La Cátedra de Estudios Cofrades de la Universidad de Málaga apunta en un estudio que la Semana Santa genera en la provincia 24 millones de euros al año. Estas cifras, resultado de las cuentas anteriores a la pandemia, están lejos de verse reflejadas en el balance de este 2021. La Semana Santa no hizo milagros para el sector turístico en Málaga, que ya preveía el batacazo.

Si las colas junto a las casas de hermandad estaban repletas y llenas de vida, los comercios malagueños no han visto aumentar su volumen de negocio de la misma manera. Las propias restricciones horarias y de distanciamiento han venido acompañadas de unas limitaciones a la movilidad que han hecho mucho daño a la Costa del Sol, que se nutre del turismo. Sólo con el cliente local no se puede mantener toda la industria turística del litoral, acostumbrada a acoger a millones de turistas nacionales e internacionales al año.

Ha hecho un tiempo casi veraniego, que invitaba a ir a la playa, pero los malagueños que han decidido pasar un tiempo junto al mar han optado en mayor medida por la neverita y la sombrilla portátil. Manuel Villafaina, presidente de la Asociación de Empresarios de Playa de la Costa del Sol, afirma que las hamacas han estado casi inutilizadas esta Semana Santa. “Sólo el 50% de los chiringuitos de Torremolinos están abiertos y los que han abierto han podido salvar los papeles, pero no ha sido una semana positiva”, lamenta Villafaina.

El de los chiringuitos siempre ha sido un sector optimista, asegura su presidente, pero sin posibilidad de movilidad entre provincias del cliente local no se puede mantener y “el optimismo se nos va acabando”. Ahora tienen la mirada puesta en el verano y el turista británico “que tiene muchas ganas de venir a la costa”. Además sus datos de vacunación son positivos, por lo que esperan que en mayo puedan llegar sin miedo a cuarentenas ni restricciones.

Además, el pasaporte Covid es otra de sus apuestas de futuro. Villafaina no ve con tanta desesperanza el verano, cuando se espera que la vacunación en Europa sea suficiente para dar tranquilidad a sus clientes. El gremio de los hoteles tampoco ha visto ningún milagro obrarse durante estos días.

Para Miguel Sánchez, presidente del Consejo de Turismo de la Confederación de Empresarios de Andalucía, “no ha habido Semana Santa”. La afirmación es taxativa, pero los datos le respaldan. La ocupación ha sido similar a la de las semanas anteriores y en la capital no se ha pasado del 16 o 18% de ocupación.

Eso, en los hoteles que han abierto. Pero el 98% de los establecimientos del litoral ni siquiera han admitido reservas. “Es posible que los hosteleros hayan visto alguna mejora esta semana, pero nosotros con la movilidad cerrada no hemos visto diferencia. La gente de la provincia va y viene en el día, no se hospeda en un hotel”, señala Sánchez. Si comparamos los datos con los de la última Semana Santa que se dio con normalidad, la de 2019, la facturación ha caído un 90%.

Los hosteleros también se encuentran muy lejos de una Semana Santa típica. Si bien es cierto que los comercios del centro han notado el fervor de las colas junto a las cofradías durante el almuerzo, su facturación ha bajado un 65% respecto a la de 2019. Javier Frutos, presidente de la Asociación de hosteleros de Málaga (Mahos), asegura que las restricciones horarias les están suponiendo muchos problemas, “la gente no se acostumbra a adelantar la cena, y tantos cambios en los horarios no ayudan”.

En los establecimientos de la zona céntrica han podido ver algo de luz en estas fechas. “La situación previa a la Semana Santa era muy mala en el centro, estaba casi parada y con la afluencia de gente a las casas de hermandad sí hemos notado mucho la diferencia”, dice.

En este repunte han tenido que ver también los cuatro días festivos de esta semana. “Si normalmente los fines de semana son mejores que los días de diario, tener cuatro festivos ha influido en que el balance sea más positivo”, afirma. Ahora, Frutos asegura que miran a corto plazo, semana a semana, “si no sabemos cómo van a ser las restricciones no podemos hacer estimaciones de cómo va a ir”.

Un balance que certifica que para los empresarios del sector turístico la fe está puesta en la vacuna y la vuelta a la normalidad.