Grupos aislados y espacios propios, las claves de las escuelas infantiles para el nuevo curso

Educación

El 1 de septiembre regresan los alumnos de 0 a 3 años con los “grupos de convivencia” como medida estrella para evitar contagios

Una de las aulas de La Casita de Pepa en una imagen de archivo.
Una de las aulas de La Casita de Pepa en una imagen de archivo. / Javier Albiñana

Málaga/En La Casita de Pepa tienen todo preparado para la vuelta al cole de sus alumnos, 43 niños y niñas de 0 a 3 años. Han elaborado un protocolo Covid, han desinfectado y acondicionado los espacios, han dividido el patio en cuatro partes, una para cada aula, han informado a las familias y formado al personal.

La clave del nuevo curso para este centro, como para todos, será la conversión de sus clases en grupos de convivencia que no interactuarán con el resto de la escuela ni compartirán espacios comunes. Así se pretende evitar la propagación de los contagios y, en caso de algún positivo, que la cuarentena solo afecte a un grupo.

“Estamos solicitando los PCR del personal y que se nos reponga el material sanitario en el que ya hemos invertido, pero por lo demás tenemos mucha tranquilidad, las familias y nuestros niños van a estar bien atendidos”, explica Olga Escalero, directora de La Casita de Pepa.

“Hemos preparado un documento, una declaración responsable que será firmada por los padres garantizando que el alumnado entra en el aula sin fiebre, sin síntomas relacionados con el Covid, con el uniforme limpio y sin haber tomado medicamentos para la bajada de temperatura”, indica la directora.

En caso de que estos síntomas se perciban en la escuela, aislarán al pequeño del resto mientras llega su familia, que deberá de ponerse en contacto con el centro de salud para descartar la enfermedad. “Si es positivo, su grupo tendrá que guardar cuarentena”, comenta Escalero.

En su centro, “las tutoras tienen instrucciones de usar las zonas más aireadas, de distribuir los juguetes por el espacio para evitar aglomeraciones, de desinfectar constantemente y promover los lavados de manos con más asiduidad”, indica la directora y apunta que tanto la comida como la siesta se realizará en cada aula. El protocolo lo tienen claro porque lo han revisado familiares médicos, pero ninguna autoridad “nos ha dicho todavía que está bien hecho”, a pesar de que lo han trasladado a la inspección, a la Delegación de Educación y al centro de salud.

Las instrucciones enviadas por la Viceconsejería de Educación a las escuelas infantiles el pasado 6 de julio dicen que “en el primer ciclo de educación infantil los grupos-clase autorizados se organizarán como grupos de convivencia escolar, pudiendo socializar y jugar entre sí en cada uno de ellos, sin tener que garantizar ninguna distancia de seguridad ni usar mascarilla”. Lo cual es una necesidad en escolares tan pequeños.

Estos grupos con su tutor o tutora no se mezclarán con el resto y usará su propia aula. “El mobiliario, los juguetes y los materiales didácticos provistos para cada grupo de convivencia deben permanecer en su aula. No se pueden compartir, intercambiar ni mover de un aula a otra”, comentan las instrucciones.

Los centros organizarán el acceso y la salida del centro de modo que se evite la concentración de personas y se garantice el distanciamiento social necesario. Tras entrar, se procederá al lavado de manos de los pequeños y deberán ir directamente a su aula y de ella a la salida cuando finalice la jornada.

“Cuando el niño o la niña haga uso del aula matinal o permanezca en el centro en espacios diferentes a su aula, deberá garantizarse el necesario distanciamiento social entre los que no forman parte del mismo grupo”, subrayan las instrucciones y destacan que el horario de atención de los centros seguirá siendo de 7:30 a 17:00. Eso sí, la mayoría de los centros no podrán garantizar la separación por grupos de convivencia en el aula matinal ni en el horario de tarde.

Las medidas previas de los padres, el descanso y el pañal

En las instrucciones recomiendan que la familia tome en casa la temperatura del menor antes de acudir al centro y prohíben la entrada de carritos o juguetes de fuera del centro. “Cada niño llevará al centro en una bolsa individual y marcada sus pertenencias de uso exclusivo, pañales, chupete, ropa de cambio...”, comentan.

En cuanto a los momentos de sueño y descanso, indican que a cada niño se le asignará una cuna, colchoneta o hamaca para su uso. Estas deberán estar claramente etiquetadas. La ropa de cama deberá ser de uso exclusivo por cada alumno y almacenarse en cajas o bolsas individuales.

Si no es posible el descanso en la propia aula, se mantendrá el distanciamiento correspondiente. En cuanto al cambio de pañales, el cambiador se desinfectará después de cada uso. Si se utiliza uno fuera del área propia del grupo, se desinfectará antes y después del uso.

Es recomendable que el personal use delantales y guantes para el cambio de pañal y extreme las medidas higiénicas. Los baños se limpiarán al menos tres veces al día y las superficies de contacto al menos dos diarias.

Se comerá en las aulas y cada grupo saldrá al patio por separado

Los grupos comerán preferentemente en sus aulas y en caso de tener que utilizar un espacio común, este no podrá ser utilizado por más de un grupo al mismo tiempo, garantizándose la limpieza y desinfección del mismo entre los turnos. Toda la comida proveniente de la cocina del propio centro o suministrada por una empresa externa será entregada a la puerta de cada aula y los cubiertos se esterilizarán después de cada uso.

En cuanto a las salidas al patio, a cada grupo se le asignará tiempo para jugar al aire libre, pero los juguetes no se podrán compartir, así que tendrán que los propios cada mañana. Se lavarán las manos antes y después de salir del aula y los desplazamientos interiores hasta el patio se realizarán cuando no haya ningún otro grupo haciendo uso de los pasillos. Cuando el ancho de los mismos lo permita, se establecerán normas de circulación de diferentes grupos al mismo tiempo.

El año con menos matriculación y más incertidumbre

Las escuelas infantiles no atraviesan su mejor momento. A la bajada de natalidad que ya estaban arrastrando en los últimos años se suma el miedo al coronavirus. Esto ha provocado que hayan tenido la matriculación más baja que recuerdan. “Nosotros estamos al 70% de nuestra capacidad, muchas familias llamaron durante el confinamiento para decirnos que iban a mantener a sus hijos en casa”, apunta la directora de La Casita de Pepa. Pero además les preocupa la incertidumbre sobre lo que pueda pasar. “El 1 de septiembre comenzamos de cero y no hay nadie que nos diga qué va a pasar si vuelve a haber otro confinamiento. Dependemos de los ingresos de la Junta y de los padres y si no vienen los niños no van a pagar, pero nosotros tenemos que pagar las nóminas completas”, resalta Escalero y pide mayor respaldo a la administración.

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