El patrimonio arquitectónico de este pueblo de Málaga se remonta a épocas milenarias y su castillo es Monumento Nacional

Un municipio donde la huella fenicia, romana, ibérica y medieval convive en cada rincón

El Castillo de la Estrella, símbolo del municipio, fue clave en la estrategia militar medieval

Este pueblo de Málaga tiene el museo de belenes más importante de Europa: más de 70 belenes y 2.000 figuras artesanales

Una vista panorámica de Teba desde el Castillo de la Estrella.
Una vista panorámica de Teba desde el Castillo de la Estrella. / Malaga.es

En la comarca occidental de Antequera, Teba aparece como uno de los municipios malagueños donde la historia ha dejado una huella profunda y diversa. A orillas del río Guadalteba y con una población cercana a los 3.700 habitantes, este pueblo destaca por un casco urbano de raíces andaluzas, donde los palacetes, las casas señoriales y las fachadas tradicionales conservan detalles que hablan de siglos de evolución. Sus rejas forjadas y portones artesanales conforman una estampa reconocible para quienes se adentran en sus calles, pero lo que realmente convierte a Teba en un enclave singular es la profundidad temporal de su patrimonio, visible en sus monumentos y en los restos arqueológicos hallados en su entorno.

El elemento arquitectónico más impresionante de Teba es, sin duda, el Castillo de la Estrella. Situado a 600 metros de altitud y dominando el perfil del municipio, esta fortaleza constituye la imagen más icónica del pueblo. Sus orígenes se remontan al periodo almohade, entre los siglos XII y XIII, aunque posteriormente fue reformado bajo el dominio nazarí. En su época alcanzó una posición estratégica indispensable y llegó a ser considerado un enclave prácticamente inexpugnable.

El Castillo de la Estrella.
El Castillo de la Estrella. / Castillodelaestrellateba.com

Su extensión supera los 20.000 metros cuadrados, distribuidos en dos recintos amurallados y un total de dieciocho torres. A pesar del paso del tiempo y de las transformaciones históricas, aún se conservan elementos tan destacados como la Torre del Homenaje, amplios tramos de muralla y un extenso Patio de Armas, todos ellos de época cristiana. El conjunto fue declarado Monumento Nacional de Interés Histórico-Artístico gracias a su relevancia y a la información que aporta sobre la arquitectura defensiva medieval en Andalucía.

En su interior se ubica un museo municipal con colecciones de restos fenicios, romanos e ibéricos recuperados en diversos puntos del término municipal. Aunque actualmente está pendiente de una reforma para abrir nuevos espacios, sigue siendo un referente para comprender la riqueza arqueológica del municipio.

Un conjunto monumental que refleja siglos de historia

Más allá de su castillo, Teba conserva un patrimonio monumental que evidencia su importancia histórica. Entre sus edificios más representativos destaca el convento de San Francisco, cuyo pórtico monumental acapara la atención por su presencia imponente. También sobresalen la iglesia de la Santa Cruz Real, las ermitas de Nuestra Señora del Carmen y Nuestro Padre Jesús Nazareno, además del palacete del Marqués de Greñina y la casa condal vinculada a la Emperatriz Eugenia de Montijo.

Uno de los episodios más recordados de la historia de Teba está marcado por la figura de sir James Douglas, caballero escocés al servicio del rey Roberto I de Escocia. Douglas participó en la conquista de Teba junto a las tropas cristianas de Alfonso XI el 20 de enero de 1389, un acontecimiento que el municipio mantiene vivo. En la Plaza de la Constitución se encuentra un monumento conmemorativo dedicado a su memoria y, además, se conserva una lápida procedente del municipio escocés de Melrose, con el que Teba está hermanado.

Museo Parroquial y Sala Arqueológica: testigos del pasado milenario de Teba

La riqueza patrimonial del municipio también se refleja en su Museo Parroquial y Sala Arqueológica, inaugurada en 1982. Este espacio reúne piezas procedentes de tres yacimientos clave del término municipal. Entre ellos, la Cueva de las Palomas contiene restos prehistóricos datados entre los años 3000 y 2000 a.C., que permiten comprender la temprana ocupación humana del territorio.

El yacimiento de Los Castillejos aporta cerámicas pertenecientes a culturas argáricas, púnicas e ibéricas, mientras que el asentamiento romano de El Tajo evidencia la presencia de estructuras y actividades vinculadas al periodo romano. El museo también exhibe elementos procedentes de la necrópolis y de las propias instalaciones del Castillo de la Estrella, conformando un recorrido que sintetiza miles de años de historia local.

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