Sus calles son un poema: el pueblo de Málaga que enamora a todo el que lo visita
Hablamos de Cortes de la Frontera, donde la poesía no solo se lee, sino que se camina
¿Sabes cuál es el pueblo más alejado de Málaga?

En el corazón de la Serranía de Ronda, entre montañas que susurran historias y callejuelas que respiran tradición, Cortes de la Frontera se erige como un rincón mágico de la provincia de Málaga. Pero este municipio no solo seduce por su belleza natural o su riqueza patrimonial; en sus calles, el arte se vive de una manera única. Aquí, la poesía no solo se lee, sino que se camina. Fue en los tiempos posteriores a la pandemia, cuando la vida volvía a recuperar su brillo, que Cortes de la Frontera encontró una forma singular de llenar el vacío que dejó aquel periodo oscuro: sus fachadas se convirtieron en páginas abiertas de poesía. Desde entonces, pasear por este pueblo es sumergirse en versos de Federico García Lorca, Miguel Hernández, Antonio Machado, Quevedo, Gloria Fuertes, Concha Méndez, Pedro Calderón de la Barca, José Antonio Sánchez o Marina Romero.
Lo que comenzó como una modesta iniciativa con apenas una veintena de fragmentos ha crecido hasta superar el medio centenar de poemas repartidos por todo el pueblo. Versos emblemáticos han encontrado cobijo en paredes encaladas, en rincones con historia y en espacios donde la palabra cobra un nuevo significado. Cada poema está estratégicamente ubicado para potenciar su mensaje. Así, junto al Ayuntamiento, un imponente edificio de piedra del siglo XVIII mandado a construir por Carlos III, se pueden leer los versos de Viento del pueblo de Miguel Hernández, exaltando la democracia y la lucha por la libertad. En el Callejón del Cine, sorprende encontrar palabras escritas por la mismísima Marilyn Monroe, mostrando su faceta más desconocida.
Entre los textos más conmovedores, los de Antonio Machado destacan con fragmentos como: "Anoche cuando dormía, soñé ¡bendita ilusión! que una fontana fluía dentro de mi corazón…". Es solo uno de los muchos ejemplos que convierten a Cortes de la Frontera en el pueblo más poético de Málaga.
Monumentos con historia
Más allá de su singular homenaje a la literatura, este municipio alberga un importante patrimonio arquitectónico. La ruta por sus monumentos empieza en su Plaza de Toros, la segunda más grande de la Serranía de Ronda, reflejo de una profunda tradición ganadera y taurina. Inaugurada en 1894, su ruedo de 30 metros de diámetro es testigo de numerosas festividades. Otro punto imperdible es la Casa y Capilla de los Valdenebros, conocida popularmente como la "Casa de las Tetitas", debido a la forma de los remaches de su portón. Antaño residencia de un militar ennoblecido por sus hazañas, esta vivienda aún conserva su escudo heráldico y un pasadizo subterráneo que la comunicaba con la iglesia.
Hablando de templos, la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, situada en la Plaza de la Constitución, es una joya del siglo XVIII que impresiona por su sobria arquitectura. Dos edificios más completan la lista de visitas imprescindibles: el Ayuntamiento, con su majestuosa fachada de diez arcadas, y la enigmática Casa de Piedra, un vestigio del pasado andalusí que, según los historiadores, fue un templo encubierto para cristianos que vivían bajo dominio islámico.
Fiestas, tradiciones y la gastronomia de Cortes de la Frontera
Cortes de la Frontera también sabe cómo celebrar la vida. Su evento más esperado llega en agosto, con las fiestas en honor a San Roque y San Sebastián, donde la suelta de vaquillas por las calles —conocida como "Toro del Aguardiente"— es el gran atractivo. En junio, las romerías de la Virgen del Rosario y del Caballo llenan el pueblo de color y devoción, mientras que el Carnaval y la Semana Santa completan un calendario festivo en el que la tradición y el fervor popular van de la mano.
La gastronomía de Cortes de la Frontera es un reflejo de su identidad: una fusión entre la riqueza natural de la sierra y el saber culinario transmitido de generación en generación. Entre los platos más representativos destacan el cordero de la sierra, el ciervo en salsa y el conejo al Guadiaro. Para los amantes de la cocina tradicional, las migas —aquí servidas con frutas, aceitunas y arenques— son un imprescindible. Y para el broche final, nada mejor que una compota de membrillo, el postre más emblemático de la zona.
Cómo llegar a Cortes de la Frontera
Ubicado en el límite entre Málaga y Cádiz, Cortes de la Frontera se encuentra a 159 kilómetros de Málaga capital, siendo el pueblo más alejado de la capital. Para llegar en coche, la mejor opción es tomar la A-357, continuar por la A-367 tras pasar Ardales, y luego seguir por la MA-555, MA-507 y MA-501 hasta tomar la MA-549, que conduce directamente al pueblo.
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