Adiós al hotel más 'galáctico'

El hotel Byblos, un lujoso establecimiento situado a las afueras de Mijas en un ambiente tranquilo y rodeado de campos de golf, estaba, como se suele decir, en el candelero. La princesa Diana de Gales se acababa de alojar en sus habitaciones y se permitió la licencia de hacer top less en la piscina. Uno de los muchos paparazzis que la perseguían logró tomar la instantánea y, aunque finalmente no salió publicada, el rumor dio la vuelta al mundo. El Byblos también fue el hotel elegido por los Rolling Stones en 1998 cuando viajaron hasta Málaga para dar un concierto. La voz de Mick Jagger ya estaba algo cascada y, en ese momento de auge del establecimiento, nadie apostaría un duro a que los Stones estarían más tiempo en activo que el Byblos. Sin embargo, curiosidades de la vida, los Rolling van a enterrar a uno de los hoteles emblemáticos de la Costa del Sol.

La agonía del complejo ha sido lenta y, posiblemente, injusta. Los máximos responsables turísticos de los sindicatos UGT y CCOO en Málaga, José Antonio Sedano y Lola Villalba, señalaron ayer que el pasado día 11 se firmó un expediente de extinción de empleo a través del cual se despedirá a los 114 empleados que quedaban en el hotel y que, tras recibir el visto bueno de la Delegación Provincial de Empleo, ha pasado ahora al Juzgado Mercantil de Málaga número 1 para que el juez ratifique el acuerdo y firme el auto de extinción. Se espera que el 31 de mayo se dé de baja definitivamente a la plantilla y que los trabajadores cobren una indemnización de 20 días por año con un máximo de una anualidad.

La caída en picado del complejo hotelero se inició en 2007. La promotora inmobiliaria Aifos -también en concurso de acreedores e implicada en el caso Malaya- compró el hotel en junio de 2006 por 40 millones de euros. Tenía varios proyectos en mente y el primero era remodelar y modernizar el recinto ya que el Byblos tenía más de dos décadas de vida, unas habitaciones enormes -de 200 a 250 metros cuadrados- que eran poco funcionales y rentables, y numerosas zonas muertas. Aifos planteaba que, para hacer esa renovación, era necesario invertir entre 10 y 15 millones de euros, un dinero con el que no contaba tras verse salpicado por el caso Malaya, por lo que en octubre de 2007 decidió buscar otros socios. No los encontró y, tras varios intentos de hacer expedientes de regulación de empleo, presentó el año pasado el concurso de acreedores.

Villalba arremetió ayer duramente contra los administradores concursales, a los que acusó de "actuar en connivencia con la empresa" y de "querer cerrar el hotel y lo van a conseguir". "La Administración concursal no ha hecho nada, ha tenido una total pasividad y su actuación ha sido un despropósito", continuó la representante de CCOO.

El despido de los trabajadores conlleva, al menos a corto plazo, el cierre del hotel. No obstante, los sindicatos temen que, una vez eliminada la plantilla, la empresa opte por hacer nuevas contrataciones a precios mucho más baratos y ahorrándose conceptos como el de antigüedad. En la página web del hotel se podían hacer ayer reservas. Por ejemplo, el 1 de junio, cuando ya no habrá empleados, la habitación más barata cuesta 107 euros y la suite presidencial 278 euros.

Los trabajadores llevaban 10 meses sin cobrar y, para ellos, este triste final ha sido casi un respiro. Por su propio futuro y por el de un hotel emblemático en el que, a pesar de ser de cinco estrellas gran lujo, los empleados han tenido que ir de urgencia a un súper cercano a comprar yogures para el desayuno de los escasos clientes que aún lo visitan. El hotel Byblos, pese a tener sólo 24 años, ya no podrá cantar esas estrofas de Sabina: Tan joven y tan viejo... like a rolling stone.