Bacardi cierra su fábrica en Málaga a finales de mes tras 34 años de historia
La empresa lleva toda su producción a la localidad catalana de Mollet del Vallés · La dirección de la compañía y los empleados se reúnen mañana para concretar los traslados y los despidos
Dentro de sólo dos semanas, el 31 de marzo, la planta embotelladora de Ron Bacardi en Málaga pasará a la triste historia de cierres fabriles en la provincia. Deja casi huérfano a este sector en la provincia, pues ya sólo quedan operativas las fábricas de Coca Cola y San Miguel, y pone punto y final a una aventura empresarial que se inició en 1974 en el polígono Santa Teresa de la capital. La firma propietaria anunció en junio del año pasado que clausuraba la fábrica malagueña y trasladaría toda la producción al recinto que tiene en la localidad barcelonesa de Mollet del Vallés alegando mejoras competitivas.
El cierre sería gradual y, según acordaron con los sindicatos, concluye este 31 de marzo. En el momento del anuncio, la planta malagueña contaba con 68 empleados de los que, en estos momentos, quedan 40. Algunos de los que faltan se han prejubilado y otros se han recolocado en Coca Cola o San Miguel con contratos, en algunos casos, de seis meses. Falta por ver qué pasará con esos 40 operarios que, hasta finales de mes, aún trabajan en la fábrica.
Francisco Lara, secretario provincial de la Federación Agroalimentaria del sindicato Comisiones Obreras, aseguró a este diario que mañana se reunirán miembros de la directiva de la compañía y del comité de empresa para cerrar definitivamente el proceso después de que ambas partes alcanzaran un acuerdo en julio del pasado año.
La situación actual es la siguiente. Bacardi ha ofrecido la prejubilación a los mayores de 52 años, que recibirán el 85, el 90 ó el 95% de su sueldo en función de la edad que tengan, cobrando más el que más tiempo haya permanecido en la planta embotelladora malagueña. La prejubilación acaba a los 63 años y, a partir de ahí, pasan a la Seguridad Social.
A los que tienen menor edad, Bacardi les ha ofrecido el traslado a Mollet del Vallés en condiciones bastante ventajosas. La empresa les garantiza tres años de trabajo y una ayuda de 750 euros mensuales para pagar el alquiler de una vivienda, a lo que hay que sumarle un plazo de adaptación de un año en el que el trabajador puede renunciar al nuevo puesto. Bacardi también se comprometió a buscar un puesto de trabajo a los cónyuges. El problema, según Lara, "es que nadie se quiere trasladar, por lo que todavía no hemos concluido el expediente de traslado de los empleados".
El tercer caso es el de los empleados que no se pueden prejubilar ni se quieren ir a Barcelona. En este caso, Bacardi les ofrece una indemnización de 45 días por año trabajado que, en función de otros parámetros como la antigüedad o el cargo, podrían llegar hasta los 70 días.
Tanto Bacardi como el comité de empresa negociaron la posibilidad de que, además de la indemnización, aquellos que no se quieran marchar a Mollet del Vallés pudieran ser recolocados en otras fábricas de Málaga, como ha sido el caso de Coca Cola y San Miguel. Una empresa especializada en recolocación está impartiendo cursos a los trabajadores de la planta de idiomas, informática, mantenimiento o carretillas, entre otros, para buscar otras alternativas laborales.
La fábrica de Bacardi dejará de embotellar ron el 31 de marzo pero el proceso de desmantelamiento de toda la maquinaria de la fábrica podría durar aún unos meses, por lo que también queda por negociar quiénes van a ser esos empleados que se queden y en qué condiciones.
Lara asegura que la planta de Málaga "es rentable y productiva pero sus propietarios decidieron ubicarla en Barcelona por estrategia de empresa". Bacardi, por su parte, justificó su decisión en junio asegurando que "los cambios en las condiciones del mercado, la búsqueda de costes más competitivos y de economías de escala han sido factores determinantes en esta decisión. La concentración de las operaciones en un único centro es la mejor decisión para lograr la competitividad de la empresa en el largo plazo. De los dos centros operativos en España, la planta de Mollet, que embotella y exporta un mayor volumen, está más cerca y es más accesible a los mercados clave de la compañía". Tanto la Junta de Andalucía como el alcalde de Málaga pidieron a Bacardi que cambiara de opinión sin resultado.
Dentro de dos semanas la fábrica de Bacardi en Málaga será historia. Dejará de embotellar ron importado del Caribe que se distribuía por todo el mercado nacional y Europa. Un paso atrás más en la negra historia fabril de Málaga. Y ya van muchos.
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