Málaga

Antonio Aguilera, deán de la Catedral de Málaga: "Para conservarla hay que ponerle un tejado"

  • El deán no cree que la financiación del proyecto, unos 10 millones de euros, vaya a ser un problema

  • Habla de la urgencia de las obras y espera que se puedan iniciar en este año 2022

El deán, en el interior de la Catedral.

El deán, en el interior de la Catedral. / Javier Albiñana

La aprobación de la actuación sobre la cubierta de la Catedral de Málaga por parte de la Comisión provincial de Patrimonio Histórico ha dado alas a las obras que pretenden acabar con las filtraciones de agua en el principal templo de la ciudad. Un problema que se ha agravado con los años y que ya necesitaba, según los expertos, una solución urgente. Antonio Aguilera, deán de la Catedral, habla del proyecto que han firmado los arquitectos Adolfo de la Torre Prieto y Juan Manuel Sánchez La Chica.

-Ya son muchos años luchando contra las filtraciones de la Catedral...

-Sí, ciertamente. Francisco García Mota y Fernando Ramos lucharon mucho por la cubierta de la Catedral, partiendo porque era un proyecto que estaba dibujado por Ventura Rodríguez ya en el siglo XVIII. Cuando se pararon las obras en 1762 los planos están ahí y lo lógico era acabarlo. Pero hubo que parar la obra por falta de medios económicos en aquel tiempo y ahí quedó. 240 años después va a poder ver la luz. Ha trabajado mucha gente en esto.

-¿Esta aprobación de la Comisión de Patrimonio ha sido el paso que hacía falta?

-Sí, para nosotros lo ha sido. Tenemos todos conciencia clara de que la Catedral tiene una doble faceta. Es un templo y es un monumento. Como templo se celebra la eucaristía y otras celebraciones religiosas. Pero, a la vez, es un edificio que hay que conservar. Y la mejor manera de hacerlo es ponerle lo que se necesita para su conservación.

-¿Se ha perdido patrimonio en todo este tiempo?

-El interior de las cúpulas está estropeado, se ha ido deteriorando poco a poco. La restauración interior vendrá después. Ahora mismo lo único que podíamos hacer era poner una red para que no ocurriera nada de importancia, pero la piedra ha ido desgastándose y cayendo. También el polvo que se desprende. Todas las imágenes y las capillas, por mucho que limpies, se llenan de polvo.

Antonio Aguilera. Antonio Aguilera.

Antonio Aguilera. / Javier Albiñana

-Como deán de la Catedral, ¿en qué punto considera que se encuentra el edificio, cómo de urgente es esta obra?

-En la Catedral hay cosas urgentes, cosas necesarias y otras que si se llegan a hacer, pues estupendo. Entre las urgentes, indudablemente, la primera de ellas es el tejado a dos aguas, las terrazas siguientes y los bajantes. También es urgente porque afecta a todo lo demás.

-¿Y qué sería lo necesario aunque no urgente?

-Pues no hay sacristía, por ejemplo. También será necesario abordar el sistema de aguas por el patio del Sagrario, la restauración de todas las capillas. Un monumento como este necesita rehabilitaciones constantes.

-¿Cree que el tejado a dos aguas tendrá sus detractores?

-Puede que haya, pero sinceramente no hemos percibido muchas opiniones contrarias. La población en general comprende que lo normal es que una casa tenga un tejado, máxime si estaba en los planos. Si hubiera sido un invento nuevo, puede ser. Pero poner este tejado es sencillamente hacer lo que estaba previsto en los planos de Ventura Rodríguez. El proyecto se presentó en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, que son expertos en patrimonio, y lo valoraron como sobresaliente. La Academia de San Telmo, igual. También las distintas instituciones. Los grupos políticos lo han conocido de nuestra mano y todos estaban totalmente de acuerdo con que había que hacerlo. En el pleno se aprobó por unanimidad.

-¿Y qué han dicho las pocas voces en contra?

-Pues partían de la premisa de que un edificio hemos de conservarlo como lo hemos recibido. Desde ese punto de vista, habría que conservarlo sin tejado. Pero, por otra parte, para conservarlo hay que ponerle el tejado, porque si no se estropea cada día más, hasta que lo destruyamos.

