“Los contratos programa responden a una manera de gestionar que se ha puesto ahora de moda que pasa por comprometer un presupuesto a cambio de determinados objetivos y esto es algo completamente nuevo tanto en la universidad como en los departamentos”. Para este departamento que tradicionalmente dirige muchas tesis, publica muchos trabajos de investigación y que tiene en marcha másteres los criterios científicos no tendrían que ser un problema. Sin embargo lo son. El catedrático José Becerra subraya que no se puede comprometer con antelación a decidir qué criterios va a alcanzar su departamento. “Sería preferible intentar los 20 objetivos científicos, sin tener que decidir y que después se valorara si se han alcanzado 10, porque yo cómo voy a saber de antemano si un doctorando va a terminar la tesis o va a retrasarse, si un artículo me lo van a publicar o no”.

El riesgo de fondo que observa es que se ponga en marcha un procedimiento complejísimo para forzar a los departamentos “que la universidad sabe que no hacen lo que deben”, y que al final acabe pervirtiendo el sistema y beneficiando a los menos activos, porque siempre resultará más fácil incrementar los resultados cuando se parte de muy abajo.

Respecto a los resultados académicos, intuye que pueden inducir “a pensar que debemos aprobar a más alumnos y no sé si eso es lo que se debe pedir a la universidad”. De todas formas, Becerra Ratia reconoce la “complejidad de poner en marcha un sistema que pasa por medir unidades tan heterogéneas” por eso contemporiza y agrega que hace falta un año de rodaje. “Seguro que se modificará y mejorará con el paso del tiempo”, eso sí, siempre y cuando quede claro “si se quiere mejorar la enseñanza universitaria o si esta es sólo una razón para quitar presupuesto. Si lo que quiere la Junta de Andalucía y la universidad es estandarizar un sistema y mejorarlo esto funcionará”, pronostica. “En general es un procedimiento que va camino de hacer las cosas más obejtivas”.