"Debería haber hospitales específicos y muy cualificados para personas mayores"

-Los médicos tienen guardias de 24 horas, algo universal. Yo no quisiera que me atendiera en la hora 23. ¿Es inhumano para los profesionales?

-Quizás debería reconsiderarse lo de las guardias de 24 horas. Los equipos siempre dan el 10 sobre 10. Quizás podrían ser turnos de 12 horas o entrar a las 10 de la noche; pero eso sobredimensionaría las plantillas porque se necesitaría más personas. Nosotros tenemos que dar la misma atención a las 10 de la mañana que a las 4 de la madrugada. No lo intentamos, lo hacemos. Cierto que a veces podemos descansar un poquito.

-A partir de los 55 años se puede dejar de hacer guardias. Usted tiene 59 ¿Sigue haciendo?

-Sigo y seguiré. Primero es que al día siguiente lo tienes libre por el saliente de guardia y segundo, está la parte económica. Pero hay algo muy importante y es que eso te permite estar al día en formación, en protocolos... No quiere decir que el que no esté de guardias no esté al día. Pero yo quiero estar en contacto con los médicos jóvenes, los residentes... El médico de Urgencias tiene que estar haciendo guardias porque tiene que ver la patología urgente continuamente.

-¿Existe la especialidad?

-No, desafortunadamente no. Yo soy especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y llevo en Urgencias toda la vida. No hay un MIR de Urgencias. Debería haberlo. Desde la Sociedad Española de Medicina de Urgencias (Semes) estamos luchando con todos los gobiernos para que la especialidad de Urgencias se reconozca. Este Gobierno lo que ha hecho es crear una acreditación de especialidad para los médicos de Urgencias. La Semes está en contra. Lo que queremos es que se reconozca nuestra especialidad.

-¿Es decir que se cree un MIR para los nuevos y que a los que llevan años trabajando en Urgencias se le reconozca la especialidad?

-Efectivamente. Nosotros nos llamamos urgenciólogos porque tratamos la patología urgente, aguda, de todas las especialidades.

-¿Esta es una reivindicación?

-Total y absoluta. La Semes ha demostrado su contrariedad por la situación. Queremos que la especialidad se cree y se reconozca.

-¿Cómo la de un traumatólogo?

-Como un traumatólogo. El Gobierno lo que ha hecho es que un grupo de especialidades, a través de la troncalidad, creará una acreditación para que se pueda ejercer en Urgencias; pero a través de ser especialista, con lo cual no reconocen la especialidad como tal. Nosotros llevamos trabajando en Urgencias toda la vida, solo sabemos de urgencias y lo hacemos muy bien. En España podemos ser unos 8.000.

-¿Le han temblado las piernas ante casos complicados?

-Eso ocurre al principio porque siempre tenemos el temor a equivocarnos, pero con el paso de tiempo, con formación y experiencia, cada vez lo hacemos mejor. Pero siempre hay un enfermo nuevo que hace que estudiemos, que reconsideremos las posturas. Para eso están las sesiones clínicas, los comités; para reconsiderar posturas o analizar aquello que ha fallado desde un punto de vista totalmente constructivo. Porque no hay enfermedades, hay enfermos.

-Usted habrá visto de todo...

-De todo. Yo he asistido hasta un parto en Urgencias porque llegó y no le dio tiempo de subir a Partos. He visto la muerte súbita de un pequeñín, atendí a heridos en los accidentes de aviones que hubo, a los del autobús de los finlandeses, apuñalamientos, disparos...

-¿Eso da una perspectiva diferente de la vida?

-Sí. Porque en un segundo cambia tu vida. Nosotros hemos visto a un paciente con el que estábamos hablando y al minuto estaba muerto. La vida cambia de un momento a otro.

-Y además tienen que saber dar malas noticias...

-Decirle a una familia que está preparando su cena de Navidad, una fiesta o lo que sea, que su padre, su marido o su hijo han fallecido por un accidente y ver cómo a esas personas se les cambia la vida, nos hace a nosotros ver la vida de otra forma. Es duro. Es cuando peor lo pasamos. Cuando fallece una persona súbitamente y llamamos a la familia. Ahí de verdad lo pasamos muy mal. Porque tenemos que explicarle a una madre, a un padre o un hijo que ya ha cambiado su vida. Eso te da una perspectiva de la vida totalmente diferente.

-¿Llegan muchos casos a Urgencias por drogas?

-Son un problema importantísimo. Pero más importante que las drogas es el alcohol. Tenemos una tasa de ingesta de alcohol por personas jóvenes impresionante. Y las drogas están al orden del día. Cannabis, cocaína y etanol [alcohol] son los caballos de batalla diarios. Además pasan a la agresividad, a la agitación. Casos en los que a veces se requiere la presencia de la Policía Nacional. Por el tóxico que tienen. Luego por la mañana se van de alta como si no hubiera pasado nada y han roto mobiliario, puertas, han atacado al personal. Es algo habitual.

-¿Qué se puede hacer?

-A nivel de salud pública el tema de los tóxicos debería reconsiderarse. Se lucha, pero nada. Las intoxicaciones por alcohol es práctica diaria en el hospital.

-¿Los mayores problemas de las Urgencias cuáles son?

