Cuatro rutas de senderismo imprescindibles para disfrutar del otoño en Málaga: fáciles, bonitas y llenas de historia

El otoño transforma Málaga en un paraíso para quienes buscan conectar con la naturaleza. Las temperaturas más suaves y los paisajes cambiantes convierten esta estación en un momento idóneo para recorrer algunos de los senderos más representativos de la provincia que tras las lluvias ganan brillo y color. Dentro de este entramado, la Gran Senda de Málaga se erige como uno de los grandes referentes para descubrir el territorio paso a paso. Su red de itinerarios une municipios, sierras y valles, ofreciendo rutas muy variadas en longitud, dificultad y atractivo paisajístico. Entre ellas, destacan cuatro recorridos especialmente interesantes durante esta época del año, todos marcados por la combinación de naturaleza e historia que caracteriza a la provincia.

Ruta entre Mijas y Benalmádena: una conexión entre sierra y Mediterráneo

La etapa 33 de la Gran Senda de Málaga, con 18 kilómetros de recorrido, enlaza dos de los municipios más emblemáticos de la Costa del Sol: Mijas y Benalmádena. Se trata de una ruta lineal de dificultad fácil, concebida como una jornada relajada entre paisajes donde el mar y la montaña conviven de manera sorprendente.

El sendero arranca en el casco urbano de Mijas, ascendiendo por un Vía Crucis que conduce hasta la ermita del Calvario, un enclave histórico situado en plena sierra. Desde este punto, las vistas panorámicas se abren hacia el litoral y, en días despejados, incluso hacia las costas africanas. El itinerario avanza después por la sierra que comparten Mijas y Benalmádena, bordeando también zonas cercanas a Alhaurín de la Torre. La última parte desciende hacia Benalmádena, completando un recorrido donde los contrastes geográficos se convierten en protagonistas.

De Alameda a Fuente de Piedra: un largo recorrido por sierras y vega

Para quienes prefieren rutas extensas, la etapa 17 de la Gran Senda de Málaga ofrece una opción de cerca de 19 kilómetros que conecta Alameda con Fuente de Piedra. Aunque su duración estimada oscila entre siete y ocho horas, su dificultad es baja, por lo que resulta accesible para caminantes habituados a trayectos prolongados.

El punto de partida en Alameda sitúa al senderista en el espacio conocido como loma El Ventorrillo, un cruce histórico entre tres términos municipales. El camino avanza por las sierras de la Camorra y Mollina, donde predominan paisajes de tonos secos y relieves suaves. A medida que se avanza, el entorno cambia progresivamente hasta desembocar en las fértiles tierras de la Vega de Antequera. La llegada a Fuente de Piedra, localidad asociada a su emblemática laguna y a la presencia de flamencos, pone el cierre a un itinerario que combina historia natural y transición paisajística.

Alfarnatejo – Alfarnate: un recorrido entre cordilleras y tajos

La etapa 10 de la Gran Senda, que une Alfarnatejo y Alfarnate, se extiende a lo largo de 16,6 kilómetros y presenta una dificultad media. Es un recorrido ideal para quienes desean adentrarse en los paisajes montañosos de la Axarquía, caracterizados por relieves abruptos y una vegetación muy representativa del interior malagueño.

El inicio se sitúa en Pulgarín Alto, pedanía de Alfarnatejo, desde donde la ruta avanza entre la Cordillera Antequerana y la depresión de Alfarnate. El camino deja a la vista formaciones rocosas como los tajos de Doña Ana y Gomer, que destacan por su presencia imponente. El sendero discurre en buena parte junto al río Sabar, cruzando pequeños puentes y cauces abiertos que acompañan la marcha. A lo largo del itinerario, es posible observar encinas, quejigos, álamos y olivares de secano, una muestra clara de la flora autóctona de esta comarca.

Villanueva de Algaidas – Cuevas Bajas: historia rural en un trayecto accesible

Quienes prefieren distancias más cortas encuentran en la etapa 15 de la Gran Senda una opción cómoda y accesible de 10 kilómetros entre Villanueva de Algaidas y Cuevas Bajas. Su dificultad baja y una duración aproximada de tres horas la convierten en una ruta apta para senderistas con distintos niveles de experiencia.

El recorrido comienza en Villanueva de Algaidas con la subida al cerro de la Cruz, un punto elevado desde el que se obtienen amplias vistas de las vegas del río Genil. Una de las particularidades del trayecto es su cercanía a elementos históricos de gran valor, como las ruinas del convento de Nuestra Señora de la Consolación, del siglo XVI, y una ermita rupestre mozárabe del siglo IX. El sendero finaliza en Cuevas Bajas, completando un itinerario donde la naturaleza y el patrimonio rural conviven a lo largo de todo el camino.