Diario de una puesta a punto

3ª semana en el O2 Centro Wellness El Perchel

La musculatura necesita en torno a un mes para adaptarse al ejercicio físico

Diario de una puesta a punto
R. G. R. / Málaga

20 de mayo 2012 - 01:00

Querido diario: Superadas las dos primeras semanas de unas permanentes y punzantes agujetas en todo mi cuerpo, puedo afirmar con cierto orgullo que está mereciendo la pena con creces tanto esfuerzo. Y el motivo es que, aunque algunos de mis músculos siguen siendo flácidos y descoordinadas partes de mi machacado cuerpo por más que me gustaría decir lo contrario, he empezado a notar ya los efectos beneficiosos de una actividad física constante a la que empiezo a acostumbrarme poco a poco. Lo más increíble es que vuelvo a dormir bien, sin los episodios de insomnio en mitad de la madrugada que con tanta frecuencia se repetían últimamente, y que ese horrible estrés en el que día a día me dejaba envolver sin remedio ya no es tanto o, al menos, ya no me afecta tanto.

Más calidad del sueño y más control sobre el estrés estoy empezando también a notarlo en el ánimo. Soy un poco menos oso gruñón y me siento más descansada mentalmente, aunque físicamente aún no puedo decir lo mismo. Mi entrenadora del O2 Centro Wellness El Perchel de Málaga, Macarena Aragón, me dijo el otro día que debía tener paciencia porque para que el cuerpo o, más bien la musculatura, empiece a notar un reflejo real de la actividad física continuada, es decir, un mínimo de cuatro días de entrenamiento a la semana, debe transcurrir aproximadamente un mes. Nada de cambios milagrosos en pocos días. El organismo tiene que adaptarse de forma progresiva al ejercicio y para eso no sirven ni las peregrinaciones a Lourdes ni poner una vela al santo de turno. Se supone que la musculatura tiene memoria si has hecho deporte con anterioridad, pero la mía debe sufrir de amnesia porque a la vista de mis agujetas recordar creo que recuerda bastante poco.

No queda más remedio que trabajárselo y eso es lo que me ha vuelto a tocar hacer a mi esta semana. El lunes en realidad empezó suave con masaje de Miguel González, mi fisioterapeuta. Tocaba subsanar las ligeras molestias y sobrecargas que el ejercicio me había ocasionado la semana anterior para evitar lesiones y me quedé nueva. Pero el martes vuelta a la carga con la ayuda de la Power Plate en un trabajo centrado en caderas, glúteos y piernas. A diferencia de lo que pasa con los alambres que tengo por brazos, parece que mis piernas tienen un buen control e incluso una musculatura que responde muy bien ante estos trabajos, según mi entrenadora.

Para ir aumentando el ritmo y la intensidad, esta semana he entrado a una clase dirigida de ciclismo indoor. Beneficio circulatorio, fortalecimiento del músculo del corazón para una mejora cardiovascular y trabajo de la musculatura del tren inferior me convencieron para estar sobre una bicicleta 45 minutos que no resultaron al final tan duros. Pero mi punto débil sigue siendo la coordinación. Las dificultades que tengo para trabajar correctamente en la pilates reformer lo demuestra. No es fácil respirar activando el transverso, es decir, el lateral de las costillas, mantener el músculo estabilizador del cinturón abdominal y hacer el ejercicio correctamente. Prometo lograrlo. Y es que si hay algo que he aprendido esta semana es que hacer deporte requiere de técnica y eso te lo tiene que enseñar un profesional. Tu cuerpo lo agradecerá.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último