Ilatela supera los 2.000 clientes y busca afianzarse en Europa

Imprimen en tela natural de calidad (algodón, seda, lino...) cualquier diseño y eso da mucho juego, tanto a empresas como a particulares. Bolsos, camisas, zapatillas, collares para perros, invitaciones de boda y hasta gorros de cirujanos han sido elaborados por la firma malagueña Ilatela, lo que les está permitiendo elevar su facturación y, por primera vez en cinco años, lograr beneficios. Ya cuentan con más de 2.000 clientes nacionales e internacionales y su próximo reto es afianzarse en Europa.

La idea parte de Isabel Rubio. Trabajaba como responsable de atención al cliente de una empresa pero no podía seguir creciendo profesionalmente en esa compañía y no le llenaba. "Preferí irme al paro antes que seguir haciendo eso el resto de mi vida", comenta Rubio, quien mientras estaba en el desempleo pensaba qué hacer hasta que se jubilara. Algo que realmente le apasionara. "Siempre me gustaron las manualidades y la costura, crear cosas de cero, y pensé que podía elaborar algo con valor añadido haciendo diseños", recuerda. Se interesó por la impresión textil, en España no encontró nada y vio una empresa en Estados Unidos. Les realizó un pedido y tardaron dos meses en enviárselo, por lo que encontró un nicho de mercado en España.

Era el año 2010, Rubio tenía la idea pero, según reconoce, "me faltaba formación empresarial". Entró en el programa de emprendedores Yuzz del banco Santander, ganó en la edición en Málaga y, en el certamen nacional quedó en tercera posición. Fue la primera mujer en alcanzar ese puesto en Yuzz y, según narra, no se ha vuelto a repetir en el resto de ediciones.

En 2012 se decidió a crear Ilatela de la mano de su socio Rafael Pedraza. Su escaparate es internet. A través de su página web los clientes pueden elegir diseños de profesionales -que cobran un porcentaje por cada uso- o enviar uno propio. "Eligen el tejido a imprimir y la cantidad que se quiera a partir de un metro", expone la empresaria malagueña, quien precisa que Ilatela imprime el tejido, pero la confección debe ser realizada en otro lugar. Han trabajado, por ejemplo, para un grupo de carnaval de Ayamonte y les han dado suerte porque ganaron con unos disfraces de marqueses. El plazo habitual de elaboración y entrega es de una semana.

Rubio señala que tienen competidores en Europa y Estados Unidos, pero no en España. "Hay otras empresas que imprimen en poliéster o polipiel, que es un plástico, pero en tejidos naturales de calidad no. Lo que hacemos nosotros no es fácil porque hay que preparar antes los tejidos, la tinta es diferente y se requiere una mayor inversión, lo que provoca que haya poca competencia", subraya.

Desde su creación ya han invertido más de 100.000 euros en el proyecto y tienen nuevas iniciativas en mente. Por una parte van a actualizar su página web para que también esté disponible en inglés, alemán, portugués, francés e italiano con la intención de recibir pedidos de todos esos países. "Ya tenemos clientes allí pero al tener la página en español es más difícil para ellos. Hasta ahora nos hemos centrado más en el mercado nacional y ahora queremos enfocarnos en el internacional", narra Pedraza. Por otro lado, afirman que con tantos pedidos la impresora se les está quedando pequeña y se plantean adquirir otra para ampliar su producción. No obstante, todo con cabeza y paso a paso pues, como dice Rubio, "preferimos un crecimiento lento a morir de éxito".