El Consistorio solicita autorización para desalojar La Casa Invisible

Responsables municipales aseguran no poder mantener más la situación irregular del edificio de Nosquera · El colectivo defiende la vida de este inmueble casi abandonado

Uno de los espacios del edificio situado en la calle Nosquera, 11.
Cristina Fernández / Málaga

23 de mayo 2009 - 01:00

Parece que ni el Ayuntamiento ni el colectivo que ha puesto en pie el proyecto cultural y social de la Casa Invisible se ponen de acuerdo y esto se puede traducir en la pérdida del espacio que ocupan desde hace dos años en la calle Nosquera. El Consistorio ha pedido la autorización judicial para el desalojo de este inmueble municipal que quieren transformar en un centro de emprendedores y los representantes del proyecto temen que se haga efectivo este paso y se vean obligados a abandonar un lugar que es, para ellos, la esencia de su filosofía.

Colaboradores, miembros de la Universidad Libre Experimental (ULEX) y del equipo jurídico de la Casa Invisible convocaron ayer a los medios de comunicación para mostrar su rechazo al "boicot y el secuestro de un proyecto que ha partido desde la ciudadanía", como comentó Marcial García, profesor de la UMA y miembro de la ULEX. Ildefonso Narváez, del equipo jurídico del proyecto, aseguró que "el Ayuntamiento quería colaborar institucionalmente con la cesión del espacio y cuando ya estaban fijados los puntos del protocolo y nosotros estábamos asumiéndolos incluso antes de firmar el documento nos hemos encontrado con que se solicita el desalojo".

La postura del Ayuntamiento es otra. Javier Ferrer, coordinador gerente del Ayuntamiento, subrayó ayer que "se trabajó con ellos desde el principio para conocer su iniciativa y poder insertarla así en el marco de la Capitalidad Cultural para 2016". Pero para lograr un acuerdo entre ambas partes, el Consistorio exigía tres puntos básicos que, según Ferrer, el colectivo ha rechazado. "No han querido que el proyecto fuese eminentemente cultural, ni constituirse en fundación, ni que la Junta ni la Diputación participasen", comentó ayer el coordinador gerente del Consistorio.

Ferrer también subrayó las demoras en los plazos y la "falta de receptividad" del colectivo "que nos ha hecho pensar que más que un movimiento cultural es un movimiento de ocupación", indicó el representante municipal que aseguró que el pasado mes de diciembre "hicimos una propuesta de firma, los apremiamos a que sellaran el protocolo y no ha habido más que demoras".

Los miembros de la Casa Invisible rebaten este argumento y aseguran que sí han conseguido apoyos de peso, tanto en el ámbito institucional, como en el de la gestión cultural. Además, aseguran que unas 10.000 personas al año han disfrutado y participado de las distintas actividades sociales y culturales que se organizan. "Es un proyecto original, con prestigio más allá de estas fronteras y con vida, y si esto se viniese abajo en el 2016 Málaga tendría que ser la capital de la anticultura", explicó ayer Francisco Puche, colaborador y propietario de la librería Prometeo. Para el urbanista Alfredo Rubio "si se produjese el desalojo permanecería el problema estructural, ya que no hay sedes, lugares donde los ciudadanos puedan hacer cosas".

La próxima semana van a presentar toda la documentación por registro y pedir una nueva reunión con la comisión "para saber qué significa esta orden de desalojo".

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