El Centro como museo, edificios como lienzos

El Ayuntamiento dispone de una propuesta de itinerarios para visualizar inmuebles en los que se han recuperado sus pinturas La medida sigue pendiente de activarse

Sebastián Sánchez Málaga

31 de mayo 2015 - 01:00

Málaga, que presume ser la ciudad que vio nacer al universal Pablo Ruiz Picasso, que muestra músculo cultural con un frenesí de contenedores, tiene en su propia naturaleza urbana el mejor de sus museos. Su casco histórico, maltratado durante décadas, ofrece en la actualidad un escenario vivo del arte pictórico con las fachadas de los edificios como lienzos. En el intento de poner en valor un esfuerzo que permite hoy degustar lo que durante décadas estuvo oculto, el Instituto Municipal de la Vivienda (IMV) dispone de una guía con tres grandes itinerarios, en cuyo deambular contemplar de manera nítida las pinturas murales rescatadas. Sin embargo, la propuesta sigue sin formar parte de las medidas a desarrollar por el área de Turismo, a pesar de que en su día se puso sobre la mesa la posibilidad de poner en valor estos recorridos.

El trabajo elaborado por el ente municipal subraya las actuaciones recuperadas hasta septiembre de 2010. El documento realiza además un recorrido histórico desde el origen de estas pinturas murales. Sobre ello, los responsables del informe recuerdan cómo el auge económico durante el siglo XIX dejó en la ciudad un patrimonio arquitectónico de edificios de estilo decimonónico importante, haciendo de Málaga una de las urbes españolas más homogéneas en este estilo. Pero este mismo desarrollo provocó "un menosprecio generalizado" de las edificaciones anteriores. "Excepto las obras religiosas, iglesias, conventos y algún que otro palacete, en el ámbito civil, la arquitectura doméstica barroca del siglo XVIII, e incluso del XVII, mucho más austera, sin decoración aparente en sus fachadas, con huecos pequeños, poco esbeltos y desordenados hacía que, en comparación con nuestro moldurado y florido siglo XIX, pareciera que tuvieran menos valor, no dándoles el grado de protección que se merecían por lo que muchos de ellos no han llegado a nuestros días", exponen.

Sin embargo, precisamente ese abandono y la falta de mantenimiento de muchos inmuebles "han dejado ver, a través de los desprendimientos en sus paramentos, de los desconchones en las sucesivas capas de pintura, una decoración mural, unas veces geométrica y otras vegetal o figurativa llenas de colorido y maestría".

Si bien tradicionalmente, según señalan los técnicos, estos tratamientos decorativos quedaban reservados a familias ilustres, a palacios e iglesias, en el caso de Málaga "se popularizó, sobre todo en el siglo XVIII, consiguiendo alcanzar un estatus conceptual de mucho valor dando continuidad a un proceso decorativo que se remonta a siglos de historia".

A ello contribuyó, apuntan en el informe, un comercio con las Américas en auge, lo que hizo que muchos pequeños comerciantes se convirtieran en grandes familias adineradas bien desde aquí o bien de vuelta a su tierra natal, y la existencia de alazares, grandes artesanos de tradición morisca y la posterior asimilación de estas labores a otros pintores desvinculados ya de los morisco y realizando pinturas al fresco o a lo romano. "Con una mínima inversión, se podía ennoblecer un sencillo edificio con pinturas murales, esgrafiados, ladrillos teñidos, arquitecturas fingidas o elementos figurativos", señala textualmente el documento municipal.

Buena parte de estos elementos decorativos se vio afectada por la epidemia de cólera de 1785 y la necesidad de encalarar las fachadas, dado que se trataba de un material que mataba el virus. Aunque el blanqueamiento de los edificios provocó la ocultación de las pinturas, lejos de destruirlas ayudó a conservarlas. Todo ello ha ido en beneficio de la posterior apuesta del IMV de sacar a la luz una serie de edificios con estos tratamientos. Los tres itinerarios dan cabida a una treintena de inmuebles.

Uno de los más impactantes, por sus "tonalidades" y la inclusión de dibujos llamativos, es el de Panaderos, 12. Un inmueble visible desde la Alameda Principal. Se trata, según los técnicos, de un edificio propio del barroco civil malagueño, con decoraciones de arquitecturas fingidas, tonos celestes, rosas y rojos. Medallones en los paños ciegos bajo la torre y tondos sobre los vanos envueltos en guirnaldas usando tonos esmeraldas presentan un programa iconográfico que "habla de la vida del propietario y promotor de estas pinturas". Incluso, a través de ellas los responsables del estudio se atreven a "conjeturar que se trataba de un indiano, españoles que se embarcaban en la aventura de las Américas, y que, con éxito y adinerados volvían a su tierra natal".

En el número 9 de calle Gaona se levanta un edificio unido a la Iglesia de San Felipe Neri, ya que funcionó como vivienda de los clérigos de esta congregación de Padres Filipenses. El inmueble fue donado en 1739 por el Conde de Buenavista. El patio está decorado con pinturas murales; los frentes de cornisas corridas que separan las plantas son pintados al modo marmóreo, y se detectan arquitecturas fingidas en todos los huecos. En la planta segunda la decoración es igual en todos los huecos pero sus formas son más molduradas, de un barroco más avanzado. A juicio de los técnicos, llama la atención el color celeste intenso en este decorado.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último