El Ayuntamiento de Málaga reactiva la tramitación de un gran complejo hotelero en La Cizaña

La Junta inicia el estudio ambiental del plan de ordenación de estos suelos, situados en la frontera con Torremolinos

Terrenos del sector de La Cizaña, en la frontera de Málaga con Torremolinos.
Terrenos del sector de La Cizaña, en la frontera de Málaga con Torremolinos. / Javier Albiñana
Sebastián Sánchez

18 de noviembre 2019 - 06:35

Málaga/Más de cuatro años después, el suelo de La Cizaña, en la frontera de Málaga con Torremolinos, se reactiva. Y eso es lo mismo que hablar de una de las grandes operaciones urbanísticas y hoteleras de la capital de la Costa del Sol. El movimiento se recupera después de que a finales del pasado mes de octubre la Junta de Andalucía admitiese la petición del Ayuntamiento para someter al trámite de evaluación ambiental estratégica simplificada el plan parcial de ordenación de este sector, aprobado inicialmente en julio de 2015.

"Hay una iniciativa interesante de ponerlo en valor, es un enclave estratégico", valoró el concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, quien pone el acento en que su puesta en carga permitirá "dar continuidad al desarrollo de toda la zona oeste de la ciudad", que ya tiene en La Térmica y en Torre del Río dos desarrollos en marcha.

De hecho, salvados los suelos de Arraijanal de cualquier urbanización y a la espera de ver qué ocurre con los terrenos de Nereo, La Cizaña es la única gran pastilla de suelo pendiente. Muestra del valor que le da el Ayuntamiento a esta iniciativa es que la incluye en su listado de localizaciones hoteleras a vender ante los inversores privados y cadenas interesados en apostar por la ciudad.

López señaló que el paso adelante que ahora da la Gerencia de Urbanismo se produce después de que los propietarios privados hayan incidido en su deseo de intervenir. El trámite ambiental es clave a la hora de fijar un posible calendario de actuación. "Lo que hemos hecho es activar el plan parcial; ahora estaremos a lo que nos diga la evaluación ambiental por si hay que cambiar algo y en caso de que venga bien seguir con los trámites con los privados", añadió el edil.

37.000 metros cuadrados

Es la edificabilidad reservada en el sector para uso hotelero, dividido en dos localizaciones

La Cizaña tiene una superficie cercana a los 208.000 metros cuadrados y una edificabilidad asignada en el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de unos 60.000 metros de techo. De ellos, y ahí radica uno de sus grandes atractivos, 37.000 metros de uso hotelero.

En 2014, cuando se recuperó el interés por el proyecto, los privados hablaban de delimitar dos parcelas para este fin. La primera, en primera línea de playa, tocando al paseo marítimo procedente de Torremolinos, con 18.119 metros de techo; la segunda, en la sección de la parcela más cercana a la autovía, con 19.484 metros de techo. En ambos casos, el objetivo es que acojan establecimientos de cuatro o cinco estrellas.

Más allá del hotelero, el plan reserva 8.000 metros de techo para productivo y otros 8.000 para comercial. Se prevén más de 660 plazas de aparcamiento en viario. Cabe recordar, no obstante, que las previsiones urbanísticas iniciales para este suelo no eran de uso hotelero, sino residencial, elemento que varió ante la incidencia de la huella sonora del aeropuerto de la capital.

Ordenación del proyecto de Rojas Santa Tecla.
Ordenación del proyecto de Rojas Santa Tecla.

La historia de La Cizaña está directamente relacionada con la del conocido Plan Bahía. Esta iniciativa surgió en tiempos de Pedro Aparicio al frente de la Alcaldía, a finales de los años 80, ante la necesidad de desarrollar un espacio que diese valor turístico a la ciudad tras la separación de Torremolinos y su conversión en municipio independiente.

El equipo de gobierno de la época encargó a los redactores del planeamiento general, con Damián Quero a la cabeza (mismo redactor del último PGOU), el diseño de una operación con la que dotar a la capital de un espacio turístico potente. La misma incluía la construcción de una marina deportiva en Arraijanal y un campo de golf de 27 hoyos en Rojas Santa Tecla (que ahora se reactiva), todo ello acompañado de usos residenciales.

El Plan General de 1997 destaca la importancia del Plan Bahía, al marcar la reserva de estos suelos con destino "preferente" para la actividad turística y advertir de que "sustraer este territorio del destino turístico" supondría que "el coste de oportunidad para Málaga sería altísimo".

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