Urbanismo

El Ayuntamiento de Málaga garantiza que no habrá terrazas en Carretería-Álamos

  • La Junta de Gobierno Local aprobará el proyecto final "exento de mesas y sillas"

  • La propuesta recuperará la idea de la plataforma única en todo el eje

Infografía de una de las propuestas de reurbanización de la calle Carretería.

Infografía de una de las propuestas de reurbanización de la calle Carretería.

El Ayuntamiento de Málaga recoge el guante lanzado por los colectivos vecinales y de comerciantes críticos con el proyecto de reurbanización del eje Carretería-Álamos y confirma su intención de llevar a aprobación de la Junta de Gobierno Local el proyecto definitivo de actuación, "exento de mesas y sillas". O lo que es lo mismo, sin terrazas en los espacios peatonales que se ganen tras la obra.

Esta fue una de las grandes reclamaciones de los residentes del casco antiguo, que advirtieron incluso con la posibilidad de acudir a Europa para informar del uso que se da a los fondos europeos que en un 80% van a costear esta operación de regeneración. Ante el escenario de conflicto, el equipo de gobierno del PP da un paso al frente con el objetivo de evitar lo ocurrido en otros ejes, en los que el modelo de peatonalización dio paso a la ocupación de buena parte de la vía publica con terrazas de bares y restaurantes.

El concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, ha confirmado la hoja de ruta que se va a seguir en este asunto. "El proyecto va a ser aprobado por la Junta de Gobierno Local para que se vea que tiene todo el respaldo del equipo de gobierno y no solo de Urbanismo", expone, al tiempo que ha mostrado su acuerdo con que "se respete el espacio ciudadano". Uno de los temores expresado por los colectivos es que una vez hecha la obra, desde Comercio se autoricen licencias para este tipo de instalaciones.

De manera gráfica, el edil del PP viene a señalar que de unas aceras que pueden medir del orden de 1,5 metros en Carretería se va a pasar a dos metros o algo más, con lo que "si se ponen mesas y sillas ya te has comido lo que se gana". "Sin mesas y sillas porque además no hay espacio; vamos a reformar el proyecto tal y como piden los vecinos, vamos a dejar claro lo de las terrazas", ha apostillado Pomares en declaraciones a este periódico.

De manera precisa, la obra busca ampliar un 27% las superficies peatonales, pasando de 4.105 metros cuadrados a 6,782 (por contra, la parte de tráfico baja de 5.770 metros a 3.092 metros). "Que haya habido abusos en otros puntos del Centro no puede condicionar la estrategia que hay que seguir; hay que avanzar corrigiendo los desequilibrios", dijo, añadiendo: “Carretería-Álamos no es una calle para mesas y sillas".

Horas antes, el representante de la Asociación de Vecinos Centro, Antonio César, informó de una conversación que había mantenido con el responsable del Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU), así como de los fondos europeos municipales, Pedro Marín Cots, en la que éste le expuso el compromiso del Ayuntamiento por asumir la tesis contraria a las terrazas en Carretería-Álamos.

Otra de las variaciones que va a sufrir la última versión analizada en las mesas de diálogo con los vecinos tiene que ver el diseño final la plataforma, que volverá a tender un único nivel y no a diferente cota de las aceras. Los responsables técnicos justificaron esta segunda solución en la necesidad de garantizar la seguridad de los viandantes ante la apuesta por mantener Carretería y Álamos como eje de tráfico de paso.

Sobre ello, el concejal ha informado de que se están estudiando medidas para limitar la intensidad de la circulación rodada por este punto, que en momentos concretos del día alcanza niveles muy elevados. "Eso hace que te cargues el uso del centro como espacio para habitar, eso hay que corregirlo; los especialistas están viendo como reducir la intensidad hasta donde se pueda, porque la calle no da más de sí", ha aclarado, incidiendo en la necesidad de buscar ejes alternativos de eje al Centro. Una de las que se ha planteado es el cambio de sentido de la calle Ollerías, de manera que se evite su uso como vía de acceso al casco antiguo. También está encima de la mesa la idea de solo permitir el paso de residentes.

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