Málaga

"La obra de la Alameda podría ser el proyecto emblemático del próximo lustro"

  • Vargas critica que no se aproveche el actual escenario de crisis para pensar los proyectos de futuro · Sobre Arraijanal y el jeque es claro: "No hay que dejarse engañar por un espejismo de 'Bienvenido Mr. Marshall"

-¿Qué objetivos se marca tras su reelección como decano del Colegio de Arquitectos de Málaga?

-El periodo anterior estuvo muy marcado por la crisis y por cómo afectaba al colegio como institución. Hace dos años estábamos en una situación dramática, pero ahora el dramatismo es peor para los colegiados. El reto es mantener la situación y adecuarnos a las exigencias del siglo XXI. Abordar ese cambio en una situación de bonanza económica hubiese sido más fácil, ahora será más complicado, pero es inaplazable. La idea es hacer una institución ágil, moderna y cercana a los colegiados.

-¿Hasta qué punto la crisis afecta a la profesión?

-La situación económica creo que es casi peor que para otros sectores porque la posibilidad de cerrar, que a veces es una solución, en nuestro caso es más difícil. Un ejemplo, en mi estudio estamos gestionando proyectos de 2003. Yo no puedo cerrar porque tengo un compromiso con esa empresa.

-Uno de sus objetivos era que el colegio tuviese voz. ¿Cómo se ve la ciudad desde el colegio?

-Es de estancamiento generalizado, no sólo de la inversión privada sino también pública, que en otras crisis ha sido la válvula de escape. Se ven pocas grúas y los proyectos parece que van al ralentí. Pero es buena oportunidad para pensar los proyectos de futuro, porque no se anda con la presión de que mañana tienen que estar las máquinas trabajando. Y ahí quizá si estamos perdiendo la oportunidad para reflexionar esos proyectos de una manera más amplia. Leía una información vinculada al Benítez y si el proyecto del parque lo tenía que hacer Fomento o el Ayuntamiento. Creo que es una buena oportunidad para convocar un concurso y no me vale la idea de que somos más ágiles. Estoy seguro de que se terminaría el concurso antes de tener el dinero. Y ya está bien de que esta ciudad, en una situación de crisis, se proyecte únicamente por la Gerencia de Urbanismo.

-Desde hace meses los debates que hay encima de la mesa son los mismos: Puerto, Alameda...

-En el caso del Puerto creo que la situación es distinta, porque ese debate se cerró en el plan especial de 2004, lo que supone que la definición última de la obra queda en manos del concesionario. La ciudad no termina de aceptar que una parte tan singular la vaya descubriendo según avanza la obra. Sobre otros temas parece que nunca terminamos de cerrarlos, como ocurre con el Astoria, donde se habla simplemente de un edificio cultural. Siempre tenemos una serpiente de verano que aparece y desaparece y no terminamos de ejecutar ninguna decisión.

-Del nuevo Plan General, ¿qué destacaría?

-Mi gran esperanza es, más que un proyecto concreto, que el plan sirva para revitalizar y poner en valor la zona oeste. Es la gran apuesta que Málaga necesita, por la población que vive ahí y por ser un espacio urbanizado alejado de los estándares de calidad actuales.

-El hotel de Moneo, ¿le parece un mamotreto?

-Hicimos dos informes sobre la legalidad o no de la altura planteada y señalamos que el Pepri Centro fija cinco plantas como dimensión de referencia, pero que se puede construir más alto. Construir más de cinco plantas en esa zona no es una ilegalidad. A eso se suma que se trata de una zona que está hecha un desastre y la actuación mejorará lo que hay y que Moneo suele acertar, suele hacer un buen trabajo.

-Quisiera preguntarle por dos intervenciones concretas: Arraijanal y la posible peatonalización de la Alameda Principal.

-Sobre Arraijanal y la ciudad deportiva me gustaría ver papeles. En estas cosas hay que tener exquisita prudencia, no dejarse engañar por un espejismo de Bienvenido Míster Marshall. Eso no quiere decir que este señor tenga una sincera voluntad de invertir, pero hay que ver exactamente en qué consiste el proyecto. Es una zona delicada, el último tramo del litoral virgen que queda en la capital, con unas condiciones de infraestructura saturadas... Todo eso habrá que verlo.

-¿Y sobre la Alameda?

-Hay que actuar con una voluntad definitiva. Se va a abrir el eje este-oeste con la obra del Metro y metidos en este follón hay que pensarlo bien. ¿Qué zonas se van a peatonalizar, si el tráfico debe ir en superficie o soterrado...? Y se debería aprovechar para poner un hito de entrada al centro en la Plaza Manuel Alcántara diferente a la fuente de las Gitanillas. Se podría impulsar un concurso de ideas para ver el tratamiento superficie de la Alameda, ampliándolo hasta la Plaza Manuel Alcántara. La intervención sobre la Alameda podría ser el proyecto emblemático del próximo lustro, por no decir de la década.

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