Lleva más de 90 años abierta, es la churrería más antigua de Málaga y sus churros y chocolate caliente son "increíbles"

Casa Aranda, el rincón donde los malagueños desayunan historia desde 1932

De generación en generación, la cafetería mantiene intacta la receta del desayuno más emblemático de Málaga

Chocolate espeso, churros recién hechos y una historia que ya forma parte del alma de la ciudad

Unos churros con chocolate caliente en Casa Aranda.
Unos churros con chocolate caliente en Casa Aranda. / casa-aranda.net

Un buen chocolate con churros revitaliza a cualquier en los días más fríos de Málaga, esos que aún esperamos este año. A la espera de que el frío se asiente definitivamente en la ciudad, hablamos de unos de los establecimientos más icónicos de la capital, una de las churrerías más longevas, considerada el templo de los churros en Málaga por su imponente tradición. Sí, hablamos de Casa Aranda. Fundada en 1932, esta cafetería-churrería lleva más de nueve décadas sirviendo café, chocolate y churros recién hechos, convirtiéndose en un símbolo del desayuno tradicional en la capital de la Costa del Sol.

Sus puertas, abiertas de forma ininterrumpida desde hace más de 90 años, son testigo de miles de mañanas compartidas y tertulias bajo el rumor del centro histórico. Hoy, Casa Aranda sigue ocupando su ubicación original en calle Herrería del Rey, 2, y cuenta además con otra entrada por calle Santos, 6, manteniendo intacto su espíritu familiar y su sabor inconfundible.

Los orígenes de Casa Aranda

La historia de Casa Aranda comienza con Don Antonio Aranda, nacido en 1909 en Alhaurín de la Torre. Con tan solo 23 años, decidió emprender su propio negocio junto a su hermana Lolita, abriendo el 2 de febrero de 1932 una pequeña cafetería dedicada al café y al chocolate con churros.

En aquella época, los medios eran escasos y todo se hacía de forma artesanal: el café se preparaba en una gran olla y los churros se freían uno a uno en una sartén, con el propio Don Antonio sosteniendo el molde de la masa. Aquel esfuerzo familiar dio sus frutos y pronto Casa Aranda empezó a ganarse un nombre entre los trabajadores del centro, que acudían a diario para disfrutar de un desayuno caliente en plena jornada laboral.

Un momento clave en la consolidación del negocio llegó el 14 de diciembre de 1932, cuando Don Juan Aranda Valle formalizó la adquisición del puesto de “masa frita”, otorgándole plena licencia para servir churros. Con ello, la casa se aseguró un lugar permanente en la historia gastronómica de Málaga.

Reconocimiento nacional e internacional

Hoy, Casa Aranda no solo es un referente local, sino también un nombre reconocido más allá de las fronteras de la provincia. La prestigiosa guía gastronómica Taste Atlas, dedicada a destacar la cocina tradicional de todo el mundo, la incluye entre las mejores churrerías del planeta.

En su descripción, el portal destaca la calidad de sus churros: “alargados, crujientes y elegantes”, elaborados con masa de levadura frita y espolvoreados con azúcar. Según Taste Atlas, los churros tienen su origen en los pastores españoles, que los preparaban sobre el fuego con una sartén y una masa sencilla. Acompañados de un café fuerte o un chocolate caliente espeso, forman parte inseparable del desayuno español, y Casa Aranda representa ese espíritu en su máxima expresión.

La Guía Repsol, por su parte, también reconoce su valor otorgándole un Solete, destacando su autenticidad y su valor como punto de encuentro en la ciudad. “Tomar unos churros en Casa Aranda es como tomarlos con la familia”, afirma en su reconocimiento, que reconoce en este local “casi un siglo de vida en un negocio que hace que desayunos y meriendas sean un atractivo turístico en sí mismos”.

Un rincón con historia en cada taza y cada churro

Las dos puertas de Casa Aranda, abiertas hacia Herrería del Rey y calle Santos, son ya parte del paisaje cotidiano del centro histórico malagueño. Sus terrazas, siempre llenas, han sido escenario de encuentros, celebraciones y hasta finales de fiesta de recién casados, como recoge la Guía Repsol.

En su interior, el aroma del café recién molido se mezcla con el del chocolate espeso y los churros crujientes que salen constantemente de la freidora. Desde 75 céntimos la unidad, los clientes pueden disfrutar de uno de los desayunos más emblemáticos de Málaga, reconocido tanto por su sabor como por su historia.

Con casi un siglo de tradición, Casa Aranda no solo ha resistido al paso del tiempo, sino que se ha consolidado como una de las churrerías más emblemáticas de España, símbolo de la identidad malagueña y de su hospitalidad.

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