Educación pide que los libros de texto se ajusten a los principios de igualdad
La Consejería da instrucciones a centros y editoriales para que el material deseche estereotipos

Málaga/La coeducación se inicia en el libro de texto. Sin embargo, en los manuales con los que el alumnado traza su visión del mundo domina la figura masculina. De todas las referencias, tan sólo el 7% son de mujeres. En algunas materias, incluso menos. En el libro de Literatura de cuarto de Secundaria, que analiza la narrativa y la poesía de los siglos XIX y XX, sólo se habla de tres escritoras. La mayor de las citas se la lleva Rosalía de Castro y se le dedican dos escuetos párrafos. Como explica la profesora y activista feminista Mercedes Sánchez Vico, no hay ni rastro de Concha Méndez, María Zambrano, Gabriela Mistral, Carmen Martín Gaite, Carmen Laforet o Ana María Matute, por citar algunos nombres. La materia se imparte en clave masculina al 99%. Como si ellas nunca hubiesen estado allí, como si su creación fuese menor por cuestión de género y no de talento. Esto es lo que pretende evitar la Consejería de Educación, que el pasado 1 de julio hizo públicas instrucciones a los centros y recomendaciones a las editoriales para que los libros y los materiales curriculares se ajusten a los principios de igualdad.
Estas indicaciones tienen como objetivo que todos estos recursos no reproduzcan prejuicios culturales o estereotipos sexistas o discriminatorios, eviten modelos que reflejen situaciones de desigualdad, contribuyan a la erradicación de la violencia de género y pongan especial cuidado en la visibilización de la diversidad sexual, de género y de modelos de familias. Los manuales también han de reflejar la aportación de las mujeres al desarrollo social, científico y cultural.
Y todo esto contado con un lenguaje inclusivo y no sexista que nombre y visibilice de forma equitativa a hombres y mujeres, evitando el uso del masculino genérico. También es importante la imagen, que haya una presencia equilibrada de niñas y niños, de hombres y mujeres y que se refleje la diversidad de personas en cuanto a edad, prácticas sociales y profesionales, aspecto físico, origen étnico o cultural o identidad sexual, según explica la Consejería de Educación en las instrucciones. Igualmente se considera fundamental hacer visible y reconocer los diversos modelos de familias, "evitando las discriminaciones y fomentando las relaciones igualitarias y el respeto a la libertad personal", explican desde la Junta.
La profesora de Didáctica de la Educación de la Universidad de Málaga, Nieves Blanco realizó un estudio sobre la perspectiva de género en los libros de texto de Secundaria. Y concluyó que "la imagen que reflejaban, la presencia de hombres y mujeres en la sociedad era bastante estereotipada, los hombres tanto en el texto como en las imágenes estaban representados en un porcentaje muchísimo más alto en relación a las mujeres y de la que corresponde a la realidad", según explica la catedrática de la UMA. "El problema no es tanto que se nombre a más hombres que mujeres, sino que la representación de la mujer es muy reducida, que abarca un número muy escueto de ámbitos, las mujeres están en menos lugares y haciendo menos cosas, por lo que no hay referentes femeninos para el alumnado", agrega la experta.
Y si esta mayor presencia masculina puede tener una cierta base histórica en materias como Literatura o Historia, en asignaturas como Matemáticas o Educación Física no tiene razón de ser alguna, considera Blanco. "En todos los libros que analizamos de Ciencias Naturales solo estaba presente Marie Curie como representante femenina y eso es irreal, igual que había un porcentaje muy reducido de mujeres en el libro de educación física, donde no hay razón alguna para que esa proporción y estereotipia esté presente", dice la profesora de Didáctica de la Educación y subraya la importancia del problema.
"Si los libros de texto están para reflejar el conocimiento sobre el mundo y este está tan sesgado, no sólo se da una visión parcial, sino errónea de la realidad porque dejas fuera una parte del conocimiento y de la humanidad que es necesaria para entender lo que sucede", considera la catedrática de la UMA. Además, apunta, "nosotras nos quedamos sin referente de genealogía y los chicos se quedan sin saber que tienen mujeres con las que medirse".
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