Málaga

Colas en los últimos días de Calzados Hinojosa, en Málaga: "Es una pena que cierren después de tantos años"

La cola de clientes en Calzados Hinojosa antes de abrir.

La cola de clientes en Calzados Hinojosa antes de abrir. / Javier Albiñana

A las 10:00 de la mañana en la calle San Juan, en pleno Centro Histórico de Málaga, algunos establecimientos comenzaban a levantar sus persianas para comenzar otra jornada más. Entre ellos está Calzados Hinojosa, la histórica zapatería malagueña que va a cerrar sus puertas a finales de este mes de junio. Algunos ya esperaban a las puertas de la tienda antes de la hora de su apertura para poder comprar unos zapatos y otros muchos llegaban ya entrada la mañana con el mismo objetivo. Eso sí, las colas llegaban a la calle y los minutos libres para los Hinojosa eran más bien inexistentes.

Las famosas alpargatas que muchos malagueños han comprado en este comercio, se dejarán de vender en unos días. La razón de este cierre se debe a que sus dueños se jubilan y no hay nadie en su familia que pueda hacerse cargo del negocio. Ya lo anunciaron hace unos días a través de un mensaje en sus redes sociales alegando que deciden retirarse “en este momento mientras todavía tenemos fuerza y voz para dejar el recuerdo que se merece la alpargatería por excelencia del centro de Málaga”.

Después de 103 años de vida, de haber sobrevivido a la Guerra Civil y a todas las crisis que se han producido en el siglo XX y XXI, Calzados Hinojosa cierra y muchos ansían hacerse con algunas alpargatas antes de que sea demasiado tarde. Las colas para poder comprar son interminables, puesto que en el momento en que avanzan un poco, ya llega alguien más para colocarse al final al esperar. Eso sí, todos los asistentes coinciden en que “es una pena” que después de tantos años el centro pierda este negocio.

Algunas de las alpargatas de Calzados Hinojosa. Algunas de las alpargatas de Calzados Hinojosa.

Algunas de las alpargatas de Calzados Hinojosa. / Javier Albiñana

“Aquí me compraba mi madre los zapatos, he venido con mis hijas y le he comprado alpargatas a mis nietos”, asegura Mari Ángeles, una malagueña jubilada, que ha acudido a comprar a la zapatería. En este sentido, sostiene que desde siempre tanto sus zapatos como los de todos sus hermanos eran de esta tienda. Además, incide en que en ocasiones especiales como la Feria de Málaga, sus alpargatas y las de sus hijas siempre han sido de aquí. Junto ella estaba Encarni, otra malagueña que también ha comprado muchos de sus zapatos en este negocio. Coincide con Mari Ángeles en todo y añade que “quien se quede con el local va a abrir un negocio en un sitio espectacular”.

Varias generaciones de malagueños han pasado por esta tienda y solo hay que observar a quien espera para entrar o a quien se para a mirar el escaparate para ver la diferencia de edades. Entre estos últimos está Óscar, un joven de 26 años que observaba las alpargatas del interior de la tienda, pero sin llegar a entrar. En este punto, recuerda que venía cada verano con su madre y su abuela a mirar zapatos, sobre todo para la feria, y que para él “era un momento especial” que esperaba cada año.

Isabel también ha estado también mirando los zapatos, pero sin entrar e incide en el hecho de que “es muy triste” que se cierre el negocio porque en verano siempre venía a comprarse unas alpargatas. También cuenta que “todos los zapatos de flamenca y de esparto que han tenido mis niñas desde pequeñas son de aquí”. También añade que este negocio cerrará, pero “más pronto que tarde, ya habrá otra tienda aquí” y espera que le vaya bien, aunque “este siempre será Calzados Hinojosa”.

Javier Hinojosa atendiendo a algunos clientes. Javier Hinojosa atendiendo a algunos clientes.

Javier Hinojosa atendiendo a algunos clientes. / Javier Albiñana

Los clientes han aumentado desde que anunciaron el cierre

Con respecto a estas colas, Javier Hinojosa, uno de los dueños de la zapatería, sostiene que llevan así desde la semana pasada que llegaban hasta el final de la calle. Además, asegura que el cierre les llega porque “toca jubilarse y hemos dicho hasta aquí”. Ninguno de sus familiares puede hacerse cargo, “cada uno sigue su camino” y a ellos les toca la jubilación.

En este sentido, cuenta que el negocio ha tenido sus más y sus menos y que el hotel que tienen enfrente les benefició mucho, sobre todo por la llegada de turistas, ya que siempre que acuden se llevan alpargatas. Eso sí, solo son los turistas que se quedan en hoteles o pisos turísticos, los que vienen en cruceros no son habituales en este negocio. También apunta que los productos siempre han sido los mismos: alpargatas, pero que han ido avanzando y han tenido alpargatas para vestir de señora “muy bonitas”.

Muchos clientes nos han regañado, pero si nadie quiere seguir, no podemos buscar a alguien para que siga. Ha llegado el momento y ha sido ahora”, remarca Hinojosa. Cerrarán la persiana para siempre a finales de este mes de junio y de momento no les ha llegado ninguna oferta por parte de alguna empresa que esté interesada en el local. Ahora, les toca despedirse de este negocio, el cual Javier no va a echar de menos porque insiste en que lo que actualmente necesita es jubilarse y descansar. 

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