Crítica 'Todos tus muertos'

La fatalidad busca renovar el mercado

Todos tus muertos. Drama, Francia, 2014, 94 min. Dirección: Jean-Charles Hue. Intérpretes: Jason François, Mickael Dauber, Frédéric Dorkel, Moïse Dorkel.

Han sido generosos los del Premio Jean Vigo de este año vinculando simbólicamente el legado del director de L'Atalante con Jean-Charles Hue, quien como hiciera en su primer largometraje, el híbrido La BM du Seigneur, acerca aquí los trastos del cine -el dispositivo y el imaginario- a una comunidad yeniche de gitanos. No se trata aquí, como escribiera el finado Bernhard, de "ir en la dirección contraria"; nada hay en este cine, por ejemplo, de la actitud estética y ética de Costa cuando fue a Fontainhas a devolver la dignidad al Otro mediante la toma fordiana. Lo que hace Hue es cambiar a los protagonistas habituales del noir y el polar por otros, documentando a ráfagas un modo de vida. La impresión es folclórica, y el fantasma de Gatlif se recorta en el horizonte.

No obstante, Todos tus muertos da para un filme entretenido, porque al menos Hue no busca el trascendentalismo de un Dumont y advierte pronto que no hace falta ni ser original ni rodar bien porque los planos lucen lo suficiente -con la singularidad de los cuerpos y la potencia del dialecto- para engatusar.

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