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Leonardo Sbaraglia: "El personaje de 'Ámame' quizás sea el más arriesgado de mi vida"

  • Leonardo Sbaraglia afronta con valentía la crisis existencial de un hombre "que tiene que aprender a convivir consigo mismo y con su dolor"

  • Al margen de su condición homosexual, es una persona perdida que busca su norte

El actor Leonardo Sbaraglia este martes en la terraza del Hotel AC Málaga Palacio.

El actor Leonardo Sbaraglia este martes en la terraza del Hotel AC Málaga Palacio. / Javier Albiñana (Málaga)

Santiago está huyendo para no asomarse al precipicio. Intuye que su vida corre hacia el abismo pero se niega a mirar, se agarra a clavos ardiendo porque no soporta ese dolor. Por eso intenta retener a su hija adolescente, con la que sigue jugando como cuando era una niña, cuando todo era más fácil. Por eso busca regresar con él, su pareja que le dio estabilidad durante un tiempo. Pero todo se desmorona en un verano caótico que le brinda la oportunidad a Leonardo Sbaraglia de interpretar uno de los papeles más exigentes y notables de su carrera. Este martes el actor ha regresado al Festival de Málaga para presentar Ámame, una coproducción entre México, Brasil, Chile, Holanda dirigida y escrita por Leonardo Brzezicki. La cinta compite en la Sección Oficial

-¿Qué le sedujo del guión de Ámame?

-Me pareció una historia muy humana, que puede hablar de cada uno de nosotros. A pesar de que yo no tengo nada que ver con el personaje de Santiago, no hace falta aclararlo, me sentí muy identificado. A nivel metafórico, la película retrata lo que uno siente cuando no sabe hacia dónde ir, cuando estás triste, cuando no te animas a enfrentarte con tus miedos. El guión me atrapó. 

-¿Dudó en algún momento?

-La única duda era que yo a Leonardo Brzezicki no lo conocía. Quizás sea de los personajes más arriesgados que he hecho en mi vida y no conocía al director. Pero cuando me transmitió todo lo que quería hacer y de la manera que lo quería hacer me lancé. Pero realmente siempre es un riesgo, hasta trabajando con directores consagrados puede salir mal. Es que es así este trabajo. En este caso, salió todo bien.

-Santiago, dueño de un restaurante, que ha acabado la relación con su pareja y que tiene una hija saliendo de la adolescencia, igual de desubicada, parece muy perdido...

-Sí está perdido, está pasando un momento de búsqueda, de no saber hacia dónde ir. Está a punto de entrar en una transición, está golpeándose contra un límite y, a la vez, intentando escapar de un dolor que no puede enfrentar. Pero llega un momento en el que empieza a asumir que no hay otra forma de seguir la vida que afrontarlo, sabe que hay que pasar por el infierno si hace falta. A veces hay que pasar por eso, es así. 

-Entiendo que en este proyecto no cabían medias tintas, había que entregarse por completo, ¿no?

-Sí, así es. Como en todos. Es que es difícil ver esta profesión como un trabajo, porque es una pasión también y un intento de arte en el sentido expresivo. Al mismo tiempo, el trabajo que vas haciendo también se va comunicando con tu propia vida, te va interpelando y uno aprende muchas veces de los trabajos. Los personajes son como personas con las cuales uno se encuentra y que de pronto te golpean. Si te dejas sorprender y enfrentas al personaje, te vas llevando cosas y aprendes en lo personal. 

Sbaraglia, momentos después de la entrevista. Sbaraglia, momentos después de la entrevista.

Sbaraglia, momentos después de la entrevista. / Javier Albiñana (Málaga)

-El título de la película es casi un ruego...

-Es el ruego de la ansiedad, es un ruego desesperado. 

-¿Pero Santiago necesita más el amor de los demás o el amor propio?

-La hipótesis que maneja la película es que el personaje lo primero que tiene que aprender es a amarse él mismo, cuando uno se ve a sí mismo como si fuese un pedazo de hojalata tirado no puede salir nada bueno de ahí. En cambio, cuando uno empieza a mimarse, a cuidarse y a respetarse, seas lo que seas, ahí cambia todo. Pero para poder amarse uno tiene que reencontrarse con algunas cosas que tenía anestesiadas. 

-¿Cómo abordaron la homosexualidad para no caer en el cliché?

-Pues nunca se habló del tema de la homosexualidad o la sexualidad en sí porque no pasa por ahí el tema. Pasa por cualquier identidad. Quizás por eso la película no cae en ningún cliché, porque no está enfocada desde ahí. El conflicto que tiene el personaje no tiene que ver solo con su sexualidad, con su elección sexual o su deseo, sino con cosas que le han ocurrido en el pasado, que no puede manejar, con cosas que también por ser homosexual han sido castigadas en su persona y ha sido maltratado. Sí está el ingrediente de la identidad homosexual, que muchas veces ha sido marginada y en muchas culturas lo sigue siendo, si estuviéramos en un mundo neonazi estaríamos todos muertos, artistas incluidos o cualquiera que se salga del molde, pero yo creo que fundamentalmente la película habla de una persona que tiene que aprender a convivir consigo mismo y con su dolor.

-¿Es una película que invita a volver a empezar?

-El personaje en un determinado momento aprende que el dolor tiene un límite y por eso puede meterse, porque sabe que va a haber un otro lado más allá del dolor. 

-¿Qué le pide a una película para aceptarla?

-Que sea un buen guión y, obviamente, tener el tiempo para hacerla. El director también es importantísimo, pero diría que el guión es fundamental. Aún así uno se puede equivocar y no pasa nada, a veces, puedes tomar malas decisiones. En este caso no, estoy muy contento. 

-¿En qué anda ahora?

-Estoy rodando una película, me vine en medio del rodaje, el jueves tengo que estar en Argentina. Interpreto a un gerente de una empresa de electrodomésticos. 

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