Están aquí. El 8 de marzo y el resto de días. Aunque ocupen muchos menos titulares en la prensa, a pesar de su menor visibilidad. Son fuertes, valientes, trabajadoras y, por encima de todo, capaces. Capaces de liderar, de llevar a cabo sus proyectos, de aportar su mirada particular para transformar la sociedad, para hacerla más plural, más justa e igualitaria. Y lo hacen asumiendo innumerables responsabilidades, desde lo íntimo a lo público.
Todavía con un marcado rol de cuidadoras, soportando micro y macro machismos y teniendo que enfatizar su lucha para hacerse valer, las mujeres del siglo XXI no tienen un panorama fácil. Ni siquiera en países como este. La brecha salarial es un hecho constatado cada año, el 85% de las excedencias por cuidado de hijos o mayores son solicitadas por mujeres y lo mismo ocurre con las reducciones de jornada.
Según los datos oficiales de la Agencia Tributaria, el sueldo medio de un hombre en Málaga en 2020 fueron 18.784 euros y el de una mujer 14.855 euros. Son 3.929 euros de diferencia. Un año antes, la descompensación era un poco mayor, de 4.171 euros entre ambos géneros. Y una década antes de 4.652. En menos de 750 euros ha conseguido recortarse esa diferencia salarial entre hombres y mujeres en los últimos diez años.
Y una de las razones es que brilla por su ausencia la presencia femenina en puestos directivos, por lo que el salario medio es menor. Solo el 29% de las empresas andaluzas tienen al menos una mujer en un puesto directivo, dicen los datos del Instituto Andaluz de la Mujer.
Las cargas familiares impuestas a las mujeres, en un porcentaje muy alto de casos, frenan su capacidad de ascenso. Mientras, ellos escalan puestos sin tener que considerar su situación en casa. Tampoco muchas han sido educadas en el liderazgo, ni tienen las herramientas necesarias para sentirse seguras en espacios de dominación masculina.
La sociedad continúa asumiendo como algo natural que sea la mujer la que sacrifique su carrera profesional, la que no se postule para cargos directivos por las exigencias de dedicación que restan tiempo a su trabajo en el hogar y sus obligaciones como madres, hijas o esposas.
Otra de las causas es que hay pocas mujeres trabajando en sectores como las ingenierías, la construcción, la tecnología, sectores que están muy masculinizados y cuyos salarios medios suelen ser superiores. Muchas mujeres son empleadas con contratos temporales en sectores como la hostelería, el turismo o el comercio, cuyos sueldos medios son más bajos, o, directamente, en servicios de limpieza o empleadas de hogar. Esto, a pesar de que hay más número de mujeres estudiando en la Universidad de Málaga que hombres.
En la UMA, ellas representan más del 53% del alumnado de grado. También son las que mejores notas sacan, las que titulan en mayor porcentaje en todas las ramas del conocimiento y predominan entre el estudiantado de máster, con 13 puntos de diferencia sobre sus compañeros varones.
Sin embargo, la tendencia cambia cuando se suben peldaños dentro de la Universidad. El techo de cristal no es ningún mito, está ahí. En los cuerpos docentes de la Universidad de Málaga hay una sobrerrepresentación masculina. El 65% del profesorado son hombres frente al 35% de mujeres. Y según se asciende en las categorías académicas e investigadoras, se produce una mayor desigualdad.
Casi el 50% de los contratos de investigación están liderados por mujeres, concretamente 349 de 738. Sin embargo, a medida que avanza la carrera investigadora los números descienden. También bajan las vocaciones de las estudiantes en las denominadas carreras STEM.
En los 22 grados de la rama de Ingeniería y Arquitectura, sólo se cumple la paridad en Ingeniería en Diseño Industrial y Desarrollo de Producto, en Ingeniería de la Salud y en los impartidos por la Escuela de Arquitectura. El resto tienen mayor representación masculina.
Y si esta situación es preocupante, mucho más lo es el mantenimiento de la violencia en el ámbito privado. Los juzgados españoles recibieron 40.491 denuncias por violencia de género en el tercer trimestre de 2021, un 5% más respecto al mismo periodo del año anterior, según datos aportados por el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial.
Desde que se registran los asesinatos de mujeres dentro de violencia de género en 2003, más de 1.300 han sido asesinadas en España. En Málaga, 44 de ellas murieron a manos de un hombre.
Instituciones, organizaciones feministas y sindicatos se sumarán este martes en Málaga a la celebración reivindicativa del 8M. La manifestación convocada por la Plataforma 8 de Marzo parte a las 19:00 de la Alameda de Colón para recorrer distintas calles del centro hasta finalizar en la plaza de la Marina. Las mujeres juntas, como reza uno de los lemas de la movilización, “somos imparables”.
Una treintena de mujeres cuentan para Málaga hoy sus experiencias y dificultades para realizarse profesionalmente sin dejar responsabilidades atrás:
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