Cargo de confianza, una 'profesión' con mucho presente
Si aspira a ser cargo de confianza, sepa que, más allá de los méritos de su currículum personal, debe, ante todo, estar bien posicionado dentro de su organización política. Con esta premisa, tiene mucho ganado para tener acceso a una profesión con mucho presente y que está en boca de todos. El puesto de cargo de confianza, cuya definición en sí misma encierra todos los conceptos posibles, ha pasado a convertirse en el comodín del que tiran las organizaciones políticas para dar cobijo a dirigentes que, ya sea por haber perdido el afecto ciudadano en unas elecciones o por otras razones, necesitan de un nuevo destino.
Un fenómeno, todo sea dicho, que se extiende a la práctica totalidad de formaciones, aunque florece de manera especial en aquellas que tienen bajo su mando la gestión de administraciones públicas. Como ya ocurriera años atrás con los años de gobierno del PSOE al frente de la Diputación, la lupa se posa ahora sobre el PP y su control de la institución supramunicipal. Muestra de ello es el último caso en conocerse, el protagonizado por el presidente del ente, Elías Bendodo, que ayer eludió hablar del asunto, y Mercedes González, ex directora del distrito de Puerto de la Torre y nueva asesora del grupo del PP en la institución provincial. Esta última apenas ha necesitado de 18 días para hallar una salida a la inactividad. Tras presentar su dimisión el 8 de marzo al haber dado positivo en un control alcoholemia cuando conducía, sin que el paso fuese rebatido lo más mínimo por el regidor, Bendodo ha debido pensar que no era razonable desaprovechar las aportaciones de González y la rescata.
Este camino es semejante al que tomó a principios de 2010 el ahora gerente del Consorcio Provincial de Bomberos, Manuel Marmolejo, quien cesó en sus funciones como concejal del distrito Bailén-Miraflores cuando se confirmó que había participado en la adjudicación de contratos a una empresa de su cuñado. Al igual que en el caso de la ex directora del distrito, lo que era motivo de renuncia a su labor municipal, no lo fue que para que la organización le encontrase acomodo en una institución pública.
Pero el número de piezas sobre este particular tablero de la política es mucho más numeroso. Ya sea en la esfera de la Casona del Parque o de la Diputación, se cuentan del orden de una quincena de dirigentes públicos reubicados en el cajón desastre que representa el capítulo de cargos de confianza. En la primera de las instituciones, sólo en lo que llevamos de mandato, el regidor ha rescatado para tareas públicas a seis de los ediles con los que contó en el pasado periodo de gobierno y que decidió no incluir en la candidatura con la que se presentó a la reelección.
Diego Maldonado, en calidad de delegado de Ordenación del Territorio, y Miguel Briones, como delegado de Educación y del distrito de Teatinos (concejales de facto pero sin ser elegidos en las urnas), son dos de los recuperados en la Casona, con salarios que ascienden a 56.520 euros y 53.380 euros, respectivamente. Cargos inferiores ostentan Purificación Pineda, que fuera concejala de Comercio, y que ahora desempeña las funciones de directora del área de la Mujer, con 50.000 euros de salario; y Francisco José Salas, anterior edil de Nuevas Tecnologías y ahora director de Rehabilitación y Gestión de Parques Industriales, con otros 50.000 euros de emolumentos. De la Torre también quiso contar con Araceli González, para el Cementerio de San Miguel, y fichó a José Hazañas, como asesor de Alcaldía (39.015 euros).
El caso de la institución supramunicipal es más amplio. Como ya ocurriera en tiempos de gobierno compartido del PSOE e IU, la casa provincial es hoy espacio de acogida de alcaldes, ex alcaldes y ex concejales que, como Juan Ramón Casero (anterior edil de Movilidad del Ayuntamiento de Málaga) fueron excluidos de la lista a las municipales. A Casero, Bendodo lo fichó para dirigir la oficina de Arquitectura, Urbanismo y Planeamiento, mientras que con Teresa López, ex concejala de El Palo, hizo lo propio como asesora en la institución.
Casos a los que añadir el de José Gallego Pérez, alcalde de Benamargosa y director del área de Servicios Intermunicipales; Manuel Robles, alcalde de Comares y asesor del grupo del PP; David Gutiérrez Postigo, que fue candidato popular derrotado en el municipio de Álora, y nombrado director técnico de Educación y Juventud; Félix Francisco Lozano, candidato en Pizarra con el PP, y ahora director técnico de Turismo y Promoción del Territorio; Carlos García, ex concejal del PP, ahora coordinador del área de Modernización; Patricia Cid, ex edil de Vélez, que ocupa el puesto de directora técnica de Medio Ambiente, y de Enrique Moya, ex alcalde de Benalmádena, ahora asesor taurino de la institución.
En la esfera socialista, la pérdida del gobierno de la Diputación ha rebajado de manera sustancial las plazas en las que colocar a miembros del partido, aunque no ha suprimido esta práctica. Un caso fue especialmente significativo, el de María Salomé Arroyo, ex alcaldesa de Vélez-Málaga, que en septiembre del año pasado a ocupó un puesto de asesora del delegado del Gobierno de la Junta en Málaga, José Luis Ruiz Espejo.
Los nombramientos de los delegados provinciales de la Junta en Málaga incluyen un sesgo orgánico más que considerable. Ruiz Espejo fue hasta poco antes secretario de Política Municipal del PSOE, cargo que también ocupara en IU el actual delegado de Fomento y Vivienda, Manuel García Peláez. Daniel Pérez, responsable de Salud fue rescatado tras ser diputado nacional, mientras que Javier Carnero, ahora en Medio Ambiente, tuvo que abandonar su puesto de diputado provincial, y Patricia Alba, de Educación, fue asesora jurídica de Diputación hasta 2011 y concejala del Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre.
En esta misma línea, Estefanía Martín Palop, que fuera asesora del ex subdelegado del Gobierno, Hilario López Luna, fue nombrada directora del Instituto Andaluz de la Mujer en Málaga, mientras que Soraya García Mesa, ex alcaldesa de Benaoján, lo fue como directora del Instituto Andaluz de la Juventud. Otro nombre clave en materia de cargos de confianza es el del socialista Francisco López. El que fuera delegado provincial de Cultura, fue recolocado posteriormente al frente del Consorcio del Auditorio de la Música, donde permanece.
En el caso de IU, desde hace casi cuatro meses, Juan Peñas, que fuera cargo de confianza en Diputación y alcalde de Periana, está al frente de la Empresa Pública de Suelo de Andalucía (EPSA), donde sustituyó a Juan Alcaraz, del PSOE.
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