Fósil de mamut para lucir en el dedo
El artista crea piezas a partir de fósiles, maderas y huesos traídos de los lugares más recónditos
El taller de Álex Moreno está en una típica casa mata malagueña de Pedregalejo, pero por su puerta se cuelan cada día fósiles de mamut que vienen de Siberia, cálidas maderas de Brasil, huesos de jirafa africanos...
Él puede recorrerse el mundo en busca de estos materiales de la tierra que luego convierte en joyas que enseguida empatizan con la piel de un modo casi dramático. "Esta pieza es de colmillo de mamut fosilizado y tiene más de 15.000 años; es de la era del deshielo", dice mostrando un trozo original de fósil. Cada pieza elaborada con este material es única e irrepetible porque el fósil, en función de los minerales que haya ido absorbiendo desarrolla una tonalidad o forma; azulados, rosáceos o blanquecinos.
Este malagueño de 33 años, con su mundo recorrido y su look de vanguardia, es un artesano de los de antes, al que casi han tenido que convencer para que lleve su firma Palosandro al gigantesco comercio que le brinda internet. Anillos, brazaletes o collares que él concibe como piezas escultóricas. Pasa horas en su taller puliendo las piezas y dándole lustre a materiales, todos naturales y que tienen millones de años. "Sólo los pulo y les doy forma, no se me ocurre tintarlos ni echarles nada de química; una vez probé con un hueso de jirafa con tinte rojo y me desagradó mucho", reconoce.
El material que da forma a sus joyas entra en esta casa de Pedregalejo desde los rincones más recónditos del planeta (ébano de Madagascar, cuerno de búfalo, palo rosa brasileño o madera del amazonas) para salir de aquí y situarse en las estanterías de comercios de medio mundo: Sudáfrica, Australia, Irlanda o Londres. Aunque, más cerca, se encuentran en Gómez y Molina o Lq L, en Málaga, o en Tangana, en Tarifa.
En sus joyas, imprime el carácter del estilo inconfundible de los años 30 y 50. Aunque no se siente maltratado en su tierra, Álex reconoce que cuando hace algo un poco más especial lo saca fuera porque sabe que aquí no tiene salida. "En Málaga la gente cuando se compra una joya va a las firmas clásicas y con un diseño que refleja que son de marca; no se arriesga nada", expone.
Álex siempre ha tenido una vinculación muy especial con la madera (durante años ha hecho y diseñado muebles con este material) y habla de las maderas del mundo que se superponen en su taller con devoción. Ahora también trata piedras semipreciosas, huesos y fósiles.
Él diseña y crea la montura del anillo en cera, que luego pasa a metal en una fundición.
Una pieza de Palosandro puede costar en una tienda entre 300 y 400 euros. Su web, wwwpalosandro.com, estará disponible antes de que termine el verano con nuevas propuestas.
15.000
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