La farola

Una ruta de senderismo repleta de sorpresas en Málaga por el Quejigal

Tajo del Quejigal, en Benalmádena.

Tajo del Quejigal, en Benalmádena. / malaga.es

Entre el amplio y extenso abanico de opciones de rutas de senderismo que ofrece Málaga, hay algunas que sorprenden por lo que permiten descubrir, parajes naturales ocultos, en este caso en un municipio esencialmente costero. Pocos conocen las rutas de senderismo que Benalmádena guarda a escasos kilómetros del litoral de la Costa del Sol. El viaje a pie hacia El Quejigal ofrece vistas de los paisajes naturales característicos de esta zona de Málaga.

Nos desplazamos hasta la curva de la carretera comarcal 407, cerca de Arroyo Hondo, donde tendremos que tomar un desvío a la derecha en dirección a Benalmádena. Este sendero, que discurre justo debajo del viaducto de la autovía, nos lleva por la ladera de un pequeño monte poblado de pinos, algarrobos y acebuches, entre otros tipos de árboles, adentrándonos así en la denominada Sierra de Castillejos. Dadas las temperaturas que ya acostumbra en el mes de diciembre, se recomienda comenzar este sendero una prudente, cuando las horas de sol más calienten la zona, quizá para finalizar el trayecto sobre el mediodía.

Siguiendo la antigua conducción de agua que abastecía en el pasado a Benalmádena pueblo, y que aún se puede identificar por unas pequeñas casetas construidas, encontramos un antiguo sendero, el Camino de Benalmádena, que nos lleva a la zona del Quejigal, un paraje de gran valor ecológico. La zona se ha visto regenerada en varios momento en este siglo debido a incendios, aunque su recuperación es sorprendente, ya que hoy en día podemos disfrutar de su abundante y variada flora, así como la fauna que vive en estos rincones, entre las que podremos observar cómo diferentes especies de águilas cazan en la zona o cómo las cabras montesas recorren las paredes rocosas si andas con suerte, sin duda experiencias enriquecedoras de esta ruta.

Este rincón de la provincia de Málaga es uno de los pocos donde la sequía no causa estragos, y es posible encontrar agua natural durante todas las estaciones del año. Destaca por su belleza y tranquilidad, siendo un lugar idóneo para la observación y la contemplación. El Cerro de la Cruz o Cerro Guerrero marca la última etapa de este recorrido por El Quejigal. Para los más aventureros, existe la posibilidad de prolongar la caminata en busca del Puerto Viejo o Puerto del Calamorro. Al igual que en las rutas del Arroyo de los Muertos y de los Leñadores, es posible conectarse con otros senderos de la zona.

La conclusión de la ruta se sitúa en la unión con la Ruta de los Cazadores en la cota 600. Desde este punto, los caminantes pueden elegir la dirección que deseen. Hasta el punto mencionado, la ruta abarca unos ocho kilómetros y suele tomar alrededor de dos horas y media completarla, algo apto para casi cualquier persona, de bajo nivel de dificultad pero mucho disfrute.  Esta es solo una de las rutas que ofrece la provincia en los alrededores de Benalmádena. Otras opciones senderistas incluyen la que conecta el Puerto de las Ovejas con el Cerro Calamorro, la que discurre por el Tajo de la Sabia, o la de la Mina Trinidad, entre otras.

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