Cae en Fuengirola un miembro de la Camorra que llevaba 17 años fugado

Estaba condenado a cadena perpetua por un homicidio ocurrido en 1991

Cae en Fuengirola un miembro de la Camorra que llevaba 17 años fugado
Cae en Fuengirola un miembro de la Camorra que llevaba 17 años fugado
D. Bea · P. D. A. / Fuengirola

18 de diciembre 2008 - 01:00

Un locutorio de la calle Marconi de Fuengirola fue escenario la tarde del martes de la detención de Paolo Pesce, un presunto miembro de la Camorra napolitana que llevaba fugado de la justicia italiana desde hacía 17 años tras ser condenado a cadena perpetua por un homicidio cometido en 1991 durante un enfrentamiento de clanes, aunque se investiga su participación en más delitos de sangre.

Fuentes cercanas al caso señalaron que el arresto de Pesce, de 44 años, perteneciente al clan Mariano, y con antecedentes por asociación mafiosa, se produjo después de que las fuerzas de seguridad italiana interceptasen una llamada telefónica a personas de su entorno. Los pinchazos prosiguieron y se determinó que las comunicaciones se realizaban desde varios locutorios de Fuengirola y su entorno.

Como todo hacía indicar que el capo había relajado sus medidas de seguridad, los Carabinieri se pusieron en contacto con la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil para poner en marcha un dispositivo de detención que finalmente recayó en el Equipo contra el Crimen Organizado (ECO) de Málaga.

El hecho de que Paolo Pesce variase de locutorio en cada comunicación llevó a establecer distintos dispositivos en Fuengirola. La espera dio sus frutos en un establecimiento ubicado en la calle Marconi. Paradojas: una vía en honor de un italiano inventor de un sistema de comunicaciones de larga distancia y el punto en el que se arrestó a un compatriota por contactar con sus familiares en su país natal.

Personal del establecimiento relató ayer que los hechos se produjeron a las 19:40, cuando el capo se encontraba en una de las cabinas realizando una llamada. "En total, fueron tres llamadas las que hizo", comentaron. "Una corta y las otras dos más largas, de unos 20 ó 30 minutos". De pronto, seis agentes de paisano entraron en el local y se dirigieron directamente hacia la cabina. "Algunos [agentes] eran españoles y otros italianos", recordaron. "Me extrañé de que fuera a la cabina tanta gente, pero entonces uno de ellos me enseñó la placa y me dijo que era guardia civil. Todo transcurrió con mucha tranquilidad. Sólo una mujer se asombró un poco, pero ya está".

Pesce había utilizado en dos ocasiones los servicios del locutorio y señalaron de él que "no hablaba español, o al menos conmigo no. Era una persona muy tranquila, no parecía problemático."

Como anécdota, el personal comentó ayer entre sonrisas que "con el asunto de la detención, se fueron todos muy rápidos y nadie me pagó la llamada".

Las citadas fuentes manifestaron que las diligencias del caso seguían abiertas ayer y que no se tiene constancia de que realizase alguna actividad ilícita en la Costa del Sol, donde al parecer sólo se ocultaba y que abandonó en alguna ocasión para regresar a Italia.

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