Pedir café en Málaga, lo que hay que saber para conseguir la dosis perfecta
La ciudad y muchas localidades de la provincia comparten la peculiaridad de tener varias medidas diferentes para la proporción de café, un descubrimiento para quienes visitan por primera vez la Costa del Sol
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El café es una de esas bebidas que se mantiene como imprescindible en el mundo y se consume por toneladas en la gran mayoría de ciudades. Google acaba de dedicarle su Doodle a Angelo MoriondoAngelo Moriondo, un italiano que inventó la cafetera a vapor en el siglo XIX y que se ha desarrollado hasta nuestros días. En las ciudades portuarias, las cafeterías y los cafés han protagonizado tertulias, historias y pasajes importantes de la vida en torno al café. Las particularidades de esta bebida hacen que cada localidad o comarca tenga sus costumbres en función del gusto de sus ciudadanos. Se pueden encontrar tipos diferentes de tostados y mezclas en función del punto de la geografía que se visite y en Andalucía es algo que se puede comprobar atravesando, por ejemplo, la línea costera mediterránea de la comunidad autónoma. Entre las grandes firmas cafeteras se cuelan empresas cafeteras locales con su punto de sabor diferente por toda la costa granadina, almeriense o malagueña. En cualquier caso, más allá de eso, en la capital de la Costa del Sol y sus alrededores el siglo XX dejó una particular manera de pedir el café en función de la cantidad de leche y café que lleve el vaso.
A los extendidas y populares variantes del café solo (cortado, mitad y leche manchada) que se piden en muchas localidades andaluzas y de otras comunidades, en la capital malacitana y su entorno se añaden varios tipos diferentes de medidas que se pueden pedir para tener una proporción de café y leche perfecta según los gustos que se tengan. Es sencillo: hay que tomar el café con leche (mitad café y mitad leche, pidan un mitad y tendrán un café con leche) como referencia: hay cuatro tipos de café con más de la mitad del vaso de café y cuatro por debajo y aunque algunas de estas medidas están en desuso, la gran mayoría se mantienen. Según el canon establecido en el histórico Café Central malagueño y en orden según la cantidad de café: Solo (sin leche), largo, semi-largo, solo corto, mitad, entre corto, corto, sombra y nube. Bajo estas letras se puede ver la proporción de café que cada uno de esas medidas proporciona, pero eso no es todo, hay que tener en cuenta que este canon es de principios del siglo XX y todo ha evolucionado un poco.
De hecho, en la práctica, las medidas por encima del café con leche se han reducido un poco y el cortado (se puede relacionar con el solo corto) es uno de los que más demandados entre el solo y el café con leche o mitad. Es por debajo de la clásico café con leche dónde hay más demanda y más uso de esta costumbre malagueña. Si en muchos lugares de Andalucía se pide una "leche manchada" como referencia de un café con mucha leche y poco café, la nube y el sombra son dos opciones de las más demandadas y que tienen una pequeña diferencia en la cantidad de café que a menudo es la diferencia entre tomarse un café a gusto y un punto más cargado de lo que se desea. Como norma, recordar que la nube tiene menos café que el sombra. Y sí, se pide una nube y no un [café] nube; y, sin embargo, habitualmente se pide un [café] sombra y no una sombra como podría deducirse por cómo se le llama a la nube. El resto se pide en masculino. Detalles de la vida en la Costa del Sol.
Origen de los tipos de café en Málaga
El origen de esta manera de pedir los cafés se ha contado en muchas ocasiones y tiene que ver con la escasez del mismo en diversas fases del siglo XX. En el Café Central se empezó pidiéndole a los clientes que señalaran cual era la cantidad correcta para su gusto y así poder servirla sin tener que desperdiciar café. esta medida no era la más rápida a la hora de servir, así que se los dueños del establecimiento crearon una tabla con la división citada a la que los clientes se acostumbraron rápido. Después, esa manera de servir los cafés fue publicitada por una famosa empresa cafetera malagueña y la buena idea se extendió por la ciudad y los alrededores. En pleno siglo XXI sigue siendo una de esas pequeñas cosas que distinguen a la ciudad y que sorprende a mucha gente que visita por primera vez la zona.
Si en Italia -y otros muchos lugares- tienen sus particularidades a la hora de tomar, servir y hacer el café, las costumbres malagueñas pueden parecer menos sibaritas que las que necesitan de un barista para convertirse en un producto, pero son muy eficaces a la hora de tomar el café a gusto o de controlar la dosis de cafeína adecuada en función de la persona y el momento del día. En los últimos años, además, la cantidad de tipos diferentes de leche con los que se puede servir el café añaden un punto más de diferencia a esta costumbre malacitana.
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