Así será Carretera de Cádiz

La nueva Carretera de Cádiz empieza a ver la luz. La avenida que muchos añoran y sobre la que se viene debatiendo desde hace años toma ya forma, al menos en los planos y en los esbozos de lo que algunos quieren sea una realidad en no muchos meses. La Junta de Andalucía tiene ya perfiladas las principales claves con las que transformar este eje de la ciudad, de unos cuatro kilómetros de longitud y alrededor del cual habitan más de 100.000 personas, y con las que busca hacer más amable un barrio herido desde su construcción por la masificación residencial y por el tráfico rodado.

La Consejería de Obras Públicas, según pudo saber este periódico de fuentes próximas al proyecto, ha perfilado una actuación de reurbanización de la zona, afectada en los últimos cuatro años por la construcción de la línea 2 del Metro (Martín Carpena-Héroe Sostoa), que reúne en buena medida los planteamientos expresados por el Ayuntamiento de Málaga y los numerosos colectivos vecinales del entorno, muchos de los cuales han mantenido contactos directos con el director del suburbano, Enrique Salvo Tierra.

Esta iniciativa tiene números propios: 35 millones de euros. Ese es el coste que en este momento se estaría barajando para la ejecución de una obra que, si existiese un acuerdo final entre las partes implicadas, podría ser una realidad a finales de 2011. Ése es al menos el deseo de los responsables autonómicos, que manejan la posibilidad de que la reurbanización de Carretera de Cádiz esté finalizada en el mismo escenario temporal que entra en funcionamiento la línea 2 del ferrocarril urbano.

El gran aliciente de la intervención planteada por la Administración autonómica, menos ambiciosa de lo que en su día llegó a barajarse, cuando se apuntó a una peatonalización completa, es el incremento sustancial de los espacios de uso ciudadano y la reducción de la sección habilitada para el paso de vehículos. No obstante, las fuentes consultadas fueron claras al indicar que la opción ahora prevista ha de entenderse como un modelo de "transición" hacia una peatonalización más ambiciosa a desarrollar a posteriori. "Eso no es algo que se pueda imponer de un día para otro", apuntaron, al tiempo que vincularon esta reflexión con la necesidad de dar respuesta a la pérdida de plazas de aparcamiento en la zona.

El documento puesto sobre la mesa dibuja una actuación piloto a ejecutar en la franja de Carretera de Cádiz que se extiende entre Camino de los Guindos y calle Gaucín. Sin embargo, las conclusiones plasmadas en esta pieza son consideradas como representativas de lo que se habrá de hacer en el resto del trazado. De hecho, el ámbito de acción previsto por la Junta se extiende desde prácticamente la Glorieta de Moliére hasta la frontera con la estación de trenes María Zambrano.

En este sentido, en la línea apuntada por el equipo de gobierno del PP, el diseño contempla la inclusión de un solo carril por sentido para tráfico privado en la Avenida de Velázquez (frente a los tres que tradicionalmente ha tenido la vía), al que se anexiona una plataforma reservada para autobuses (una por sentido). Al objeto de mejorar la movilidad del transporte público en esta zona y evitar el conflicto con el resto de tráfico, los autores de la propuesta sitúan estos viales separados del resto de los carriles mediante sendas aceras peatonales y aparcamientos en batería. El elemento movilidad queda apuntalado con la implantación de un extenso carril bici a lo largo de todo este recorrido.

"Uno de los objetivos a conseguir es que Carretera de Cádiz se convierta en una avenida y no como ha sucedido hasta ahora", destacaron las fuentes consultadas, que agregaron que para ello es necesario dotar la calle de "lugares de convivencia y cargados de vida". Ésta es precisamente otra de las piezas a reseñar de la propuesta autonómica, ya que el eje de actuación se ve salpicado por numerosos escenarios de convivencia.

Dentro de este modelo el papel de las estaciones de Metro se apunta como fundamental. De hecho, la previsión es que las bocas de acceso y salida al suburbano sean los grandes nodos de atracción, convirtiéndose incluso en puertas de conexión con las rutas comerciales de los barrios colindantes. Asimismo, se busca hacer hincapié en la regeneración cultural de la zona, enfatizando que la nueva Avenida de Velázquez ha de entenderse como como vía de entrada hacia el escenario del casco antiguo, donde el protagonismo recae en la figura de Pablo Ruiz Picasso. "De Velázquez a Picasso", podríamos decir.

Tomado como referencia el horizonte de finales de 2011, manejado por la Junta, es obligatorio que la intervención reciba el impulso definitivo en no muchos meses. Corresponderá ahora a los responsables autonómicas convencer al equipo de gobierno del PP de las bondades de la iniciativa. En caso de respuesta afirmativa desde la Casona del Parque, el primer paso sería el de la licitación de las obras y su adjudicación, periodo a partir podrían comenzar los trabajos de reurbanización.

Ello traerá consigo, nuevamente, la entrada de las máquinas en las avenidas de Velázquez y Héroe Sostoa para levantar lo que en los últimos meses se ha repuesto tras los trabajos del suburbano. Sólo el simple gesto de demoler lo hecho en este tiempo se traduce en unos 6 millones de euros, según las estimaciones que en su día manejó la Consejería de Obras Públicas. Ahora, cuatro años después de que el Metro iniciase su particular singladura por Carretera de Cádiz y tras años de discusión y desacuerdo, parece que el camino que llevará a transformar este barrio está despejado.