Las playas de Málaga en las que el tiempo se detuvo: son las más 'vírgenes' de la provincia
Estas son las playas de Málaga donde la naturaleza aún se mantiene prácticamente intacta, lejos del bullicio
Esta es la playa de Málaga que compite por ser la mejor de España y Andalucía

La provincia de Málaga cuenta con más de 160 kilómetros de litoral, una extensión que combina desde tramos altamente urbanizados hasta rincones costeros donde la naturaleza se conserva prácticamente intacta. Son estos últimos —calas escondidas, playas sin paseo marítimo y zonas de difícil acceso— los que ofrecen una experiencia distinta, lejos del bullicio y de las aglomeraciones veraniegas. En este recorrido por algunas de las playas más vírgenes de Málaga, se pone en valor el carácter natural, aislado y poco intervenido de estos enclaves, donde el mar y la vegetación conviven sin artificios.
Las playas de Maro, en Nerja
En el extremo oriental de la Costa del Sol, las playas de Maro se presentan como las más invioladas de toda la provincia. Se sitúan bajo el paraje natural Acantilados de Maro-Cerro Gordo, un entorno abrupto que dificulta su acceso, lo que ha contribuido a preservar su estado natural. Son calas de arena oscura y piedras, sin paseo marítimo ni infraestructuras, lo que potencia la sensación de aislamiento.

Este tramo de litoral nerjeño está compuesto por enclaves como la playa de Las Alberquillas, el Molino de Papel, La Caleta, la cala del Cañuelo, la cala El Pino, la cala de las Doncellas y la playa de Cantarriján, muchas de ellas enclavadas entre acantilados que alcanzan más de 200 metros de altura. La playa de Maro fue incluso reconocida en 2013 como la mejor de Andalucía en un sondeo televisivo.
Playa de Artola o de Cabopino, en Marbella
La playa de Artola, también conocida como Cabopino, se encuentra en el término municipal de Marbella y está arropada por el sistema dunar de Artola, declarado Monumento Natural en 2001. Este cordón dunar, con tramos fósiles y móviles, se extiende a lo largo de 20 kilómetros, aunque la playa propiamente dicha no supera el kilómetro.

Rodeada de vegetación autóctona y sin exceso de servicios, Artola es una de las pocas playas de la Costa del Sol donde se puede contemplar un ecosistema litoral bien conservado. En su entorno destaca también la Torre de los Ladrones, una construcción defensiva de origen romano.
Playa La Carraca, en Torrox
En la zona de El Morche, en Torrox, se localiza la playa de La Carraca, un arenal que, a pesar de estar próximo a áreas urbanas, carece de paseo marítimo y chiringuitos. Su acceso es sencillo, pero el escaso desarrollo turístico en primera línea ha mantenido su condición de espacio poco frecuentado. Con presencia de vegetación y un cordón dunar frontal, es una muestra de los tramos costeros menos intervenidos de la comarca de la Axarquía.
Playa de Almayate, en Vélez-Málaga
Situada entre Torre del Mar y Bajamar, la playa de Almayate representa un vestigio de lo que fue gran parte del litoral malagueño antes de la expansión urbanística. Su extensión ronda los 800 metros y destaca por su escasa ocupación, ausencia de paseo marítimo y número reducido de servicios.

Almayate es también una de las tres playas nudistas más reconocidas de España, aunque esta práctica se limita a la zona cercana a Bajamar. El entorno natural y su condición aislada han favorecido su conservación como una de las playas más vírgenes del litoral oriental malagueño.
Playa de los Rubios, en Rincón de la Victoria

A las afueras de Rincón de la Victoria se encuentra la playa de los Rubios, un arenal de más de un kilómetro de longitud que forma parte de un proyecto de conservación mediante un paseo ecológico. Sin grandes infraestructuras y sin paseo marítimo convencional, esta playa se integra en el paisaje del parque de La Serrezuela, configurando un espacio natural donde la vegetación y el entorno costero conviven sin alteraciones significativas.
Playa de Calaceite, en Torrox

Protegida por montañas y sin construcciones cercanas, la playa de Calaceite, también en Torrox, ofrece un litoral de arena oscura y gruesa, ideal para practicar esnórquel y submarinismo. Sus dimensiones —400 metros de largo por 40 de ancho— y su localización junto a la carretera nacional la convierten en una cala discreta, con bajo nivel de ocupación incluso en los meses de verano. Su valor paisajístico y ecológico se ve reforzado por la ausencia de servicios urbanos, lo que la convierte en un entorno muy protegido frente a la presión urbanística.
Playa de Chullera, en Manilva

En el límite occidental de la provincia, la playa de Chullera, en Manilva, marca la frontera con Cádiz. También conocida como punta de Cala Sardina, esta playa presenta un paisaje rocoso de gran belleza, con arenas doradas y aguas limpias. No cuenta con paseo marítimo y su acceso a pie es complicado, lo que ha permitido su conservación a lo largo del tiempo. La riqueza ecológica de la zona y su valor paisajístico la convierten en una de las calas más genuinas del litoral malagueño.
También te puede interesar
Lo último
El parqué
Recuperación

La Rayuela
Lola Quero
Seguir al líder al despeñadero

La ciudad y los días
Carlos Colón
La España de Torrente