-¿Se ha planteado el Cabildo, una vez resuelto el problema de las humedades, acabar la torre sur?

-Eso de momento no está planteado. Aquí sí hay ciertas discrepancias. Hay gente que considera que si estaba proyectado hay que acabarlo, ¿por qué no? Acaban la Sagrada Familia de Barcelona y otros proyectos, las catedrales no son cosas de un día, sino de siglos... Pero hay otros que no. Pero eso no lo vamos a ver nosotros.

-¿Hay gente que considera que si se termina se eliminaría su seña de identidad?

-Bueno, tendríamos otra seña de identidad más bonita, un templo con dos torres por delante, cuatro torres en los cubillos y unas torretas por detrás. Yo creo que se ganaría muchísimo. Se perdería lo que falta, pero se ganaría lo que está por hacer.

-¿Están ya buscando financiación para las obras de la cubierta?

-Cuando se hizo el proyecto se pensaba en unos 10 millones de euros, han pasado dos años, los precios suben y mucho en la construcción. Será algo más, pero bueno. La Catedral puede hacer una aportación con los ingresos que tiene por las visitas, que gracias a Dios se ha enmendado, después de la pandemia. De esos ingresos, parte va para la Diócesis, para el mantenimiento de templos que no pueden sostenerse. También, tanto el Ayuntamiento como la Diputación, dijeron que colaborarían. Está también la ley de patrimonio del 1,5% y ya hemos llamado a la puerta del Ministerio y confiamos que colaborarán. Y suponemos que la Junta también, siempre han estado apoyando esto.

-¿Se podría hacer una financiación mancomunada?

-Claro, por supuesto. Luego están instituciones privadas, Unicaja, La Caixa, la Confederación de Empresarios... creemos que la financiación no va a ser problemas. También habrá personas particulares que quieran colaborar y abriremos una cuenta para esas aportaciones. Lo económico no será el problema. Por otra parte, no es un presupuesto elevado para la magnitud de la obra.

-¿Se trata de una obra para darle una solución definitiva?

-Sí, creemos que sí. Porque lo que se ha venido haciendo no ha dado el resultado que se pretendía. Indudablemente se creía que iba a ser una buena solución, pero no ha dado ese resultado. Sencillamente lo reconocemos y buscamos otra solución que creemos que es la más lógica, que una casa termine por un tejado.

-¿Considera que el impacto visual del tejado será lo de menos?

-Yo es que creo que va a quedar muy bien. Más extraño y de mayor impacto visual creo que resulta el tejado la Aduana y ahí está, no pasa nada.

-¿Cómo es la actividad de la Catedral como templo?

-Pues hay celebraciones diarias de la eucaristía, los domingos tenemos cinco misas y tres el sábado, y en todas hay una asistencia bastante adecuada. Hay mucha gente de paso en Málaga que viene aquí a misa. Cuando te sientas a confesar, constantemente te piden confesar en inglés, en italiano, en polaco... Tiene vida, sí.

-¿Y cómo monumento?

-Se va recuperando bastante la afluencia de visitantes, ya casi estamos en las cifras de 2019. Aunque no todo se monetiza. Los malagueños no pagan, los colegios tampoco, hay grupos con accesos especiales...

-¿Su mayor reto al cargo del templo es poner en marcha la obra?

-Sí, de momento sí. Pero cuidando muchísimo la parte del culto, que para nosotros ha de ser la principal. El edificio es muy importante pero que las personas que vengan aquí tengan un encuentro con Dios, consigo mismos, puedan rezar un rato tranquilamente es fundamental para nosotros.

-¿Teme un poco al periodo de obra?

-Me imagino que como en todas las casas, porque lío habrá. Aunque lo principal será por fuera, no por dentro. Habrá que ir protegiendo y vetando zonas, ya lo haremos poco a poco.

-¿Qué plazos barajan?

-Todos los plazos son lentos, el permiso, la licitación... queremos que este año esté la obra empezada.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios