Octubre con 'O' de otoño: estos tres lugares de Málaga son mágicos con el cambio de estación
El Bosque de Cobre deslumbra con un paisaje teñido de oro y cobre en el valle del Genal
El Alcázar de Alcaucín: naturaleza y senderismo al pie de la Sierra de Tejeda
La Senda Litoral: paseos junto al Mediterráneo sin las aglomeraciones del verano
El otoño transforma la provincia de Málaga en un mosaico de paisajes que van desde las montañas teñidas de tonos ocres hasta la costa aún bañada por la luz del Mediterráneo, una transición que comienza especialmente en octubre. Con el cambio de estación, la naturaleza malagueña revela una belleza singular en espacios que combinan patrimonio natural, senderos únicos y panorámicas inolvidables. Entre los rincones más destacados, tres enclaves brillan con fuerza en esta época del año: el Bosque de Cobre en el valle del Genal, el área recreativa de El Alcázar en Alcaucín y la Senda Litoral en su tramo occidental, entre San Pedro de Alcántara y Estepona.
El Bosque de Cobre: un valle teñido de oro y cobre
En pleno valle del Genal, el conocido como Bosque de Cobre se convierte en uno de los escenarios otoñales más espectaculares de Andalucía. Los extensos castañares de la zona cambian progresivamente su color, ofreciendo un paisaje dominado por tonalidades doradas, rojizas y ocres que atraen cada año a miles de visitantes.
Los senderos que recorren este entorno permiten adentrarse en un mar de hojas crujientes bajo los pies, con vistas que se suceden entre los pueblos de Pujerra, Genalguacil, Faraján, Igualeja, Alpandeire o Parauta. Cada uno de estos municipios aporta su propio encanto, desde miradores panorámicos hasta calles empedradas con un marcado carácter serrano. La gastronomía, en la que la castaña se erige como protagonista de platos y celebraciones, añade un atractivo más a la experiencia de este rincón malagueño.
El Alcázar en Alcaucín: naturaleza al pie de la Sierra de Tejeda
A los pies de la majestuosa Sierra de Tejeda se encuentra el área recreativa de El Alcázar, un espacio natural que en otoño alcanza un esplendor especial. Arroyos que discurren entre frondosos bosques, rutas que se adentran en la montaña y miradores que permiten contemplar un entorno de gran valor ecológico conforman este enclave.
La presencia cercana de cumbres que superan los dos mil metros de altura refuerza la sensación de estar en un paraje único. La zona combina la tranquilidad del contacto directo con la naturaleza con la proximidad de Alcaucín, un pueblo que conserva la esencia de la Axarquía. El Alcázar se integra, además, en un entorno privilegiado que conecta con las sierras de Tejeda y Almijara, donde múltiples senderos ofrecen la posibilidad de descubrir paisajes cambiantes en función del ritmo de la estación.
La Senda Litoral: el encanto del mar en otoño
El litoral malagueño también se viste de otoño, aunque de una forma distinta a la del interior montañoso. La Senda Litoral, en su tramo que recorre San Pedro de Alcántara y Estepona, brinda la posibilidad de caminar junto al Mediterráneo por pasarelas y senderos accesibles. Sin grandes desniveles, este recorrido permite descubrir enclaves de interés como las termas romanas de Las Bóvedas o la Punta de Baños, al tiempo que se disfruta de la brisa marina en un ambiente más templado que en los meses estivales.
En Estepona, la senda conserva las mismas características de accesibilidad y paisaje, con la ventaja de una climatología que en otoño resulta especialmente agradable. La combinación del azul del mar con la calma propia de la estación convierte este trayecto en un destino atractivo para quienes buscan conectar con la costa sin las aglomeraciones del verano.
También te puede interesar