Diario de una puesta a punto

Querido diario: Superados los obstáculos de las primeras semanas que se han empeñado en no dejarme avanzar, agujetas primero y una contractura cervical después, puedo decir que esto avanza. Y a muy buen ritmo. No dejo de sorprenderme de cómo el cuerpo, en general, y la musculatura, en particular, puede ser tan agradecido ante los estímulos del deporte constante. Pasado ya el ecuador del plan de ocho semanas que el centro O2 Wellness El Perchel de Málaga me diseñó para la puesta a punto que me he propuesto, ya empiezo a ver resultados. No sé si palpables a simple vista, pero sí desde luego desde el punto de la vista de la fuerza, la tonificación muscular y, lo mejor, del control postural y del estrés.

Esta semana estoy francamente motivada y contenta. Además de porque compruebo día a día la evolución de mi cuerpo, que merece recordar que partía de una situación penosa después de varios meses de parón deportivo, ha sido la primera vez que más allá de mis sensaciones subjetivas y esperanzadas de lograr mi reto mi entrenadora personal, Macarena Aragón, se ha referido textualmente a la semana como "muy buena, con resultados muy positivos en los entrenamientos y en tu cuerpo". Y yo pues me lo creo.

El martes y jueves trabajé fuerza con un poco más de carga de lo habitual, que he de confesar que hasta ahora era más bien baja y aún así me costaba la vida. Mi musculatura se ha comportado y estoy orgullosa de mis logros. Vayan como ejemplo algunos datos. Tres series de 15 movimientos cada una de press de pecho con diez kilos, que para quien no lo entienda se trata de levantar una barra con dos pesas de cinco kilos a cada lado. Diez Kilos, repito. Increíble.

Según Macarena, tengo una musculatura muy agradecida a los estímulos. Algo que es de agradecer, pero lo que no sabe es ella es que a veces sudo sangre para lograrlo. Pero todo sea por esa forma musculosa, o al menos yo la veo así, que está adquiriendo mis brazos. La clase de ciclismo indoor me ha servido para mejorar también la actividad cardíaca, pero lo que esta semana me he propuesto destacar es mi paso por la piscina del centro O2 Wellnes. Hacía tiempo que no nadaba y tengo que reconocer que la sensación al terminar no puede ser más satisfactoria. Estimula el metabolismo, ayuda a quemar grasa, tonifica todos los músculos y especialmente los pectorales y los dorsales, y lo que es aún más estimulante es que mejora el estado anímico. En mi caso porque me ayuda a aliviar las tensiones que el pasar más de ocho cada día sentada en una silla frente al ordenador se me acumulan en la espalda.

La disciplina y la constancia resultan cruciales en la lenta, pero gratificante sensación de bienestar que produce el deporte.