoneador Rui Fernandes, tuvo un buen juego.

REJONEADOR: Rui Fernandes, de casa azul. Metisaca. Pinchazo hondo con el rejón. Rejonazo caído(saludos). TOREROS: Sebastián Castella, de lila y oro. Estocada. tendida y trasera(silencios). Pinchazo. Estocada (palmas). Media estocada y seis descabellos. Un aviso (saludos). Miguel Ángel Perera, de verde y oro. Pinchazo hondo. Estocada (saludos). Pinchazo. Estocada (palmas). Estocada trasera y cuatro descabellos. Un aviso. (saludos) Incidencias: Octava de abono. Más de tres cuartos de plaza. Mucho calor. José Chacón fue aplaudido al parear al segundo de la tarde. .

Desde que a mediados del pasado mes de julio se anunciara que Cayetano dejaba de estar activo por una lesión en la mano, la pregunta siempre era cuándo iba a reaparecer. Se acercaba la Feria de Agosto en Málaga y no se sabía lo que iba a pasar. Hasta que días atrás desde la empresa anunciaban que no iba a torear y que sus compañeros de cartel, Sebastián Castella y Miguel Ángel Perera, torearían tres toros cada uno. Por descontado que el rejoneador Rui Fernandes iría por delante. Así ninguno abría cartel. El caso es que ese día ya llegó. Y la verdad, aunque la caída de un toreo siempre haga romper los esquemas y esperar con desconfianza un parche en la sustitución, la idea de que al final las dos figuras se enfrentaran en la corrida mixta, no cayó mal del todo. Al fin y al cabo, seguía siendo un duelo entre grandes. Hasta ahí, todo era luz. Hasta que salió el primer toro de la tarde, de la lidia a pie,  y se apagó todo.

Tras la actuación de Rui Fernandes, del que luego se hará referencia, venía Sebastián Castella. Su particular concepto del toreo tiene sus adeptos. Su valor y su quietud dan mucho que hablar. Pero en el primer toro, descastados como todos sus hermanos, no lució.  Aunque con el capote dejó algún detalle. Su banderillero José Chacón, se tuvo que desmonterar al parearlo. Además de su falta de clase, estuvo sin fuerza y no daba muchas posibilidades. El diestro tampoco se vio voluntarioso. Con la mano izquierda la cosa fue algo mejor, pero no hubo nada reseñable. Estocada tendida y trasera y silencio en los tendidos.

El segundo enemigo del francés, el cuarto de la tarde, seguía en la misma línea y en su recibo no lució. Sólo resaltar un quite por chicuelinas de Miguel Ángel Perera. El francés comenzó la faena con un mal gesto al arrojar la montera al callejón desde el tercio. Una cosa es no brindar y otra la indiferencia. Se inició por estatuarios hasta que el toro le enganchó la muleta. Tras eso abusó demasiado del pico de la muleta a la hora de dominar. Después enlazó una seria de pases más profundos con la mano muy baja. Pinchazo, estocada y despedida entre palmas.

En su último turno, la poca acometividad del sexto de la tarde hizo que se luciera poco con el capote. Con el ánimo de enmendar la tarde inició la faena sentado en el estribo pero el toro no estaba por la labor de ayudar. Con las banderillas se había venido un poco arriba pero perdía la manos. La faena de Castella fue más de esfuerzo que de belleza. Y encima acabó con 6 descabellos y un aviso.

Su compañero de cartel, el extremeño Miguel Ángel Perera se mostró más voluntarioso a lo largo de la tarde, pero sus enemigos tampoco lo ayudaron. En el capote, el toro no tenía demasiada fijeza. Castella realizó un quite con el capote a la espalda al que Perera le dio réplica con lances de gran belleza.

En su faena se decidió por movimientos suaves y ligó una tanda con mucho temple. Con la mano izquierda hizo gala de una gran agudeza para sacarle algún pase pero no tuvo mucho éxito. Volvió a la mano derecha  con mucho valor y arriesgando mucho.

En su siguiente turno, el toro se frenó ante el capote y trastocó los planes de Perera. A partir de ahí, el toro se fue rajando con los castigos. Él seguía poniendo voluntad, pero no había nada que hacer. Al séptimo, falto de fuerza, se lo llevó a los medios. Toreó muy lento, sin someterlo demasiado porque no daba para más. Sacó una tanda con dificultad y a la vez con mucho riesgo. Cuatro descabellos y un aviso para finalizar.

La labor del rejoneador Rui Fernandes era abril cartel porque Castella no quería hacerlo. Era un pastiche, pero la culpa no es de el portugués. No dejó detalles de mucha calidad, aunque su cuadra era poderosa y de una estampa magnífica. Todo empezó en penumbra y acabó en total oscuridad.

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