Gonzalo Sichar: "Abascal es un hombre chiringuito cuando los rechazaba"

El ex edil de Málaga por Ciudadanos presenta su libro 'Vox la nueva fuerza del Yunque' este jueves 26 de octubre en la Librería Luces

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Gonzalo Sichar posa con 'Vox la fuerza nueva del yunque'.
Gonzalo Sichar posa con 'Vox la fuerza nueva del yunque'. / Javier Albiñana

Málaga/Gonzalo Sichar (Madrid, 1971), militó en UPyD y llegó a ser concejal y cabeza de lista con Ciudadanos en Málaga. Fuera de la primera línea política, publica un ensayo sobre Vox y su relación con la sociedad secreta El Yunque. Todo esto, después de comenzar afirmando que tuvo una relación personal tan estrecha con Abascal para que en 2011 el líder político le presentase un libro en Madrid. Este jueves presenta Vox, la fuerza nueva del yunque en Librería Luces, esta vez sin Abascal.

¿Qué le gusta o le gustaba de Vox?

Quería empezar así el libro para que el lector vea que no soy el típico izquierdista que va a acusar a Vox de fascista desde el principio, que no lo hago en todo el libro. Desde que nació Vox se le tilda de ultraderecha cuando al principio no lo era, no era nada original porque todo lo que me gustaba de Vox era una copia de UPyD: independencia del poder judicial, sanidad igual para todos, reforma electoral... Pero también la firmeza contra la okupación, contra los extranjeros que cometan delitos...

Dice que Vox comienza por no ser de ultraderecha, pero que muy pronto torna. ¿Ha cambiado tanto el partido?

Ha dado varios saltos. Nació un poco a la derecha de Aznar, pero nació porque estaba contra la subida de impuestos de Rajoy. Pero cuando en septiembre se hace presidente Abascal, todo el ala liberal –que es aquel, no el de Espinosa de los Monteros– sale de Vox y empieza a encaminarse hacia posiciones más de derecha. Pero el gran salto es en 2019 cuando empieza a poner candidatos en las municipales que vienen de partidos neonazis como Fuerza Nueva, Falange o España 2000.

Cuenta en el libro que tiene relación con Abascal previa a Vox.

Le conozco en 2011, estábamos los dos enfadados en nuestros partidos. Él ya me confesaba que iban a crear un partido, entonces era conservador, pero nada ultra. Por eso yo creo que el personaje se ha comido a la persona. Una vez toman poder en Andalucía, empiezan a hacer lo que yo llamo el área perimetral de Vox, empiezan a construir chiringuitos, algo que criticaban, y Abascal se convierte en el hombre chiringuito. Toda su trayectoria profesional menos tres años ha estado viviendo de la política. No quieren subvenciones, pero crean un sindicato, una fundación, un periódico... Ahora además, se habla de las transferencias millonarias de Vox a Disenso, que tienen muchos donativos a través de cajero automático. O que a mí gente que ha estado en Vox me dice que no se tiene ningún control del dinero que se recaudaba en las carpas. Me preocupa ya no sólo la ideología de Vox, sino posibles delitos de corrupción.

Abascal le preguntó una vez por la posibilidad de pasar de Vox a Ciudadanos.

Sí, me pregunta que cómo vería que se metiera en Movimiento Ciudadano. Le dije que bien por él, pero que esperaba que Movimiento Ciudadano no le admitiera. Me llevaba bien con Abascal, pero le dije que no quería que Movimiento Ciudadano se derechizase. Después se da la patada a Vidal-Cuadras cuando mantiene que se podría hacer una unión con Ciudadanos y UPyD, que hubiera sido fantástica.

Entonces le impulsó a liderar Vox.

Le dije que tenía más tirón que Vidal-Cuadras para liderar el partido. Él me dijo que no, que Vidal-Cuadras era eurodiputado, pero yo mantenía que mientras él viajaba en business para ir a Bruselas, Abascal llenaba la plaza de Colón con una fundación pequeña y estaba en la línea de los nuevos políticos: Albert Rivera, Pablo Iglesias...

Volvamos a los chiringuitos: Fundación Disenso, Escuela, Sindicato...

Ahí se ve la ultraderecha de Vox. La escuela, ISSEP, está fundada en Lyon por la sobrina de Le Pen, Marion Marechal, que se va de su partido porque está a la derecha de esta. Si el modelo es la derecha de Le Pen, es una clara prueba de que se ha ido muy a la derecha. Pero el sindicato también recibe subvenciones y es el primer paso hacia el fascismo cuando lo monta un partido muy conservador. Sigo creyendo que no es fascista, pero tiene rasgos fascistoides.

Podemos hablar también de Hazte Oír.

Sí, por eso podemos hablar de El Yunque. Es muy difícil esto, porque es una sociedad secreta, pero Hazte Oír se ha declarado por sentencia judicial una tapadera de El Yunque y han prestado personas para listas electorales de Vox. Macarena Olona, por ejemplo, dice que Abascal no controla Vox, pero no sabe quién lo controla con exactitud. Yo creo que Abascal, porque sobrevuela todas fuerzas de Vox, es la mejor persona para influir en Vox.

¿Qué es El Yunque?

Es una sociedad secreta nacida en México. Desde siempre han estado muy vinculados a la extrema derecha mexicana. Entran en España en los 70, pero empiezan a moverse más en el 82. Intentaron fagocitar el Partido Popular, con Mayor Oreja, pero ahora lo están haciendo con Vox. Se estima que en España hay unas 500 personas de El Yunque, por lo que no habrá muchas personas en el partido, pero sí que influyen en puestos clave.

En el libro habla de tres partidos con esperanza regeneradora: Podemos, Ciudadanos y Vox. Dos de ellos están en horas bajas, ¿cree que la de Vox es una burbuja que va a pinchar también?

Yo advertí que Ciudadanos podía desaparecer si seguía haciendo lo que estaba haciendo. Parece difícil creer que Vox va a desinflarse, pero ya ha perdido mucha fuerza. Tienen la ventaja de que el PP lo está haciendo bastante mal, pero si no habría un gran trasvase de Vox a los populares.

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