Las playas de Málaga que califican como las más "tranquilas" y que son perfectas "para relajarnos y desconectar"

La provincia de Málaga, conocida por su clima privilegiado y su extensa franja litoral, atrae cada año a miles de visitantes en busca de sol y mar. Sin embargo, no todas sus playas responden al estereotipo del bullicio estival y las sombrillas apiñadas. Existen rincones donde la calma prevalece, el entorno natural cobra protagonismo y el descanso encuentra su lugar. Según el medio 20minutos, hay cuatro playas en Málaga que destacan por ser las más tranquilas del litoral, ideales para quienes prefieren desconectar lejos de las multitudes.

Playa de Artola: dunas, vegetación y serenidad

Ubicada en el término municipal de Marbella, la playa de Artola —también conocida como playa de Cabopino— es una de las más singulares del litoral malagueño. Tal como se recoge en la descripción de 20minutos, "esta playa se encuentra protegida por las Dunas de Artola", un espacio natural que añade valor paisajístico y ambiental al entorno. Se trata de una playa donde la tranquilidad es un elemento distintivo, menos concurrida que otras más céntricas y rodeada por una vegetación autóctona que crea un ambiente particular.

Además del carácter reposado que ofrece, esta playa destaca por su belleza natural. El sistema dunar que la bordea y su acceso algo más alejado de los núcleos urbanos masificados contribuyen a que Artola se perciba como un enclave ideal para quienes buscan una jornada en la costa sin aglomeraciones ni ruidos.

Playa de Punta Chullera: en la frontera entre Cádiz y Málaga

La playa de Punta Chullera se sitúa en el municipio de Manilva, en el extremo occidental de la provincia, justo en el límite con la provincia de Cádiz. Es una de las opciones más alejadas de la capital, y quizá por eso también una de las menos transitadas. Según 20minutos, "el difícil acceso a esta playa de aguas limpias hace que sea una de las más tranquilas de la zona".

El entorno natural de Punta Chullera es uno de sus mayores atractivos. Rodeada de formaciones rocosas, ofrece un paisaje abrupto y salvaje, en contraste con otras playas más urbanizadas de la Costa del Sol. Esta configuración geográfica contribuye no solo a su aislamiento sino también a su conservación. La limpieza de sus aguas y la escasa presencia de bañistas refuerzan esa sensación de refugio junto al mar. En palabras del citado medio, "Punta Chullera es el lugar perfecto para relajarnos y desconectar".

Playa de Maro: paisajes conocidos y ambiente sereno

Nerja es uno de los municipios más reconocidos de la costa oriental de Málaga, y entre sus playas más emblemáticas destaca la playa de Maro. Localizada entre las provincias de Málaga y Granada, esta playa forma parte de un entorno agrícola que le otorga una apariencia particular. 20minutos señala que "la playa de Maro se caracteriza por la tranquilidad que ofrece y el escaso número de bañistas que la visitan".

Rodeada de invernaderos y cultivos, la playa de Maro presenta un entorno poco habitual en otras zonas del litoral. Sus aguas transparentes y su acceso algo más apartado hacen de esta cala un punto de interés para quienes valoran la calma y la conexión con la naturaleza. Además, según recuerda el medio, "es uno de los lugares que inspiró la mítica serie de televisión de los 80 Verano Azul", lo que le añade un componente emocional y nostálgico para quienes reconocen en sus paisajes escenas de la cultura popular.

Playa del Cable: discreta y cercana a Marbella

Aunque Marbella es uno de los destinos más visitados de la provincia, con playas urbanas muy concurridas durante los meses de verano, aún conserva zonas más tranquilas como la playa del Cable. Se trata de un arenal con historia, que debe su nombre a un antiguo sistema de transporte de minerales. "Esta playa debe su nombre a que en la antigüedad un cable la cruzaba para transportar los minerales hasta los cargueros", recoge 20minutos.

A pesar de su cercanía a la ciudad y a zonas muy frecuentadas, la playa del Cable ha logrado mantener un ambiente más reposado. Es precisamente esta combinación de accesibilidad y discreción lo que la convierte en una opción distinta dentro del municipio marbellí, diferenciándose del bullicio que suele caracterizar a otras zonas del mismo entorno.