Azul y rojo para guiar el bisturí del neurocirujano
sanidad
El Regional opera a 300 pacientes con una técnica que usa fluorescencias para extirpar tumores sin dañar partes sanas ni dejar tejidos cancerosos
Suena a ciencia ficción, pero es tan real que ya más de 300 pacientes han sido operados con la técnica: los neurocirujanos del Hospital Regional se guían por fluorescencias para extirpar tumores cerebrales. Utilizan dos colores; azul para el tejido sano y rojo para el canceroso. El avance permite quitar el tumor sin dañar funciones del enfermo y sin dejar restos malignos que provocarían la reproducción del cáncer. La técnica se emplea en el hospital malagueño desde 2007. De hecho, este centro sanitario fue el primero de toda España en utilizarla.
Se llama resección guiada por fluorescencia. Antes de la intervención, al paciente se le administra una sustancia que es metabolizada por las células tumorales. Luego, durante la operación, el neurocirujano usa un microscopio quirúrgico que emite luz ultravioleta. Así, el facultativo ve las partes sanas en azul y el tumor en rojo. Antes de esta mejora, los microscopios eran de luz halógena blanca de modo que el profesional sólo podía guiarse por su propia vista. Ahora tiene los colores para ir más seguro. La técnica prolonga la supervivencia al disminuir los daños de la cirugía. Se utiliza para extirpar cierto tipo de tumores (gliales malignos) en los que es difícil establecer los límites entre el tejido sano y el canceroso. Estos tumores son los más frecuentes del sistema nervioso -cuatro nuevos casos por 100.000 habitantes y año- y los más agresivos.
"Las técnicas de fluorescencia intraoperatoria han supuesto un gran salto cualitativo para la Neurocirugía. En el momento actual, el reto para el neurocirujano consiste en intentar el mayor grado de resección tumoral sin que aparezcan complicaciones neurológicas como consecuencia del daño de zonas adyacentes", explica el jefe de la especialidad en el Hospital Regional, Miguel Ángel Arráez. Las intervenciones duran unas cuatro horas y requieren de una tecnología muy concreta. El microscopio debe ser específico para emitir la luz ultravioleta con la que se detecta la fluorescencia.
El hospital malagueño fue el primero de España y uno de los pioneros de Europa en obtener la acreditación de la Agencia Europea del Medicamento (AEM) para aplicar la técnica. Es esa trayectoria la que explica que ahora el Regional haya sido elegido por la institución comunitaria para enseñar el avance a otros neurocirujanos españoles. El curso tiene lugar estos días en Málaga e incluye la intervención de dos pacientes con la técnica. Para que la AEM autorice a los neurocirujanos a hacer estas operaciones, necesariamente deben formarse en un centro acreditado.
El avance exige una estrecha colaboración entre los servicios de Neurocirugía, Neuroanestesia, Neurofisiología y Farmacia. Cada profesional pone sus conocimientos en un trabajo multidisciplinar con un único objetivo: mejores resultados quirúrgicos en beneficio de los pacientes.
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