-El mayor problema es el uso indiscriminado e indebido de las Urgencias. Debería haber una nueva reforma de la atención primaria. Es fundamental. Y hacen falta más hospitales en Málaga. Y otro problema importantísimo es el paciente mayor de 65, 70 años. Estos se ubican en hospitales de agudos. Se deberían contemplar hospitales específicos para mayores, pero no como periféricos; sino bien estructurados. Muy especializados en Geriatría. Debería haber hospitales, no periféricos para encamar a mayores, sino muy cualificados.

-¿Y reformar la atención primaria en qué sentido?

-La segunda reforma de la atención primaria es necesaria en todos los sentidos. Hay que mejorarla. Una atención primaria muchísimo más amplia. Los médicos de familia lo están pidiendo. Eso sacaría casos banales de los hospitales, adelantaría métodos diagnósticos. Hay que darle más posibilidad de hacer pruebas y contactos con los especialistas. Hay que reforzar la atención primaria.

-Dice que hacen falta más hospitales. El del Guadalhorce está más cerca...

-Bueno, vamos a verlo...

-¿Hace falta un tercer hospital?

-Sí, creo que hace falta un tercer hospital, pero no porque haga falta políticamente. Málaga este tendría que tener un hospital.

-¿Hace falta un megahospital?

-Los megahospitales han fracasado siempre. Hace falta un hospital útil. Hace falta una buena derivación hacia el hospital adecuado. Lo que sí deberíamos hacer independientemente de que estuvieran todos los hospitales dotados es que el enfermo vaya al hospital útil. Si un paciente tiene un traumatismo craneoencefálico severo debe ir al hospital útil donde esté esa especialidad. Un megahospital, con muchas especialidades, que haya de todo, vale. Pero lo importante es consumir el hospital útil. Con un 061 magnífico, ante un infarto, ellos mismos le hacen el tratamiento en la ambulancia. Si lo podemos llevar al hospital útil y hacerle el cateterismo, hemos ganado tiempo y ganar tiempo es salvar una vida.

-¿A nivel de salud pública qué actuación priorizaría?

-Lo primero, las vacunas. Que no baje la cobertura y que el calendario vacunal sea el mismo para todo el territorio español. Y la concienciación de la población sobre el uso racional de los recursos hospitalarios, que el uso no sea indiscriminado. Debería haber campañas en ese sentido porque con eso ganaríamos bastante.

-¿Los médicos que emigran podrán volver?

-Yo estoy en el Colegio de Médicos. Como médico, que un médico se vaya no lo llevo bien. Nadie lleva bien que nuestros profesionales que nos ha costado un dinero y están preparadísimos, los perdamos y se vayan fuera. ¿El que puedan venir? No lo sé. De todas formas, algunos ya están volviendo porque lo que estaban contando por allí no era verdad del todo. Hay que evitar que un especialista que cuesta un dineral formarlo se vaya a otro país a trabajar por necesidad. Eso tendría que ser prioritario.

-¿En unos años van a faltar médicos?

-Muchos. Hay un estudio del Colegio de Médicos que alerta que para dentro de 10 años van a faltar profesionales de todas las especialidades debido a las jubilaciones.

-¿Qué le parece que la ciudad esté patas arriba por el Metro?

Bueno, hay cosas que criticamos, pero cuando las vemos acabadas, las vemos bien hechas. Yo me he montado en el Metro y me ha encantado. Es un valor añadido a la ciudad. ¿Qué es molesto? Sí. Como ha pasado en calle Cuarteles, pero ahí está. Ahora ha tocado a la zona de El Corte Inglés. Pero Málaga cada día está más bonita y mejor. Es una ciudad muy moderna. Málaga ha cambiado y está muy bonita.

-¿Y qué le parece el cruce en superficie junto al Clínico?

-Probablemente debería haberse soterrado. Pero eso debería arreglarse. Los dos señores que hay dando paso al tráfico habría que quitarlos. Que pongan una barrera y la abran con un semáforo. Que no haya ahí dos señores. Porque por la noche se van. Que haya una seguridad, como un paso a nivel con barreras. No creo que sea tan caro.

-¿El Metro debe llegar al PTA?

-A todos lados. Al Parque Tecnológico, a Rincón de la Victoria, a las playas, al puerto. El malagueño debe disfrutar de todas las modernidades, otra cosa es la inversión que se tenga que hacer. Las caravanas que se forman para ir al PTA no son razonables. Málaga tiene que modernizarse todavía más.

-¿Qué le cambiaría a Málaga?

-A Málaga no le cambiaría nada. Soy melillense y estoy enamorado de Málaga. Es una ciudad preciosa. Cada día la ponen más bonita. Si hay que cambiarla en algo es en hacerla todavía más bonita. Ese Muelle Uno es una preciosidad. No le cambiaría nada. La pondría mejor, mejor de lo que está.

-¿Algo que quiera agregar?

-En el Barómetro Sanitario, la profesión médica está bastante reconocida. La profesión médica, día a día, está por los pacientes. Los profesionales se preparan para darles la mejor atención. Estamos para servir totalmente al ciudadano. Esto es vocacional. También me gustaría referirme a las agresiones. La triste página de las agresiones a los médicos no debería estar. El médico, ni nadie, debe recibir una agresión. Esa actitud agresiva hacia la profesión médica no se la merece una profesión que está día a día preparándose para atender al ciudadano. No se la merece.