LA devaluación de la moneda china es un tema que está a la orden del día. Parece que todo el mundo insiste en que se lleve a cabo la operación de la apreciación, sin embargo, la potencia asiática se resiste, manteniendo que es un asunto interno que deben solucionar ellos mismos.

A pesar de la petición reiterada del Gobierno estadounidense al chino de intervenir los mercados para fomentar la escalada del yuan, parece que nadie va a lograr que China adopte una política cambiaria para apreciar el yuan.

Barack Obama visitó a su homólogo chino Hu Jintao para apaciguar las diferencias, no obstante, es evidente que en medio de la crisis ninguna de las dos potencias quiera ceder. Obama invita a China a variar su estrategia cambiaria, una medida que elevaría la cotización del yuan y podría beneficiar a los exportadores estadounidenses. Sin embargo, el Gobierno chino sostiene que la cotización de su moneda nacional es un asunto interno.

La preocupación sobre la postura del yuan también se ha trasladado a Europa. El lunes 24 de mayo de este año, las patronales europeas pidieron a las autoridades de la Unión Europea que exijan a China una política que permita la apreciación del yuan. Las exportaciones europeas siguen cayendo casi a la par que aumentan las preocupaciones de los industriales, sin embargo, y teniendo en cuenta la postura china ante la posibilidad de meter mano en el mercado cambiario, es poco probable que la situación varíe.

Actuación del Gobierno chino

China depende, en gran medida, de sus exportaciones, su bienestar está sujeto a la demanda de los mercados de externos, particularmente los de Occidente. De ahí que la política china haya sido muy criticada, desde hace años, por los principales mercados de exportación de China que son fundamentalmente EEUU y la Unión Europea, así como por los países emergentes que compiten con las exportaciones chinas.

Para China, la devaluación del yuan ayuda a impulsar el aumento de las exportaciones y por lo tanto, aliviar las presiones del desempleo, ya que la economía china depende fuertemente de las exportaciones. Sin embargo, a nivel mundial, dicha devaluación empeora la tensión que proviene del desequilibrio con el comercio con EEUU como de la crisis económica mundial.

El Banco Central de China señaló que mantendría estable la cotización de su moneda durante 2010, ya que temen que la revaluación del yuan pueda afectar su recuperación económica.

El presidente Hu Jintao, señaló que piensa relajar el mecanismo de tipo de cambio fijo para el remimbi (yuan). De llevarse a cabo, la apreciación del yuan, podría repercutir positivamente en las exportaciones del resto del mundo sobre todo de las economías emergentes.

Consecuencias

De modificarse la política de tipo de cambio no se puede esperar una apreciación rápida del yuan y una depreciación también rápida de las otras monedas. Probablemente el yuan sólo se apreciaría durante este año 2010 como máximo un 5%. Eso significa que el dólar se depreciaría desde los 6,8 yuanes/dólar actuales y vigente desde 2008 a los 6,45 yuanes/dólar.

Desde EEUU y también Europa se pide a China que acelere la revaluación del yuan. Sin embargo, desde el lado chino se considera que no están tan claros los efectos de una fuerte revaluación del yuan. El Gobierno chino teme que si se mueve hacia un tipo de cambio flexible la gente podrá poseer legalmente monedas extranjeras, tales como el dólar estadounidense. El pueblo chino querrá poseer más dólares que yuanes, y cuando la mayoría de la gente posea dólares y se desprenda del yuan, se debilitará la legitimidad del Partido Comunista Chino desestabilizándose el poder político.

Posibles consecuencias como la mencionada hacen que China no ceda a las fuertes presiones occidentales de revaluar de manera importante el yuan, y sólo implementare pequeños ajustes cuando las presiones fueran fuertes.

Entre las desventajas que se pueden dar con una devaluación del yuan es que al no ser una divisa de tipo de cambio flexible en el ámbito internacional, si se devalúa demasiado, la carga la soportarán solamente los ciudadanos chinos. Otro posible inconveniente es la acelerada salida de capitales en el momento de la devaluación. Pero como ahora se espera que el yuan se aprecie, los agentes compran yuanes mientras siga siendo más barato para beneficiarse de la situación.

También existen bastantes riesgos en el acto de la apreciación del yuan, en mi opinión, los más relevantes son la posible inflación que podría desencadenarse dando lugar a una situación incontrolable; y el creciente desempleo.

Mientras a Washington le preocupan las consecuencias a corto plazo, China debe manejar todos los riesgos anteriormente mencionados a largo plazo.

Conclusión

Todos los economistas están de acuerdo en que el yuan está sobredevaluado, es decir, que si el tipo de cambio flotara libremente, se fortalecería o apreciaría frente a otras monedas.

Los analistas que estudian las conductas chinas piensan que China podría sentirse más libre de modificar ligeramente el yuan si EEUU dejara de centrar su atención en la política monetaria del Gobierno chino. Y también opinan que la devaluación del yuan es un paso que se va a dar más temprano que tarde.

Wu Xiaoling, legisladora china y ex vicegobernadora del Banco Central, asegura que la raíz del problema no es el yuan barato, sino el bajo coste del trabajo y las materias primas en China.

El régimen en China debe liberarse de su excesiva dependencia con las exportaciones y concentrarse en fomentar la demanda interna, que es la única forma eficiente de establecer una economía nacional sólida. Para hacer esto, debe incrementar el nivel de salarios de los trabajadores, desarrollar un sistema de seguridad social más razonable y reducir el gasto del régimen.

Con datos de este mismo año, se puede concluir que no se esperan decisiones a corto o medio plazo, el yuan chino apenas varió su cotización en los mercados asiáticos, aparentemente como reflejo de las previsiones de los inversores de que la decisión estadounidense no cambiará el valor del yuan en un año.