Después de una intensa pugna, sanchistas y susanisas han terminado por pactar una lista para las elecciones generales en la que hay representantes de las dos corrientes, pero en la que los afines a Pedro Sánchez han ganado la batalla por el número uno, que ocupará Ignacio López Cano, miembro de la ejecutiva federal y director de Salvamento Marítimo. Los sanchistas colocan así como cabeza de cartel a su principal representante en la provincia de Málaga, y envían al Senado al exsecretario general de los socialistas malagueños, Miguel Ángel Heredia, que dejará de ocupar un asiento en el Congreso después de más de veinte años en esta cámara.

Acompañando a López Cano en los otros dos puestos de salida al Congreso irán dos susanistas. Así, el número dos es para la actual vicesecretaria general en la dirección provincial, Fuensanta Lima, senadora hasta hace poco y exteniente de alcalde en Mijas; y como número tres se sitúa José Carlos Durán, exsecretario general de las Juventudes Socialistas de Andalucía y concejal en el Ayuntamiento de la capital.

Para la candidatura al Senado, tras Heredia irán como números dos y tres, respectivamente, Estefanía Martín Palop y José Aurelio Aguilar, respectivamente. Los números cuatro y cinco al Congreso serán otros dos afines a Sánchez: María Dolores Narváez, exalcaldesa del municipio de El Burgo; y Rafael Fuentes, exportavoz socialista en el Ayuntamiento de Málaga. Mientras que el que fuera delegado provincial de Agricultura de la Junta de Andalucía, Javier Salas, ocupará el puesto siete de la lista.

También se ha colado en la candidatura, como número nueve, el alcalde de Álora, José Sánchez, otro de los dirigentes alineados con el sector crítico del PSOE en Málaga, quien tras 16 años como regidor anunció el pasado mes de diciembre que no volvería a presentarse a las municipales.

En esa lista, según el acuerdo alcanzado por ambas corrientes socialistas, no aparece la subdelegada del Gobierno, María Gámez, cuyo nombre había sonado para ocupar uno de los tres primeros puestos de salida al Congreso. Sin duda, Gámez -rescatada por Pedro Sánchez tres años después de que abandonara sus responsabilidades como portavoz municipal en Málaga- era una de las propuestas de los sanchistas, pero habría tenido que dejar su cargo en la Subdelegación para poder concurrir a las elecciones.

El pulso entre las dos corrientes del partido por colocar a sus afines en los puestos de salida de las candidaturas ha estado presente desde que se pusiera en marcha la maquinaria electoral. En los últimos días, después de que las votaciones de las agrupaciones, las posturas entre sanchistas y susanistas se habían ido acercando para tratar de configurar una lista de consenso que no dejase en evidencia al partido después de lo expresado por la militancia y que, al mismo tiempo, fuese capaz de recibir la aprobación del Comité director del PSOE andaluz que se reúne el martes y, por supuesto, del comité federal

Según confirmaron fuentes socialistas, la propuesta que fue ratificada ayer por el Comité provincial del partido, había sido consensuada entre la dirección provincial, la regional y la federal, si bien las negociaciones se habían llevado con Madrid. Aunque, al mismo tiempo desde el aparato del PSOE reconocían que la configuración final de la lista no responde a lo que ellos esperaban.

En los últimos comicios generales los socialistas consiguieron en Málaga tres diputados y un senador, unos resultados que el partido confía en mantener de cara a la cita del 28 de abril. Por eso, desde la dirección provincial se aferraban a quedarse con tres de los cuatro puestos de salida –dos diputados y un senador–, de hecho, los resultados de la votación en las distintas agrupaciones reflejaban este deseo.

Lima, Heredia y Salas –todos del núcleo duro de los susanistas– fueron los que más apoyo lograron de la militancia,  y solo la vicesecretaria general se ha hecho hueco en la lista cremallera. Por su parte, Salas ha sido removido del tercer puesto para dar entrada a Durán que había sido el más votado para el Senado. El caso de Heredia es más significativo, porque la dirección provincial sabía de antemano que sería difícil enviarlo al Congreso, donde no era bienvenido por Pedro Sánchez.