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Antonio de la Torre: "La idea de Málaga como éxito se ha convertido en un tópico"

Antonio de la Torre, en la pasada edición delFestival de Málaga. Antonio de la Torre, en la pasada edición delFestival de Málaga.

Antonio de la Torre, en la pasada edición delFestival de Málaga. / Daniel Pérez | EFE

HACE ya cerca de 25 años que el actor Antonio de la Torre (Málaga, 1968) se instaló en Sevilla, desde donde ha desarrollado una trayectoria cinematográfica reconocida con dos Premios Goya y con una proyección internacional que no ha dejado de crecer en este tiempo. Admite así el actor que su relación con su ciudad natal está marcada de manera inevitable por la distancia, “salvo por lo que toca al Málaga, del que soy fiel seguidor y cuyos partidos procuro no perderme. Por lo demás, me temo que la mayor parte de las veces me desplazo por cuestiones relacionadas con mi trabajo y con el Festival de Málaga, así que, al final, lo que más veo es el Málaga Palacio”. Bajo esta premisa, su testimonio de la evolución de la capital de la Costa del Sol en las dos últimas décadas resulta interesante, también, en la medida en que se corresponde con una visión armada desde otra ciudad: “La imagen de Málaga como ciudad de éxito, pujante, creciente, de prestigio mundial como referente turístico y tecnológico, es notoria y está en todas partes. Digamos que el éxito de este discurso es incontestable. Lo que pasa es que, después, lo que me cuentan los familiares y amigos que conservo en Málaga viene a matizar todo esto. La idea de Málaga como sinónimo de éxito se ha convertido en un tópico. Y yo procuro mantenerme bien escéptico ante los tópicos”.

Para el protagonista de El reino, la disparidad entre el discurso de éxito y los hechos quedó ya patente “cuando se rehabilitó La Coracha, echando abajo el antiguo núcleo y sustituyéndolo por el muro de las lamentaciones. Se dijo entonces que con aquella actuación Málaga se subía al carro de la modernidad urbana, cuando lo cierto es que aquello fue un desastre con un resultado terrible”. Ahora, “cada vez que paso por el centro, aunque sea de camino al hotel, lo encuentro masificado, gentrificado. Así que entiendo que está pasando un poco lo mismo, se habla del apogeo del modelo turístico de Málaga pero no es difícil imaginar que hay ciudadanos que no estarán de acuerdo y que lo están viviendo como un problema. No es cuestión de hacer comparaciones, pero Sevilla está viviendo una historia parecida y esa sí que la sufrimos todos los días”.

“Se habla del apogeo del modelo turístico, pero habrá ciudadanos que no estén de acuerdo”

Considera así Antonio de la Torre que las ciudades “se han convertido en corporaciones especialmente ávidas a la hora de abusar del greenwashing [un lavado de imagen con el que ciertas compañías camuflan acciones contrarias a la sostenibilidad bajo una fachada de falso compromiso medioambiental], con una tendencia al mismo ya estructural”. Sin embargo, frente a esta inercia, el actor reivindica “más debate en torno a las ciudades que queremos y cómo conservarlas. No puede ser que al final todo se reduzca a discutir sobre los horarios de la hostelería en función de no sé qué ideal de libertad. Se trata de que los ciudadanos preserven su calidad de vida, que las ciudades no se conviertan en meros objetos de compraventa, que las sociedades que las habitan puedan al menos reflexionar sobre la vida que quieren y expresar sus opiniones”.

Del mismo modo, De la Torre considera importante redefinir la noción de éxito en lo relativo a las ciudades: “Veo que Málaga es una de las ciudades de España con más problemas de acceso a la vivienda y hay quien considera eso un éxito. Otros sostienen que es un precio a pagar por el éxito, o un síntoma que advierte de que Málaga también puede morir de éxito. Pero, ¿qué es el éxito? ¿Cómo podemos llamar éxito a una fórmula que garantiza el enriquecimiento sólo a unos pocos mientras son cada vez los que tienen que irse a vivir a otra parte?” Para el actor, el único termómetro fiable para evaluar el nivel de éxito “es la calidad de vida.

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