La periodista Patricia Simón (Estepona, 1983) está estos días en Ucrania. No pudo quedarse mirando desde lejos a pesar de los compromisos de presentación de su último libro, Miedo. Viaje por un mundo que se resiste a ser gobernado por el odio (Ed. Debate). Desde Kiev está relatando el horror que están viviendo los que aún no se han marchado. 

Como ella, muchos compañeros, la mayoría freelance, se juegan la vida por 100 euros la crónica. “El periodismo internacional se ha perdido, las plantillas de los medios están muy disminuidas, entre 2011 y 2014 hubo 14.000 despidos en España”, dice Simón, que publica su reporterismo, muy vinculado a lo social, en La Marea.

Ha realizado coberturas en más de 25 países, entre ellos Colombia, Palestina, Israel, Jordania, Líbano, Guatemala, Estados Unidos, Sierra Leona y Marruecos. La mayoría de sus trabajos están dedicados a los derechos humanos, violencias machistas, conflictos, migraciones, lucha contra la pobreza y la lucha feminista contra la explotación de multinacionales.

“Las mujeres son las que están ahora mismo al frente de las grandes luchas sociales, las que lideran los movimientos en contra de las grandes hidroeléctricas, en defensa de los derechos humanos y contra la violencia”, considera Simón, que ha entendido siempre el periodismo social “como una forma de combatir la injusticia”.

Para Simón, usar una perspectiva de género supone “analizar todos los actores, las dinámicas y los procesos que favorecen que las mujeres estemos en situación de desigualdad, he trabajado mucho sobre la situación de las mujeres en diferentes contextos y esto te permite hacer la radiografía completa”. Y la imagen que aparece es clara: “la mujer está siempre en una situación más vulnerable”.

"El reto del feminismo es construir discursos que atraigan a los jóvenes que sedujo la ultraderecha”

Su observación le ha dado, además, una mirada diferente doble la migración de muchas mujeres. “Hay una parte muy importante de mujeres que migran buscando derechos, huyendo de la violencia de género, de la mutilación genital o intentando conseguir vidas emancipadas, tienen muchísimo arrojo y determinación y si las viésemos así no sería tan fácil que las tratásemos en las condiciones de explotación laboral que reciben aquí”, señala.

En su libro, que presenta el próximo 10 de marzo en Málaga, Simón aborda no sólo el miedo a la soledad, a la muerte o la enfermedad surgido con la pandemia, sino que escarba mucho más.

“Este ensayo es un viaje de crónicas periodísticas, de historias en muchos sitios, que tienen en común el impacto del miedo que nos ha convertido en personas cada vez más atemorizadas, sin estar en el momento más conflictivo de la historia, y cómo las ultraderechas internacionales, las derechas nacionalistas y los populismos estaban azuzando esos miedos porque cuanto más atemorizados estamos somos más sometibles y explotables”, considera.

Para Simón, siempre implicada en la lucha feminista, el reto del feminismo hoy es “construir discursos que atraigan a los chicos jóvenes que están siendo seducidos por la ultraderecha, que les dice que las feministas somos unas radicales que impugnamos todas las masculinidades”.