La farola

Tras 32 años echa el cierre la hamburguesería El Laberinto de Nueva Málaga

La terraza de la hamburguesería El Laberinto, en una imagen de archivo.

La terraza de la hamburguesería El Laberinto, en una imagen de archivo.

Desde algunas semanas se puede ver otra persiana cerrada en Málaga, la mítica hamburguesería El Laberinto echó el cierre tras 32 años de servicio en la barriada de Nueva Málaga. 32 años se cuentan rápido pero toda la década de los 90 y los años que llevábamos consumidos del nuevo siglo han marcado la historia de Burguer El Laberinto, para algunos los mejores camperos de toda Málaga, aunque sobre esto la eterna muletilla: para gustos, colores.

"Hemos cerrado definitivamente El Laberinto, muchas gracias a todos por estos 32 años", decían en un escueto mensaje los propietarios de la hamburguesería, Miguel y Antonia, en las redes sociales del establecimiento, que reconocen "estar ya cansados" tras toda una vida sirviendo a una clientela que "por suerte, siempre me han respondido".

La mítica hamburguesería El Laberinto se encontraba en la barriada de Nueva Málaga, en la calle José Iturbi, la más viva en cuanto a hostelería en la zona. A lo largo de esta toda la calle se podían encontrar multitud de opciones, desde tabernas y restaurantes –La Casa de Anyo o tapeArte– hasta sitios de tapas e incluso otra hamburguesería como la cadena Rosario's Burgers. Aunque El Laberinto destacaba por servir camperos clásicos aunque algo diferentes a los más típicos, al igual que con las hamburguesas. 

De hecho, El Laberinto fue uno de los 20 lugares de camperos que visitó el malagueño Alejo Tomás en su primera Ruta del Campero en busca del mejor de toda Málaga. De hecho fue la primera de sus paradas, dejando su camperos en la posición 19 de aquel ránking.

En El Laberinto los camperos no tenía nombre, sino número. Allí el campero normal no era un "campero normal", era un número 1. El campero de atún no era un "campero de atún", era un número 3; ni el campero de pollo no era un "campero de pollo", era un número 5; así como tampoco el campero de pinchito no era un "campero de pinchos", sino que era un número 6. Pero el que mejor tirón tuvo siempre fue el número 8, el de tortilla de patatas. 

En la carta de El Laberinto, además de sus hamburguesas, donde llamaba la atención su pan especial, y los camperos, también había lo típico y habitual de cualquier hamburguesería de barrio en Málaga. También había pepito y serranitos, incluso bocatas especiales, perritos o sandwiches, y también ensaladas para despistados. Se pone así el cierre a una de las hamburguesería con más historia de Málaga y que los vecinos de Nueva Málaga recordarán seguro con cariño.

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