Feria de Málaga

Los Reyes Católicos toman el Centro

  • Más de 200 figurantes participaron en la cabalgata histórica recreando la llegada de Isabel y Fernando

Los Reyes Católicos llegando a la plaza de la Aduana.

Los Reyes Católicos llegando a la plaza de la Aduana. / Marilú Báez (Málaga)

Málaga dice adiós a su Feria recordando el por qué de su celebración: la reconquista de la ciudad por los Reyes Católicos. La cabalgata histórica ha puesto el broche final a las fiestas más señaladas de agosto en la Costa del Sol con una recreación de la entrada a la ciudad de Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla. Desde la entrega de las llaves por parte de los musulmanes al recorrido original que hicieron los reyes aquel 19 de agosto de 1487; este domingo el Centro Histórico se ha trasladado al siglo XV.

En su octava edición, la cabalgata ha contado con 212 figurantes que, vestidos con trajes de época, han recorrido las calles reviviendo la historia de la ciudad. Una tradición caída en el olvido hasta que la Asociación Cultural Zegrí la rescatara en el año 2012, desde el que se ha seguido celebrando ininterrumpidamente. La Feria tiene lugar en estas fechas realmente para conmemorar el 19 de agosto, día que se estableció como festivo en la capital.

La Plaza de la Aduana comenzó a llenarse de curiosos ya media hora antes de que el espectáculo arrancara. Al llegar las 20:30, cuando hicieron su aparición los Reyes Católicos, la aglomeración de personas no permitía avanzar. Una música triunfal empezó a sonar dando la bienvenida a Isabel y Fernando, interpretado por el pintor antequerano Antonio Montiel.

Tras saludar al público, los monarcas ocuparon su trono situado junto a la Alcazaba: “¡Vivan los Reyes!”, gritaban los espectadores. En el centro, el escudo con el yugo y las flechas identificaban a los Reyes y los estandartes con el lema “Tanto monta, monta tanto” no dejaban lugar a dudas.

La música de tinte oriental comenzó a amenizar la escena, mientras que un grupo de bailarinas sorprendía a los espectadores con coreografías árabes. Aunque a algunos no les terminaba de convencer: “Dudo mucho que esto fuera así en esa época”, decía un visitante. Dada la multitud de personas, la mayoría no pudo disfrutar de estas danzas, tan solo los más precavidos que llegaron con tiempo para ocupar las primeras filas frente al escenario.

Bailarinas realizando danzas árabes. Bailarinas realizando danzas árabes.

Bailarinas realizando danzas árabes. / Marilú Báez (Málaga)

De repente, la música festiva cambió totalmente de tono: llegaba el bando musulmán. El cabeza de la tropa se presenta ante los Reyes, se trata de Alí Dordux, el mercader que negoció la rendición de la ciudad. “Le entrego las llaves de mi querida Málaga”, dijo Dordux mientras se las ofrecía en mano al rey Fernando II. “Con este gesto simbólico, Málaga se incorpora al reino de Castilla”, proclamó el rey al tiempo que la bandera castellana se alzaba sobre una de las torres de la Alcazaba. A partir de ese momento, comenzó la cabalgata histórica 2019.

Tanto el bando cristiano como el musulmán comenzaron su recorrido hacia la calle Císter, donde ya los esperaban tal cantidad de personas que era imposible caminar. Tras ésta, recorrerían las calles del centro para acabar, horas después, en la Cofradía de los Estudiantes.

Entre los figurantes, había guerreros ataviados con túnicas, capas y almofres metálicos rodeando su cabeza. Algunos de ellos portaban armas como espadas, arcos y ballestas de grandes dimensiones. Otros, como los musulmanes, usaban túnicas de colores llamativos con grandes turbantes. Todo lo necesario para recrear de la forma más fiel posible el atuendo de la época. Y lo más importante, para que Málaga, un año más, no olvide una parte fundamental de su historia.

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