La farola

Nacimiento del Río de la Villa, entorno refrescante a los pies de uno de los paisajes más espectaculares de Málaga

Nacimiento del Río de la Villa, Antequera.

Nacimiento del Río de la Villa, Antequera. / antequera.es

El Torcal de Antequera es uno de los lugares más impresionantes estéticamente de la provincia de Málaga. Sus particulares formaciones rocosas son conocidas en todo el mundo y es un plan de ocio en torno a la naturaleza recurrente ya que este paisaje kárstico es capaz de sorprender a sus visitantes en más de una ocasión. Extenso, con multitud de rutas de diferente tipo que se amoldan a las características y apetencias de los visitantes e incluso un observatorio astronómico en sus dependencias. Las rocas calizas se han ido moldeando de manera caprichosa y han formado un monumento natural único. A sus pies, en la parte norte, entre el propio Torcal y Antequera hay un punto refrescante que a menudo pasa desapercibido: el Nacimiento del Río de la Villa.

Se trata de un gran nacimiento de agua de la que se nutre la propia ciudad Antequera y en torno al que hay una pequeña zona de recreo que aprovecha el ambiente más fresco en este punto de la provincia y que es ideal para un paseo que complemente la visita al torcal antequerano o a la propia ciudad. El manantial sorprende ya que el agua crea un bonito estanque natural en torno al que se desarrolla la zona de recreo. A diferencia de otros manantiales similares, no está permitido el baño, y tiene un gran caudal. El entorno lo agradece y, además, está enclavado en un punto de los alrededores de la ciudad antequerana en el que se puede disfrutar de buenas vistas y una buena jornada de asueto. No está lejos del núcleo poblacional antequerano, a escasos seis kilómetros y cuenta con un pequeño lago artificial. Una buena opción si se quiere conocer este punto de la provincia. Además, en las proximidades hay otros elementos que tienen el agua como protagonista como las Pilas de La Alhajuela, que está a escasos cuatro kilómetros y también hay un buen número de senderos y paseos que poder hacer en las proximidades y que no están estrictamente encuadrados en el paraje del Torcal. 

Antequera, patrimonio histórico infinito

Además, la ciudad de Antequera cuenta con innumerables posibilidades de ocio en torno al patrimonio histórico. Si los dólmenes y su flamante nuevo museo pueden ser de los más conocidos, la villa también reúne yacimientos y piezas e patrimonio histórico más allá de las joyas del Neolítico. Por ejemplo, en el Museo de la Ciudad de Antequera se puede ver la tumba de Acilia Plecusa, una esclava que se convirtió en señora de la Bética romana y cuyo mausoleo fue trasladado, piedra a piedra desde su ubicación. También se puede contemplar uno de los efebos de bronce romano más bonitos del mundo, una pieza especial que es digna de las mejores salas expositivas del continente. Singila Barba es uno de los poblados romanos que hay en las proximidades antequeranas que también cuenta con alguna de las necrópolis visitables de la provincia. Otro punto de patrimonio que a menudo pasa desapercibido es la alcazaba antequerana, una de las mejor conservadas y más bonitas que, además, domina el territorio de una manera espectacular. Un buen sitio para pasear. Además de estos puntos de patrimonio, el casco histórico de la ciudad, su calles y edificios históricos son  un gran argumento para aprovechar la jornada en un espacio de territorio que no es tan grande. El manantial del Río de la Villa añade un punto fresco al entorno natural antequerano que gobierna el Torcal.

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