Los municipios de la Costa del Sol occidental tienen el nivel de vacunación más bajo de Andalucía, junto con el Campo de Gibraltar, en Cádiz, y el Levante, en Almería. En los primeros años de vida de los niños, la diferencia de la cobertura vacunal con respecto a otros distritos sanitarios es muy pequeña. Pero a medida que avanza la edad, la brecha se agranda y llega a ser de 10 puntos de diferencia respecto a la media autonómica en la adolescencia.

La pandemia dejó una lección clara a la población: sin la inmunización generalizada de un colectivo (la llamada inmunidad de rebaño o grupo), los gérmenes se propagan con facilidad. Porque a menor vacunación, mayor contagio y viceversa. Un nivel alto de inmunización actúa como cortafuegos de las patologías infectocontagiosas.

Según el director del Plan Estratégico de Vacunación de Andalucía (Andavac), David Moreno, ese menor nivel de cobertura en la zona de la Costa del Sol no supone un problema de salud pública, ni hay brotes. Pero aclara que en las edades en las que la vacunación baja, “puede haber un puntito más de riesgo”. Para cada sujeto, en particular, y para el colectivo en general. Porque las vacunas tienen un doble objetivo: la protección de cada individuo y –en la medida que son un cortafuegos– también del grupo, puesto que los gérmenes encuentran menos personas para infectar y propagarse.

Moreno precisa que en la vacuna triple vírica (sarampión, rubéola y paperas), cuyas primeras dosis se ponen antes de los cuatro años, la cobertura media en Andalucía asciende al 97% y en la Costa del Sol occidental al 95,5%. “En los niños más pequeños, la diferencia es inapreciable”, apunta. Agrega que la Organización Mundial de la Salud considera “tolerable” una cobertura por encima del 95%. “Con este porcentaje es casi imposible que haya brotes”, señala. Sin embargo, cuando pone como ejemplo la dosis de la meningitis de los 12 años, la cobertura es del 92% en Andalucía y del 82% en la Costa del Sol. Es decir, 10 puntos más bajo que la media autonómica.

Diferencias culturales, barreras idiomáticas e ideologías alternativas podrían explicar estos porcentajes más bajos de inmunización. En general, en todas las vacunas y territorios, la vacunación es más alta a edades tempranas y luego va disminuyendo.

“Pero los adolescentes son adolescentes en la Costa del Sol, Sevilla o Cuenca”, reflexiona Moreno. Por eso se atribuye esa menor vacunación a las diferencias demográficas de la Costa. El responsable de Andavac insiste en que por ahora esos datos “no tienen trascendencia en salud pública, pero queremos que mejoren”. Acota que “el Distrito Costa del Sol está muy bien comparado con el Reino Unido, donde las coberturas son más bajas”, pero insiste en que el objetivo es elevar los porcentajes.

Moreno recuerda a los padres que la inmunización protege a sus hijos y a la comunidad. Recalca además que esa zona de la provincia es un lugar de tránsito de personas de muchos países, lo que entraña un mayor riesgo de propagación de virus. Para tratar de mejorar las coberturas, la Administración sanitaria hará campaña en su web y en las redes sociales. Además, desde los centros de salud y mediante las enfermeras escolares hará una “labor de captación” de los niños no vacunados o que no hayan completado su pauta como marca el calendario del SAS.